Gobiernos de países árabes han expresado serias dudas sobre la utilidad de la propuesta estadounidense de realizar una conferencia de paz para Medio Oriente este verano (boreal), que tampoco ha sido aceptada aún por Israel.
Las dudas árabes se refieren a la posibilidad de que la reunión tenga resultados positivos y a la voluntad política estadounidense de presionar por la creación de un Estado palestino, ya que Washington pidió la retirada israelí de Cisjordania, pero no la impuso.
El secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, lanzó la semana pasada la iniciativa de realizar la conferencia de paz, y enfatizó sostuvo que la agenda de ese encuentro debe incluir seguridad, reforma económica, y el camino político para superar la crisis.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea y Rusia expresaron apoyo a esa propuesta, pero la Casa Blanca advirtió luego que no consideraba probable que la conferencia lograra un acuerdo de paz definitivo.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasser Arafat, dio la bienvenida a la iniciativa de Washington, pero advirtió que realizaría consultas con los gobernantes árabes antes de decidir participar en una conferencia.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Arabe se reunirán esta semana para discutir el plan y la anterior propuesta saudita de paz, que la Liga hizo suya en una cumbre realizada en marzo en Beirut.
El plan saudita ofrece a Israel la normalización de relaciones con los países árabes, a cambio de la retirada israelí de los territorios palestinos y sirios ocupados en 1967, que incluyen Jerusalén Oriental y los sirios Altos del Golán.
El secretario general de la Liga Arabe, Amr Moussa, dijo en El Cairo que los Estados miembros de ese organismo no participarán en una conferencia de paz hasta que Israel se retire de los territorios palestinos ocupados desde el comienzo de la actual intifada (insurrección) palestina), en septiembre de 2000.
¿Cómo podríamos pensar en una conferencia mientras Israel ocupa esos territorios palestinos? ¿Qué agenda y qué autoridad podría tener tal conferencia?, preguntó.
La reunión debería procurar un acuerdo integral, en el cual sean negociadas las cuestiones de Jerusalén, del derecho a retornar a Israel de palestinos refugiados en otros países, y de la seguridad en la región, afirmó.
Hemos planteado importantes condiciones (para el diálogo con Israel), y las discutiremos en próximos encuentros árabes hasta llegar a un consenso, indicó.
El presidente de Siria, Bashar al-Assad, expresó dudas sobre la utilidad de realizar la conferencia el sábado en Damasco, durante un encuentro con el parlamentario estadounidense Wayne Owens.
¿Qué podemos cosechar sin el rumbo no está claro? Deben conocerse los criterios y límites de la negociación, comentó.
La base de la paz deben ser las resoluciones de la ONU y los principios establecidos en la Conferencia de Madrid de 1991, en la cual se lanzó el proceso de paz entre árabes e israelíes, sostuvo.
El gobierno estadounidense debe definir claros objetivos de paz, y desarrollarlos en cooperación con otros países que impulsan el proceso, agregó.
Damasco mantiene su exigencia de total retirada israelí de los Altos del Golán, como requisito para la paz con Tel Aviv.
Otros gobiernos árabes han expresado dudas sobre la iniciativa de Powell.
El primer paso antes de cualquier reunión debe ser la retirada israelí de los territorios palestinos ocupados en las últimas semanas, opinó el sábado ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Ahmed Maher, antes de partir hacia Ramalá para reunirse con Arafat.
Maher viajó en compañía de Osama al-Baz, asesor político del presidente egipcio Hosni Mubarak, y ambos destacaron que cualquier conferencia de paz debe aplicar el viejo criterio israelí paz por territorios.
El canciller jordano, Shaher Bak, opinó que una conferencia de paz debe contar con claras referencias, y el gobierno de Líbano se niega a comentar la propuesta estadounidense hasta que se aclare más su contenido.
Por ahora, se ignora qué alcance y autoridad tendría esa conferencia, su nivel, su fecha o su sede, explicó a periodistas en Beirut el ministro de Relaciones Exteriores libanés, Mahmoud Hammoud.
El gobierno de Arabia Saudita ha mantenido un notorio silencio sobre la propuesta, pese a que Washington informó que su iniciativa fue lanzada tras consultas con el príncipe heeredero y regente saudita, Prince Abdullah.
El portavoz del gobierno israelí, Gideon Meir, indicó la semana pasada que las autoridades de su país necesitaban más información sobre la eventual conferencia antes de decidir su participación en ella.
En ocasiones anteriores, gobiernos de Israel se negaron a discutir la creación de un Estado palestino durante periodos de intensa y prolongada violencia, y sostuvieron que la resolución de cuestiones de seguridad era un requisito previo.
Hay un precedente. El proceso preparatorio de la Conferencia de Madrid fue muy, muy doloroso, y lo único que decían todas las partes era 'no, no y no'. Pero la reunión se realizó de todos modos, y ahora estamos en la misma situación, dijo a IPS un alto diplomático europeo en Medio Oriente que no quiso ser identificado. (FIN/IPS/tra-eng/gb/ss/mp/ip/02