SUDAN: Insurgentes ugandeses perpetran matanza en el sur

Insurgentes ugandeses del Ejército de Resistencia del Señor mataron en las últimas semanas a más de 470 civiles en la región meridional de Sudán, informaron autoridades religiosas de esa zona.

La diócesis católica de Torit, fronteriza con Uganda, indicó que los rebeldes incendiaron seis aldeas, y que en otro ataque obligaron a jóvenes mujeres a desnudarse y beber su propia orina, antes de violarlas y secuestrarlas.

”Pido a la comunidad internacional que venga al rescate de la pobre gente obligada a abandonar sus hogares durante la estación de las cosechas”, dijo el obispo en funciones de Torit, Johnson Akio Mutek.

Jartum prometió capturar y llevar a juicio a los responsables de esos crímenes, seguidores del autoproclamado profeta ugandés Joseph Kony, quienes luchan desde hace 14 años contra tropas de Kampala en la región septentrional de Uganda, desde bases en la fronteriza región meridional de Sudán.

”Kony se transformó en un criminal, y ha bloqueado el camino a cualquier amnistía en su favor”, afirmó Sujar Udin Hamid, alto funcionario de la embajada sudanesa en Kampala.

El objetivo declarado de Kony es derrocar al presidente ugandés, Yoweri Museveni, e instaurar un Estado fundamentalista cristiano.

Hasta fines del mes pasado, los insurgentes habían cometido numerosas violaciones de los derechos humanos en territorio ugandés, sin atacar a civiles sudaneses.

Las autoridades de Sudán apoyaron hasta hace tres años a Kony, como represalia por la ayuda del gobierno de Uganda al insurgente Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA, por sus siglas en inglés), que combate contra Jartum desde 1983.

Pero en 1999, ambos gobiernos acordaron en Nairobi poner fin a esos respaldos, y el 10 de marzo de este año firmaron un protocolo que permite al ejército ugandés actuar contra el Ejército de Resistencia del Señor en territorio sudanés, en principio hasta este sábado.

Las fuerzas de Kamapala destruyeron bases guerrilleras, y los insurgentes huyeron a regiones montañosas, en las cuales comenzaron a robar alimentos. Eso los puso en conflicto con la población sudanesa.

A fines de abril, Kony obligó a unos 60 sudaneses a cocinar y comer un cadáver que estaban a punto de enterrar, antes de ordenar que las mataran a tiros.

El portavoz en Nairobi del SPLA, Samson Kwaje, afirmó que las muertes de civiles atribuidas a los rebeldes ugandeses son responsabilidad de Jartum, o de una conspiración entre el gobierno sudanés y Kony.

Hamid rechazó esas acusaciones, y sostuvo que no se debe tratar de politizar un problema de seguridad de la gente común.

”Nadie debe atacar y matar a civiles: ni Kony ni el SPLA, ni el ejército ugandés ni el sudanés,”, enfatizó.

Jartum pidió a los civiles de la región meridional sudanesa residentes en áreas controladas por el SPLA que se trasladen a lugares controlados por el ejército sudanés o por el ugandés, con el argumento de que así estarán más seguros contra los ataques de Kony, señaló.

Sin embargo, el ejército ugandés advirtió el domingo que no puede hacerse cargo de proteger a civiles sudaneses, porque sus tropas desplegadas en Sudán están en continuo desplazamiento.

”Es el gobierno sudanés el que debe hallar una solución para el problema”, dijo el portavoz del ejército, Shaban Bantariza.

Muchos de los combatientes del Ejército de Resistencia del Señor son menores de 18 años secuestrados en Uganda y forzados a convertirse en guerrilleros.

El ejército ugandés piensa que los insurgentes cuentan con unos 10.000 soldados, pero aún no han logrado capturar a ninguno en Sudán. (FIN/IPS/tra-eng/ks/mn/mp/hd ip/02

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