EUROPA ORIENTAL: Alto precio de la transición al capitalismo

Los países ex comunistas de Europa aún necesitan grandes préstamos del Banco Europeo de Reconstrucción y Fomento (BERF) para la transición hacia economías de mercado, iniciada hace más de una década.

El BERF, creado en 1991, tiene como accionistas a 60 gobiernos, a la Unión Europea (UE) como tal y al Banco Europeo de Inversiones. Su objetivo declarado es apoyar la transformación económica y política de 27 naciones de Europa Central y Oriental, tras décadas de regímenes comunistas.

Unos 2.500 delegados de gobiernos y empresas a la XI reunión anual del BERF, que duró dos días y terminó en la noche del lunes en Bucarest, expresaron moderado optimismo sobre el futuro regional, pero señalaron que sus países aún necesitan grandes préstamos, y mostraron preocupación por el costo social de la transición.

El encuentro se llevó a cabo en el palacio donde residió el ex gobernante rumano Nicolae Ceausescu (1965-1989).

Los receptores de crédito del BERF son Albania, Armenia, Azerbaiján, Belarús, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Georgia, Hungría, Kazajstán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Macedonia, Moldavia, Polonia, República Checa, Rumania, Rusia, Tajikistán, Turkmenistán, Ucrania, Uzbekistán y Yugoslavia.

”Los países de la región comienzan a transformarse en un destino viable para las inversiones, pese a las numerosas dificultades que han afrontado en la última década”, sostuvo durante la reunión el director del BERF, Jean Lemierre.

El banco es el mayor inversor en la región, y prevé que la inversión extranjera directa (IED) en los países del área crecerá casi 30 por ciento este año en relación con 2001, de 25.500 a más de 33.000 millones de dólares.

Gran parte de esa inversión se dirigirá a Eslovenia, Hungría, Polonia y República Checa, que se preparan para ingresar a la Unión Europea.

Otros países de la región, como Rusia, Rumania, Bulgaria y Georgia, aún son considerados muy riesgosos para la inversiones, y tienen grandes dificultades para pagar sus deudas y atraer nuevos capitales. El BERF prevé aumentar un poco su asistencia a esas naciones este año.

”Vamos a correr más riesgos para ayudar a los países más pobres, y es seguro que este año habrá transferencia de recursos de Europa Central a Europa Oriental”, señaló Lemierre.

El producto interno bruto de la región aumentó el año pasado 4,3 por ciento, uno de los mayores incrementos del mundo en ese periodo, debido en gran parte a cierta recuperación de la economía rusa, pero no se espera el mismo crecimiento este año.

El BERF destacó que la IED en la región aún es baja en comparación con la que reciben algunos países en desarrollo.

”Persisten condiciones relativamente desfavorables para las inversiones, en especial en Europa sudoriental y en la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que afectan la relación entre riesgo y resultados”, señaló el banco en un informe.

La CEI, formada en 1991, reúne a Rusia y a la mayor parte de las repúblicas que integraron la Unión Soviética.

La corrupción es uno de los factores que más desestimula la IED, según funcionarios del BERF.

”Europa Oriental debe aumentar la eficiencia de sus gobiernos y disminuir la corrupción, si desea atraer las inversiones necesarias para completar la transición del comunismo al libre mercado”, sostuvo en la reunión el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill.

O'Neill es el funcionario estadounidense de mayor rango que ha asistido a un encuentro anual del BEF.

El banco aprobó en su encuentro préstamos por valor de 175 millones de dólares, de los cuales 150 millones se destinarán a la firma petrolera estatal rumana Petrom, la mayor de los Balcanes, para modernización de refinerías y del sector de ventas.

Una semana antes, el Banco Mundial había postergado la aprobación de un préstamo de 300 millones de dólares a Petrom, debido a que el gobierno rumano se resiste al despido de empleados de esa compañía.

Bucarest atribuyó esa decisión a un ”malentendido” que se resolverá en pocas semanas.

”El gobierno de Rumania tiene gran necesidad de inversión extranjera, como muchos otros de Europa Oriental, pero se ha resistido a la privatización o reestructura de firmas estatales con resultados deficitarios, para evitar el crecimiento del desempleo”, dijo a IPS el economista rumano Ionut Popescu.

”Pienso que los organismos financieros internacionales deberían apoyar más al sector de pequeñas y medianas empresas”, añadió.

Hay indicios de cambio en ese sentido, y funcionarios del BERF aseguraron que aumentarán los préstamos a proyectos de creación de empresas. (FIN/IPS/tra-eng/mc/ss/mp/if/02

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