La comunidad internacional no cumplió los compromisos asumidos en 1990 para proteger a la infancia del abuso sexual, la explotación y la pobreza, advirtieron este miércoles más de 100 organizaciones no gubernamentales.
Millones de niños y niñas viven sin derechos fundamentales y sufren abusos inconcebibles porque los gobiernos no cumplieron sus promesas, dijo el portavoz de la coalición Foro para los Derechos de la Infancia, Bill Bell, en la apertura de la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU en Favor de la Infancia.
El encuentro de tres días, del que participarán más de 70 jefes de Estado y de gobierno y más de 2.000 activistas, se propone evaluar el alcance de las metas asumidas en la Cumbre Mundial de la Infancia, celebrada en Nueva York en 1990.
Pero la reunión corre el riesgo de promover otra década de promesas rotas, agregó Bell, integrante de la rama británica de Salven a los Niños.
Es evidente que muchos gobiernos fracasaron en le cumplimiento de aquellos propósitos. Durante los años 90, la asistencia internacional al desarrollo cayó a volúmenes muy bajos, y los países pobres sólo destinaron entre 12 y 14 por ciento de su presupuesto a servicios sociales, de acuerdo al Foro.
Pese a la meta de acceso universal a la educación, sólo dos por ciento de la ayuda internacional se destina a la escolarización en los países pobres, indicó el Foro.
De hecho, la ayuda internacional a las naciones más pobres no hizo más que caer desde 1992, cuando era de 63.000 millones de dólares. En 2000 llegó apenas a 49.600 millones.
La asistencia oficial al desarrollo llegó a su punto más bajo en 1997, cuando correspondió a 0,22 por ciento del producto interno bruto (PIB) combinado de las naciones ricas, un tercio de la meta de 0,7 por ciento, asumida como compromiso por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) hace 30 años.
Sólo cuatro estados —Dinamarca, Holanda, Noruega y Suecia— destinan 0,7 por ciento de su PIB a la ayuda externa.
Una de las mayores decepciones tras la cumbre de 1990 fue la incapacidad de los gobiernos para invertir en la infancia y asignar los recursos necesarios a la educación, destacó la activista Jo Becker, de Human Rights Watch.
Muchos de los propósitos de 1990 no han sido alcanzados, y las estadísticas del informe del secretario general de la ONU, Kofi Annan, pintaron un panorama muy negativo, dijo Becker.
El informe de Annan sostiene que la pobreza crónica es el mayor obstáculo para satisfacer las necesidades de las niñas y niños del mundo.
En un momento de prosperidad sin precedentes, y en una economía global de 30 billones de dólares, la mitad de la humanidad está desesperadamente empobrecida, y 3.000 millones de personas (en un total de 6.267 millones) subsisten con dos dólares diarios, o incluso menos, dijo Annan.
Casi 1.200 millones de personas, la mitad de ellas niños y niñas, viven en pobreza extrema, según la definición el Banco Mundial para quienes subsisten con un ingreso de un dólar o menos por día.
Nunca en la historia hemos visto estas cifras. Y nunca en la historia moderna de la cooperación para el desarrollo hemos presenciado la caída de la ayuda a los países más pobres a proporciones tan bajas como las de los últimos años, agregó Annan.
La presidenta de Sri Lanka, Chadrika Bandaranaike Kumaratunga, dijo este miércoles a los delegados que el mundo en desarrollo enfrenta nuevos desafíos, y la mayoría tienen impacto en la infancia.
Destinar más recursos es imperativo si colocamos en el centro de la escena los derechos y el bienestar de nuestros niños y niñas, y la reducción de la pobreza también debe ser parte integral de nuestro compromiso con la infancia, sostuvo.
El primer ministro de Jamaica, Percival Patterson, aseveró que la globalización no ha reducido las dificultades de los países en desarrollo, en especial las que padecen niños y niñas.
Por su parte, la primera ministra de Bangladesh, Khaleda Zia, aseguró que los esfuerzos por erradicar la pobreza son vitales. Debemos comenzar con los niños y sus padres en los grupos vulnerables.
Sobre los problemas que enfrenta Africa, el rey Letsie III, de Lesotho, afirmó que aunque se alcanzaron algunos objetivos desde 1991, nuevas circunstancias justifican una nueva reunión de la ONU.
En Africa subsahariana los obstáculos centrales a los compromisos asumidos son la inseguridad, la pobreza extrema y generalizada, las hambrunas, la degradación ambiental, las guerras y las epidemias, como el sida y la malaria, dijo Letsie.
Un mundo apropiado para niños y niñas será aquél donde no sean asesinados, mutilados o desplazados por guerras constantes, reclutados como soldados o traumatizados por la violencia sexual, concluyó el jefe de Estado. (FIN/IPS/tra-en/td/lp/dcl/hd/dv/pr/02