REFUGIADOS-TAILANDIA: Karen birmanos temen repatriación

Inmigrantes ilegales en Tailandia de la birmana etnia karen temen ser arrestados y deportados a su país por la policía, que aumenta sus redadas en la región fronteriza con Birmania.

Los karen son minoría en Birmania, y muchos ingresaron en forma ilegal al país para escapar del prolongado conflicto entre separatistas de su etnia y Rangún.

Cada vez que se oye el motor de un vehículo en la sudoriental aldea tailandesa de Huay Nam Nak, en la región montañosa cercana a la frontera con Birmania, unos 500 karen abandonan sus pequeñas chozas de madera y corren a esconderse en la densa selva tropical.

Esas personas llegaron al país en forma ilegal en los últimos tres años, y ”viven en la incertidumbre” según la monja católica estadounidense Mary Robert, que desarrolla tareas de asistencia en la región desde 1996.

Bangkok ha desarrollado en los últimos años una campaña contra la permanencia en el país de cientos de miles de inmigrantes ilegales, entre cuyos objetivos está la repatriación a Birmania de unas 150.000 personas antes de agosto.

El año pasado, las autoridades lograron que unas 560.000 personas indocumentadas provenientes de Birmania se registraran como inmigrantes, y a comienzos de este año enviaron a Birmania a más de 1.000 varones, unas 900 mujeres y casi 100 niños que habían ingresado al país en forma ilegal.

La mayoría de los inmigrantes ilegales trabajan en la agricultura y la industria, donde aceptan retribuciones menores que las de los tailandeses.

El gobierno también se propone cerrar una decena de campos refugiados cercanos a la frontera con Birmania, donde residen más de 100.000 personas de las etnias karen y kareni.

La política de expulsión amenaza a unos 3.000 karen residentes desde 1975 en el distrito rural de Suan Pueng, unos 45 kilómetros al oeste de Huay Nam Nak, muchos de los cuales eran niños cuando llegaron al país y hoy tienen hijos nacidos en Tailandia, a los cuales no corresponde ciudadanía según las leyes locales.

Académicos, activistas por los derechos humanos y parlamentarios han expresado preocupación por la campaña para expulsar a inmigrantes ilegales, en especial en el caso de los karen.

”Es un error clasificar a los karen como inmigrantes por motivos económicos, ya que están aquí como refugiados”, dijo a IPS el profesor de derecho Pantip Sayunthon, de la Universidad Thammasat, de Bangkok.

”Debemos proteger a los karen. Siempre decimos que somos un país abierto a quienes escapan de guerras”, afirmó el senador Tuenjai Deetes.

Desde 1975, se permitió entrar al país a más de 1,5 millones de personas que escaparon de conflictos en países cercanos como Laos, Vietnam, Camboya y Birmania, pero Bangkok no acepta a esas personas como ”refugiados” sino como ”desplazados”, aunque muchas estén a cargo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Esa distinción es posible porque Bangkok no es firmante de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Refugiados, y permite a las autoridades decidir quiénes pueden permanecer en el país sin violar normas internacionales.

Los firmantes de la Convención no pueden repatriar a quienes huyen de conflictos, si en sus países de origen persisten amenazas a su vida o su seguridad.

”Los karen repatriados están expuestos a abusos del gobierno militar birmano”, dijo a IPS por teléfono la activista por los derechos humanos Debbie Stothard, de la organización no gubernamental Red Alternativa para Birmania de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

Esas personas pueden ser víctimas de ”arresto, trabajos forzados y tortura, en el marco de la campaña de 'Tres Cortes' de Rangún contra los insurgentes karen, que busca privarlos de información, logística y reclutas”, sostuvo.

Los abusos del régimen birmano contra civiles karen incluyen el incendio de aldeas, y son la causa de la emigración a Tailandia de integrantes de esa etnia, dijo a IPS Sakon Kuapu, lider comunitario karen en Suan Pueng.

”Muchos dicen que seremos asesinados si regresamos”, agregó.

El conflicto de los separatistas karen con Rangún ha durado varias décadas, y no es el único en curso en Birmania, donde hay conflictos étnicos desde la independencia de 1948 y operan unos 30 grupos insurgentes.

Este mes aumentó la violencia en la región birmana que habitan los karen, luego de que militares atacaron bases rebeldes, y según informes quemaron viviendas y obligaron a civiles a realizar trabajos para ellos. Esa ofensiva obligó a unas 500 personas a trasladarse a Tailandia. (FIN/IPS/tra-eng/mmm/js/mp/hd pr/02

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