El movimiento en favor de la inversión socialmente responsable recibió un fuerte respaldo cuando una resolución sobre derechos laborales obtuvo un tercio de los votos de la asamblea de accionistas de la compañía petrolera Unocal.
El resultado de la asamblea anual del lunes constituye un gran avance para organizaciones y activistas dedicados a conducir por la senda de la buena conducta social y ambiental a las grandes corporaciones estadounidenses.
Encabezados por el principal fondo de pensiones de los empleados públicos de California (CalPERS) y por inversores individuales e institucionales de Nueva York, 31,3 por ciento de los accionistas de Unocal votaron a favor de la aplicación de los principios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La resolución, que reclama la adopción de una política laboral basada en la Declaración de Principios y Derechos Fundamentales del Trabajo de la OIT, logró más de un tercio de los votos si no se consideran las abstenciones.
Probablemente es la resolución más exitosa en materia de derechos humanos, dijo el reverendo David Schilling, director del Programa de Responsabilidad Corporativa Global, del Centro Interreligioso sobre Responsabilidad Corporativa, pionero de este movimiento.
La empresa procurará dar satisfacción a la minoría, en especial respecto de sus operaciones en Birmania donde, según la OIT, Unocal utilizó trabajadores esclavos y permitió el trabajo infantil, según analistas y jerarcas de la compañía con sede en el occidental estado de California.
Tomamos seriamente el asunto. A la luz del voto de los accionistas vamos a examinar las convenciones de la OIT y otras fuentes como base para revisar nuestro código de conducta, dijo el portavoz de Unocal, Barry Lane.
Además, el director ejecutivo Charles Williamson aseguró a los accionistas que la firma no tiene planes de ampliar su participación en un polémico proyecto de construcción de un gasoducto en Birmania.
Los líderes de este movimiento dirigen ahora sus esfuerzos a la reunión anual de la mayor petrolera estadounidense ExxonMobil, que se llevará a cabo el 29 de este mes en la meridional ciudad de Dallas, donde se someterán a votación tres resoluciones sobre derechos humanos y recalentamiento global.
Por primera vez en su historia, la organización Amnistía Internacional —junto al ICCR y la mayor central obrera de Estados Unidos, AFL-CIO— promoverá en la asamblea de ExxonMobil una resolución en favor de un código de derechos humanos para sus operaciones en el exterior.
Además, CalPERS y la firma Servicios de Accionistas Institucionales, con casi 1.000 clientes corporativos, también respaldarán mociones de iglesias y grupos ambientalistas, que piden a ExxonMobil que considere aspectos sociales y ambientales al fijar las compensaciones de altos ejecutivos.
Las resoluciones también reclaman información sobre los planes de la gigante petrolera para promover el uso de energía renovable.
ExxonMobil es acusada por organizaciones ecologistas de oponerse activamente al Protocolo de Kyoto, que prevé la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, a los que la mayoría de los científicos vinculan con el recalentamiento del clima mundial.
La votación de Unocal puede constituir un parteaguas para el movimiento iniciado en los años 70 con una campaña de iglesias, universidades y fundaciones benéficas que utilizaron sus acciones en grandes corporaciones para oponerse a inversiones en Sudáfrica, bajo el régimen segregacionista blanco del apartheid.
Desde entonces, activistas por diversas causas procuran el voto de grandes accionistas de corporaciones estadounidenses para obtener cambios en las políticas sociales y ambientales de las empresas.
De hecho, de los 16,3 billones de dólares de fondos administrados profesionalmente en Estados Unidos, más de dos billones están sujetos a algún criterio de inversión socialmente responsable, según el Centro de Investigación de Responsabilidad Inversora (IRRC).
Pero este tipo de mociones nunca lograron más que un respaldo minoritario, inferior a 10 por ciento, porque los ejecutivos que dirigen las empresas suelen controlar gran parte de las acciones y la mayoría de los inversores institucionales y administradores de dinero votan automáticamente con la gerencia.
Sin embargo, en los últimos años esta tendencia empezó a modificarse, a medida que crecía la preocupación por la gobernancia corporativa.
La mayoría de las propuestas de accionistas tratan ahora de incorporar transparencia y representatividad a la dirección de las corporaciones, dando espacio a demandas para integrar más miembros afroestadounidenses o de otras minorías a los directorios, y suelen recoger votaciones de 30 por ciento o superiores.
El escándalo que sucedió a la quiebra de la compañía Enron encendió una ola generalizada de propuestas contra las prácticas de los ejecutivos de las corporaciones.
Por otra parte, en los últimos dos años se registró una explosión de resoluciones exclusivamente concernientes a cuestiones sociales o ambientales.
De las 712 propuestas de resolución presentadas para las reuniones anuales de accionistas de este año, 261 se refieren a cuestiones sociales.
Además los votos a favor también están aumentando. De 65 propuestas sociales ya votadas este año, el promedio de adhesiones fue superior a 10 por ciento, según la directora de asuntos sociales del IRRC, Meg Voorhes.
Debido a que los directores ejecutivos poseen porcentajes tan grandes de las acciones, una moción no necesita la mayoría absoluta para ganar. Lograr 10 o 12 por ciento se considera un firme mensaje a la administración, dijo Schilling.
Por eso la votación en Unocal representa el verdadero cambio experimentado por algunos de los más importantes inversores institucionales, sostuvo a IPS Schilling.
La compañía IdaCorp, que obtuvo un contrato gubernamental para mantener y reformar represas hidroeléctricas bajo la condición de que permitieran el paso de las poblaciones de peces que remontan corrientes para desovar, hizo caso omiso de esta condición.
Entonces, una propuesta de los accionistas, impulsada por la empresa de inversiones con responsabilidad social Trillium Asset Management, reclamó a los ejecutivos de IdaCorp que explicaran los pasos a adoptar para obtener una renovación de la licencia.
En la asamblea de accionistas, la moción fue respaldada por un tercio de los votos, dijo Voohen.
General Electric, Occidental Petroleum, American Standard y Eastman Chemical recibieron mociones reclamando medidas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, cuyas votaciones oscilaron entre 19 y 30 por ciento. (FIN/IPS/tra- eng/jl/dcl/if/lb/en/02