El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pidió a la Unión Europea (UE) que mantenga el apoyo a su campaña internacional contra el terrorismo, con el argumento de que éste no puede ser apaciguado.
En esta guerra no defendemos a Estados Unidos y a Europa, sino a la civilización, sostuvo Bush en Berlín, en alusión a críticos de la UE que lo acusan de defender en esa campaña intereses estadounidenses que no necesariamente coinciden con los europeos.
Bush terminó este jueves en Alemania la primera escala de una gira de una semana que lo llevará también a Rusia, Francia e Italia, y su discurso en el histórico edificio del Reichstag, sede de la Cámara de Diputados, estuvo dirigido a todos los aliados de Washington que cuestionan sus políticas.
Diplomáticos previeron que el presidente estadounidense señalará en su gira amenazas planteadas por el terrorismo contra cada país que visite, para renovar el apoyo a la campaña que lanzó tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Eso se debe a que la oleada de solidaridad europea causada por esos atentados comienza a desvanecerse, tras crear un ambiente favorable a la ofensiva de Washington en Afganistán, indicaron.
Esta guerra está lejos de su fin, enfatizó Bush ante los diputados alemanes.
Varios países de la UE se resisten a apoyar la continuación de la campaña antiterrorista con un ataque contra Iraq, insinuada por Bush en enero, en su informe anual al Congreso estadounidense.
En el bloque europeo aumenta la percepción de que Washington espera que se le siga a la guerra en forma ciega.
En Estados Unidos crece la impaciencia con los aliados europeos, acusados de criticar en forma constante desde una posición apartada. En Europa, aumentan las quejas contra la insensibilidad y el unilateralismo de Washington, señaló el representante de la UE para política exterior, Javier Solana.
Existe la percepción de que Europa ofrece demasiadas palabras y muy poca acción, y de que ocurre lo inverso con Estados Unidos, agregó.
Bush reconoció en el Reichstag que existen discrepancias, pero insistió en que ellas no deben obstaculizar el camino hacia metas compartidas.
La magnitud de las responsabilidades que compartimos opaca nuestras diferencias, alegó.
Alemania es un aliado de increíble importancia para Estados Unidos, y existen una cálida relación personal y política entre ambos países, aseguró, con elogios al apoyo que ha brindado a la campaña antiterrorista el canciller (jefe de gobierno) alemán, Gerhard Schroeder.
El país envió tropas a Afganistán, en su primer despliegue fuera de Europa desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Schroeder también se esforzó por destacar el carácter amistoso de las relaciones bilaterales y los amplios acuerdos entre ambos países, tras violentas protestas contra la llegada de Bush a Berlín, en la noche del miércoles.
El movimiento pacifista tiene fuerte arraigo en el país, y miles de personas protestaron contra las políticas de Bush en Afganistán e Iraq, así como en materia de comercio y ambiente.
Las protestas se hicieron extensivas a las grandes corporaciones internacionales que aprovechan el fenómeno de la globalización para eludir sus responsabilidades sociales.
Los choques callejeros entre manifestantes y fuerzas de seguridad se mantuvieron durante toda la estadía de Bush en Berlín.
Los activistas portaron pancartas que rezaban Guerra es terror y No queremos sus guerras, señor presidente, quemaron banderas de Estados Unidos, destrozaron vidrios y arrojaron botellas y piedras a los policías.
El derecho a la defensa propia, esgrimido por el gobierno de Estados Unidos luego de los atentados del 11 de septiembre, se ha vuelto una excusa para la guerra, dijo el activista Rainer Braun, integrante de Eje para la Paz, organización formada por varios partidos políticos para coordinar las protestas.
No es aceptable que (Bush) use los hechos del 11 de septiembre para llevar la guerra a todo el mundo, agregó.
Nunca un presidente de Estados Unidos ha sido tan ajeno a nosotros, nunca los ciudadanos alemanes han sido tan escépticos ante las políticas de su más poderoso aliado, afirmó en un artículo editorial del diario Berliner Zeitung.
Apenas 19 por ciento de los consultados en una encuesta de opinión publicada esta semana por la revista Der Spiegel expresaron que aprobaban a Bush y a su gestión.
Según fuentes diplomáticas, el sentimiento manifestado en las calles encuentra eco en altos funcionarios de la UE.
Parlamentarios y gobernantes creen que la visión de Bush sobre el terrorismo es demasiado simplista y arrogante.
Edmund Stoiber, candidato del conservador Partido Social Cristiano, que desafiará en las próximas elecciones nacionales a Schroeder, sostuvo que los alemanes no ven en Iraq el peligro que Washington ve.
La ambivalencia del gobierno ante las políticas estadounidenses fue evidente, pese a sus muestras de amistad y afecto en Berlín.
Bush estableció con claridad que no tiene planes concretos de acción militar contra Iraq, sostuvo Schroeder en una conferencia de prensa en los jardines de la sede del gobierno, poco antes de que el visitante hablara ante los diputados.
He tomado nota de que el presidente (de Estados Unidos) considera todas las alternativas y prometió que ninguna acción se llevará a cabo sin consultar con sus aliados europeos, añadió. (FIN/IPS/tra-eng/ys/raj/dcl mp/ip/02