ECONOMIA-PAKISTAN: Mejora fortuita, parcial y frágil

Organismos financieros internacionales afirmaron que el repunte económico de Pakistán reivindicado por el gobernante militar Pervez Musharraf se debe a circunstancias externas, es parcial, no beneficia a la población y puede revertirse.

En octubre de 1999, el general Musharraf derrocó al primer ministro Nawaz Sharif, y prometió erradicar la pobreza, la inestabilidad económica y la partidización de la administración pública, así como aumentar la transparencia, la eficiencia y la responsabilidad del Estado.

El autoproclamado presidente organizó el 30 de abril un referendo en el cual 98 por ciento de los votantes aprobaron que permanezca en su cargo hasta 2007, según datos oficiales, pero la mayoría de los objetivos planteados hace dos años y medio no han sido alcanzados.

Las autoridades enfatizan que el déficit fiscal se redujo de siete a 3,5 por ciento del producto interno bruto (PIB), la deuda externa fue rengociada para aliviar su peso, y las reservas de moneda extranjera aumentaron a 5.300 millones de dólares, una cifra sin precedentes en la historia del país.

Sim embargo, expertos del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) coinciden con ecomomistas independientes al señalar que esos logros no se deben a reformas implementadas por el gobierno, sino al aumento del apoyo internacional al país, por causas políticas.

Tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, Musharraf se alineó con la campaña internacional antiterrorista lanzada por el presidente estadounidense, Geroge W. Bush, y su respaldo apoyo fue crucial para el desarrollo de la ofensiva militar en Afganistán que dio comienzo a esa campaña.

Islamabad cosechó a cambio el levantamiento de sanciones que se impusieron en 1998 por realizar ensayos de armas nucleares, la disminución de presiones por la restauración de la democracia, y un gran aumento del apoyo económico, diplomático y militar al país por parte de Estados Unidos y otras potencias occidentales.

El país aún afronta graves problemas debido a la disminución de inversiones en el periodo 2000-2001, un inadecuado sistema de recaudación de impuestos, escaso gasto social, alto nivel de pobreza y bajo desarrollo humano, señaló el BAD en un informe del mes pasado.

Además, la inversión extranjera directa disminuyó 14 por ciento este año fiscal, en relación con el anterior.

La reducción del déficit, en términos de porcentaje del PIB, se logró mediante recortes del presupuesto para desarrollo, que fue en 2001 el menor de la historia del país, explicó un funcionario del BAD en Islamabad, quien pidió el anonimato.

El aumento de la reserva de divisas no se debe a un incremento de las exportaciones, que cayeron en 2001 a un valor de 7.000 millones de dólares, lejos de los 10.000 millones previstos por el gobierno, sino a ”factores artificiales”, comentó.

Esos factores fueron ”aumento de las remesas de pakistaníes residentes en otros países, que se habían interrumpido por la crisis del sistema anterior para realizarlas, compra de 2.600 millones de dólares por parte del gobierno, y ayuda internacional por valor de 1.600 millones de dólares tras el 11 de septiembre”, detalló.

”Lo que más decepciona es la escasez del gasto social, que disminuyó 15 por ciento en el actual año fiscal”, agregó.

El Banco Mundial afirmó en su último informe que Islamabad no debe cantar victoria debido a esa circunstancia, y que las ventajas logradas por el país después del 11 de septiembre no han beneficiado a la población.

”La forma más convincente de lograr cambios irreversibles es lograr contundentes resultados positivos para la gente, que conviertan en suicidio político cualquier intento de dar marcha atrás”, sostuvo.

Las perspectivas políticas en Pakistán no estarán claras hasta que se realicen las elecciones parlamentarias previstas para octubre, añadió.

El PIB decreció en 2001 según la última edición del informe anual del FMI ”Perspectiva Económica Mundial”, y ”la economía pakistaní se habría ido a pique si no hubieran ocurrido los acontecimientos del 11 de septiembre”, opinó un funcionario del Fondo en Islamabad, que no quiso ser identificado.

Muchos ciudadanos afirman que sus actuales condiciones de vida son iguales o peores que antes del golpe de Estado.

”No voté en el referendo porque estoy peor que hace tres años”, dijo a IPS Manzoor Ahmed, empleado de una firma privada en la capital.

”Pagamos más que antes por casi todo, incluyendo alimentos y combustible”, comentó Bashira Bibi, trabajadora del servicio doméstico.

Los precios de 37 productos básicos aumentaron en promedio 20 por ciento de octubre de 1999 a marzo de este año, según una investigación del diario Dawn, que se edita en inglés.

En ese periodo, las tarifas de energía aumentaron hasta 40 por ciento, y los precios de algunos alimentos crecieron 51 por ciento, destacó.

Entre las medidas económicas más impopulares del gobierno están un impuesto de 15 por ciento a medicamentos, y aumentos salariales de entre 100 a 320 por ciento en los últimos 30 meses para el presidente, gobernadores de provincias, ministros provinciales y federales, y jueces de la Corte Suprema federal y de altas cortes federales.

Esos incrementos contrastan con el aumento salarial de 25 por ciento otorgado en el presupuesto 2000-2001 a la mayoría de los empleados públicos, que habían pasado cinco años sin mejora de sus remuneraciones.

Más de un tercio de los 135 millones de habitantes del país viven con menos de un dólar diario, más de 45 por ciento carecen de acceso a atención médica primaria, y el desempleo afecta a 7,8 por ciento de la población económicamente activa según datos oficiales, aunque los críticos afirman que el porcentaje real es mucho mayor. (FIN/IPS/tra-eng/mr/js/mp/ip/02

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