SALUD-CANADA: Indígenas defienden su medicina tradicional

La medicina tradicional aborigen es causa de debate en Canadá a raíz del procesamiento de un sanador indígena ecuatoriano, inculpado de la muerte de una anciana durante una ceremonia de curación.

Juan Uyankar, su hijo y ayudante Edgar y un intérprete fueron acusados de negligencia criminal, no pueden salir de Canadá y podrían ser condenados a prisión perpetua.

Uyankar había sido detenido el pasado octubre en la isla Manitoulin, en el norte de la provincia canadiense de Ontario, tras el fallecimiento de la mujer.

Según grupos indígenas canadienses, el caso demuestra que la sociedad en general no acepta sus prácticas de curación, que hasta hace poco eran desalentadas o prohibidas.

Pero el abogado defensor de Juan Uyankar planea presentar la muerte de la anciana como un incidente aislado y desafortunado.

”La cuestión no es si estas ceremonias son aceptadas o no, porque lo son, ni si funcionan o no, porque funcionan”, dijo el abogado Bill Trudel, de Toronto.

”Quizá al principio la gente lo vea como una especie de brujería, pero luego de analizarlo se da cuenta de que es un procedimiento sagrado que se ha practicado por miles de años”, agregó.

Jane Maiangowi murió luego de que Juan Uyankar la tratara con una poción de tabaco y ayahuasca, una planta medicinal usada desde la antigüedad por grupos aborígenes sudamericanos. El sanador afirmó que administró esa poción a más de 200 personas sin que se registrara ningún incidente.

Desde entonces, las especulaciones se centran en el estado de salud en que se encontraba la anciana antes de recibir el tratamiento. Los indígenas afirman que estaba en su lecho de muerte.

”Una persona murió y eso es un hecho desgraciado, pero si uno de nosotros muere en una mesa de operaciones bajo responsabilidad médica, nadie dice nada”, arguyó Glen Hare, un jefe tribal de la región de Robinson-Huron, al norte del lago Hurón.

El caso dividió a la población de Wikwemikong, una de las seis comunidades ojibway de Manitoulin, pero Hare está convencido de que la muerte fue un accidente.

Los partidarios de los acusados comenzaron a recaudar fondos para su defensa.

”Mi esposo y yo recogemos hierbas medicinales, y las defendemos porque están siendo atacadas”, declaró Marie Eshikbok-Trudeau, de la Asociación de Apoyo a la Medicina Indígena Internacional, con sede en Manitoulin.

La policía, que acusó a los Uyankar de introducir en el país una sustancia de uso controlado, no entiende la medicina indígena, afirmó Eshikbok-Trudeau.

”Nuestras medicinas no son drogas. Son sagradas y han sido utilizadas por miles de años”, aseguró.

La protección de la medicina indígena y otros conocimientos tradicionales es una prioridad para los 900 participantes de la primera reunión del Foro Permanente de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Indígenas, en la sede de la organización mundial en Nueva York.

El Foro fue creado para asesorar al Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas sobre cuestiones aborígenes, y está constituido por ocho representantes indígenas y ocho expertos nombrados por estados, designados por un período de tres años.

Durante la sesión sobre ambiente la semana pasada, Milinani Trask, miembro del foro, lamentó que los gobiernos no hayan elaborado leyes para proteger el conocimiento indígena, según el compromiso asumido al firmar la Convención sobre Biodiversidad.

Ese conocimiento es blanco de piratería promovida por laboratorios farmacéuticos multinacionales en busca de medicinas para enfermedades como el cáncer.

Trask sugirió que el Foro elabore normas internacionales para imponer a los gobiernos.

Canadá todavía no protegió específicamente el conocimiento indígena, pero se dispone a aprobar leyes para regular el uso de productos naturales para la salud.

El Departamento de Salud advirtió que las normas no se aplicarán a los sanadores tradicionales si éstos no comercializan sus productos.

Una encuesta nacional realizada en 1994 reveló que 10 por ciento de los nativos que viven en reservas, cinco por ciento de los urbanos y tres por ciento de los metis (descendientes de comerciantes de pieles y madres indígenas) habían consultado a un sanador tradicional el año anterior.

La nueva Organización Nacional para la Salud Aborigen intenta actualizar los datos de esa encuesta.

”Se creía que la medicina tradicional indígena estaba extinguida, pero sólo estaba bajo tierra. En cada comunidad aborigen hay alguien que la practica”, destacó James Lamouche, de la Organización. (FIN/IPS/tra-en/ml/aa/mlm/he-pr/02

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