La cuarta parte de los trabajadores de las mayores empresas de la minería del oro de Sudáfrica están infectados por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida.
La británica AngloGold, la mayor productora de oro del mundo, calcula que de 25 a 30 por ciento de sus empleados en Sudáfrica son portadores del VIH y que eso la obligará a agregar de cuatro a seis dólares a sus costos de producción por onza de oro.
La sudafricana Gold Fields Limited calculó a su vez que el VIH afecta a la cuarta parte de sus trabajadores, e indicó que agregará de cuatro a 10 dólares a sus costos de producción por onza.
Sudáfrica es el país más afectado por el sida (síndrome de inmunodeficiencia humana), con unos cinco millones de personas infectadas por el VIH en una población de unos 43,5 millones, que incluye a unos 140.000 mineros, muchos de ellos provenientes de países cercanos de Africa Austral.
AngloGold y Gold Fields esperan que campañas en curso de prevención y tratamiento del VIH/sida entre sus empleados reduzcan el impacto sanitario y económico de la enfermedad.
Esas campañas incluyen investigaciones para hallar una vacuna y atención médica para quienes padecen tuberculosis y otras enfermedades asociadas con el sida, que reduce las defensas del organismo.
Ambas empresas participan también en el programa que la industria minera del país lleva adelante junto con el gobierno para lograr que sus trabajadores accedan a medicamentos antirretrovirales, cuya eficacia para frenar el desarrollo de la enfermedad se ha comprobado en el mundo industrializado.
Los antirretrovirales se consideran cruciales para frenar la expansión de la epidemia, entre otras cosas porque su administración a embarazadas reduce en forma considerable el contagio de madre a hijo.
Los principales objetivos de AngloGold son extender la vida productiva de sus empleados infectados por el VIH, brindarles apoyo y cuidados con garantías de reserva, y asegurar que la compañía pueda continuar en forma rentable sus operaciones", dijo el jefe ejecutivo de la firma, Bobby Godsell.
El Sindicato Nacional de Mineros negocia con las compañías del sector detalles de la implementación de las políticas de tratamiento de trabajadores infectados por el VIH, y comerciantes que abastecen a los mineros se han comprometido a trabajar en programas educativos de prevención.
El impacto económico del VIH/sida en el país se extiende mucho más allá del sector de la minería, y la estatal Oficina de Investigación Económica calcula que la enfermedad causará una reducción anual de 0,5 por ciento del producto interno bruto hasta 2015.
El ministro de Comercio e Industria, prometió dar a conocer el resultado de estudios en curso para calcular en forma exacta y detallada los perjuicios del VIH/sida sobre la economía del país.
Numerosas investigaciones han indicado que las compañías sudafricanas pierden productividad y calificación de su fuerza de trabajo debido a la epidemia, y Erwin señaló que las autoridades quieren conocer en forma precisa ese impacto para ajustar su estrategia de desarrollo industrial.
Especialistas en economía atribuyen parte de la significativa apreciación del rand durante la semana pasada al fortalecimiento de los programas gubernamentales contra el sida, y a la promesa de encabezar la lucha contra la enfermedad por parte del presidente Thabo Mbeki.
La posición de Mbeki en la materia está en tela de juicio porque el presidente expresó en numerosas ocasiones dudas de que el VIH sea la causa del sida, contra la opinión de la gran mayoría de los científicos y de los organismos internacionales especializados, y opinó que los antirretrovirales son más peligrosos que ese mal.
El gobierno limitó el uso de esos medicamentos a programas piloto hasta que un fallo de la Corte Suprema lo obligó a proveerlos en forma gratuita mediante todos los servicios de salud pública que estén en condiciones de administrarlos.
La nueva actitud de las autoridades parece haber restaurado la confianza en el país de los inversores extranjeros, y el rand casi recuperó su cotización previa a una importante depreciación de cerca de 37 por ciento en relación con el dólar, a fines del año pasado.
De todos modos, el gobierno trata de que la Corte Suprema fije un plazo para la vigencia de su decisión sobre los antirretrovirales, y arguye que no debe sentarse un precedente de decisión de la política sanitaria por parte del Poder Judicial.
La Corte aún no ha fijado su posición definitiva en el asunt. (FIN/IPS/tra-eng/as/mn/mp/if he/02