Una representante de los dalits o intocables, el sector más marginado en la jerarquía de castas hindú, gobierna por tercera vez desde esta semana Uttar Pradesh, el estado más poblado de India y bastión del hinduismo conservador.
Mayawati asumió el cargo de ministra jefa por tercera vez el lunes gracias al respaldo parlamentario de su adversario más acérrimo, el hinduista Bharatiya Janata Party (BJP), del primer ministro Atal Bihari Vajpayee.
El BJP gobernó al septentrional Uttar Pradesh hasta las elecciones legislativas de febrero en ese estado, en el que viven 167 millones de los 1.000 millones de indios.
La prioridad de su campaña electoral fue la construcción de un gran templo en honor del dios hindú Ram en la ciudad de Ayodhya, donde se cree que nació hace 10.000 años.
Pero el dios Ram pareció ignorar al BJP y favoreció al Partido Socialista (SP), representante de los intereses de las castas medias de agricultores y al Partido Bahujan Samaj (BSP) de Mayawati, promotor de los intereses de los dalit, ubicados en lo más bajo de la escala social.
El SP se opuso a la campaña para la construcción del templo, pero la líder del BSP adoptó una posición más severa y criticó a Ram como símbolo de la hegemonía de la casta superior afirmada con las creencias religiosas que su partido se propone eliminar.
Al final de las elecciones de febrero, ninguno de los tres partidos había logrado los votos necesarios para formar un gobierno.
Tras más de dos meses de consideraciones, el BJP decidió que la única forma de mantenerse en el poder sería una alianza que el BSP se apresuró a aprovechar.
El BSP y el BJP tienen en común el temor al Partido Socialista, que emergió como el más votado. También en 1995 y 1997 las castas de ambos extremos de la jerarquía se unieron para impedir el ascenso del PS, que representa a poderosos sectores intermedios como los yadavs.
La campaña por el templo de Ram en Ayodhya tuvo consecuencias en el occidental estado de Gujarat, también gobernado por el BJP, donde varios musulmanes incendiaron el 27 de febrero un tren en el que retornaban radicales hindúes que habían peregrinado a esa ciudad.
El episodio desató una ola de violencia étnica contra los musulmanes, en la que murieron al menos 900 personas y más de 100.000 perdieron sus viviendas y fuentes de sustento.
Ante la inminente votación parlamentaria sobre la actitud cómplice de las autoridades de Gujarat ante los ataques, el BJP, liderado por Vajpayee, prometió la semana pasada el cargo de ministra jefa a Mayawati a cambio de los votos a su favor de 14 miembros del BSP.
Mayawati sólo estuvo cuatro meses en el cargo de ministra jefa la primera vez, y seis meses la segunda. En ambas ocasiones, las castas más altas se ocuparon de desplazarla. El BSP y el BJP se atacaron duramente durante las elecciones de febrero.
Nuestra agenda es clara, consiste en la promoción de los intereses de los dalits, y no somos demasiado detallistas sobre la forma de alcanzar esa meta, dijo Mayawati poco despúes de asumir el cargo, liderando por tercera vez una extraña alianza entre el BSP y el BJP.
En el pasado, el BSP hizo alianzas oportunistas con el BJP, el PS y el Partido del Congreso, que consideraba a Uttar Pradesh su bastión desde su creación en 1886, hasta el surgimiento de la política de castas a comienzos de los años 90.
Tras asumir el cargo de ministra jefa el viernes, Mayawati visitó el Parque Ambedkar, en la septentrional ciudad de Lucknow, construido durante su segundo mandato como ministra jefa en 1997, a un costo de 20 millones de dólares.
El parque está dedicado a B.R. Ambedkar, héroe de la causa dalit durante el movimiento por la independencia de Gran Bretaña, lograda en 1947. Después de ese año, Ambedkar se convirtió en el principal arquitecto de la nueva Constitución de la república, que ilegalizó la discriminación de castas.
A pesar de las disposiciones constitucionales en su contra, el sistema de castas se mantuvo e incluso se fortaleció con el resurgimiento del fundamentalismo hindú, que marginó al Partido del Congreso en Uttar Pradesh y permitió al BJP lograr el poder a nivel nacional en 1998.
La Constitución dispone acciones afirmativas a favor de los dalit, reservando para ellos escaños en el parlamento, las legislaturas estatales y los empleos públicos.
Pero su lucha por la igualdad está lejos de lograr sus metas, y llegó a la Conferencia Mundial sobre racismo celebrada en la oriental ciudad sudafricana de Durban en setiembre del año pasado.
La organización internacional de derechos humanos Human Rights Watch afirma que la discriminación en base a las castas constituye un apartheid oculto, un sistema similar al segregacionista a favor de la minoría blanca vigente en Sudáfrica hasta 1994.
Los dalits esperan que esta vez Mayawati se mantenga en el cargo el tiempo suficiente para ir más allá de los gestos simbólicos como la construcción de estatuas, por los que la líder del BSP ha recibido críticas de los intocables.
En enero de este año, los dalits organizaron una conferencia en la septentrional ciudad de Bhopal, en la que intelectuales de la casta como Chandrabhan Parsed se refirieron a la necesidad de superar los logros electorales para construir una burguesía dalit.
La Declaración de Bhopal al final de la conferencia exigió la redistribución de la tierra, la democratización del capital, la participación en los recursos del país, y activos e instituciones para los dalit.
Durante sus períodos anteriores en el poder, Mayawati aseguró que puestos claves en la burocracia estatal fueran entregados a dalits, y se propone lo mismo para este mandato.
Pero antes, la ministra jefa deberá lograr el voto de confianza de la asamblea de Uttar Pradesh, incierto debido al alto número de legisladores que se oponen a la alianza de su partido y el BJP. (FIN/IPS/tra-en/rdr/js/dc-lp/mlm/ip/02