SALUD: Vinilo azul, PVC con humor en la pantalla

La película documental ”Vinilo azul”, estrenada esta semana en Estados Unidos, se propone descubrir toda la verdad sobre el PVC, un material de amplias aplicaciones industriales, cuestionado por sus riesgos para la salud.

Cuando los padres de la cineasta Judith Helfand decidieron reemplazar un panel de madera de su casa en el distrito de Long Island, Nueva York, con una chapa de vinilo azul, no tenían idea de que el aparentemente inocuo material se convertiría en la obsesión de su hija.

Helfand no creía en las afirmaciones de la industria acerca de que el policloruro de vinilo, conocido como PVC, es inofensivo para la salud humana y el ambiente. Emprendió entonces una investigación sobre la verdadera naturaleza de este material.

El PVC es una combinación química de carbono, hidrógeno y cloro. Sus materias primas proceden del petróleo y de la sal común. Por sus características flexibles se lo usa en la construcción, la medicina, la electrónica, la industria automotriz y diversos bienes de consumo.

”Supuse que cualquier material con tantas sustancias químicas sintéticas debía constituir algún tipo de riesgo”, afirmó Helfand en la extraña y divertida película ”Vinilo azul” (Blue Vinyl), que estrenó esta semana en Estados Unidos el canal de televisión por cable HBO (Home Box Office).

La película da inicio con el padre de la directora sorprendido por las dudas de su hija. Los fabricantes ”no colocaron (ninguna advertencia) en el envase”, arguye en el filme.

Pero trozo de chapa en mano, Helfand y su colega Daniel Gold, inician un particular viaje para reescribir las instrucciones de uso.

Según la industria química, el PVC es tan inofensivo como la sal común con la que se fabrica.

Pero investigadores entrevistados en la película afirmaron que cuando se evalúa el ciclo de vida completo del material, éste se revela como fuente de sustancias contaminantes que persisten en el ambiente y atraviesan enormes distancias, arrastradas por los vientos y las lluvias.

”Al estudiar todo el ciclo, desde que es producido, utilizado y luego desechado, el PVC se convierte en uno de los productos de consumo más peligrosos para el ambiente”, aseveró el biólogo Joe Thornton, investigador de la Universidad de Columbia.

Bajo ciertas condiciones de fabricación y cuando se lo incinera como desecho, el PVC libera subproductos tóxicos como las dioxinas. La exposición a estas sustancias incrementa los riesgos de cáncer, esterilidad, malformaciones congénitas y debilidad del sistema inmunitario.

Las dioxinas son una de las sustancias que procura eliminar el Tratado Internacional sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, firmado por 120 naciones, por su capacidad para atravesar largas distancias, perdurar en el ambiente por años e introducirse en la cadena alimenticia.

La salud de los trabajadores de fábricas de PVC puede verse amenazada, según la película.

El relato se traslada a la nororiental ciudad italiana de Venecia, donde 31 ejecutivos de una compañía productora de PVC fueron demandados por homicidio no premeditado en relación a la muerte de varios trabajadores y por contaminar los lagos de la ciudad. Pero el proceso los exoneró de todos los cargos.

El documental se desplaza entonces al meridional estado de Lousiana, capital de la producción de PVC en Estados Unidos, donde Helfand entrevistó al abogado William Baggett, quien dedicó los últimos diez años a defender a trabajadores de la industria y sus familias, afectados por muertes de cáncer.

Como resultado de los litigios en favor de varios trabajadores, Baggett obtuvo más de un millón de documentos desclasificados. Conocidos como ”Informes Químicos”, relatan virtualmente toda la historia de la industria química, en gran medida relacionada con el PVC.

Según el profesor de salud pública e historia de la Universidad de Columbia, David Rosner, quien revisó muchos de los documentos, éstos sugieren que los grandes fabricantes químicos estrecharon filas a fines de los años 50 para retener y contrarrestar evidencias sobre efectos tóxicos del PVC.

Las empresas ocultaron información sobre la alta incidencia de cáncer de hígado, cerebro y pulmón en dos generaciones de trabajadores expuestos a proporciones excesivas de sustancias cancerígenas.

”Esencialmente conspiraron para no hablar sobre algo que todos sabían que era un problema”, dijo Rosner a la cineasta Helfand.

La película fue galardonada por el Festival de Cine de Sundance 2002 con el premio a la excelencia cinematográfica en la categoría de cine documental.

Pero a la industria no le hizo gracia. El estadounidense Instituto del Vinilo estableció un sitio en la red informática Internet para responder a las afirmaciones de la película.

En la dirección www.aboutbluevinyl.org, el instituto que representa a las empresas fabricantes, asegura que el vinilo agrega valor a la vida.

”Con numerosos usos en la construcción, medicina, electrónica, industria automovilística y bienes de consumo, el vinilo es un material importante y confiable, que ha sido utilizado en forma segura durante décadas”, se sostiene en la página de Internet.

No obstante, muchas empresas internacionales, como la automotora Volkswagen, la compañía electrónica Sony-Europa y la fabricante de juguetes Toys R Us han comenzado a retirar el PVC de sus productos, alegando preocupaciones sanitarias y ambientales.

Por otra parte, Helfand reconoce en su película que aún no existen alternativas económicas a este material. Al final de Vinilo Azul, Helfand logra que sus padres reemplacen la placa de PVC de su casa con madera restaurada, aunque eso signifique sumar un nuevo desecho de vinilo al ambiente. (FIN/IPS/tra- eng/dk/ml/dcl/he en/dv/02

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