DERECHOS HUMANOS: Amnistía exige seguridad sin abusos

Los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos abrieron en varios países un periodo de marcado deterioro del respeto de los derechos humanos de los residentes extranjeros, advirtió este martes la organización Amnistía Internacional en su informe anual.

Varios gobiernos, entre ellos algunos ”que lucharon por el establecimiento” de normas universales de derechos humanos, presentaron ”un desafío directo” a esas mismas normas, indica el informe, difundido este martes en la sede de Amnistía en Londres.

Estados Unidos y Gran Bretaña tomaron medidas contra los extranjeros, señaló Amnistía Internacional.

”Varios gobiernos se subieron al vagón del 'antiterrorismo' y aprovecharon la ocasión para aumentar la represión, socavar la protección a los derechos humanos y aplastar el disenso político”, según Amnistía.

Entre las medidas violatorias de los derechos humanos adoptadas con la excusa de la ”guerra contra el terrorismo” figuran ”detenciones por tiempo indefinido sin juicio, tribunales especiales” que actúan en secreto, ”en algunos casos creando sistemas de justicia penal fantasmas”.

”Los derechos humanos y la seguridad nacional no son incompatibles. El sistema de derechos humanos no fue creado por las organizaciones de derechos humanos sino por los gobiernos, lo que demuestra la compatibilidad de los dos objetivos”, dijo a la prensa la secretaria general de Amnistía, Irene Khan.

Gran Bretaña ”es el único estado” de Europa ”que atentó contra la Comisión Europea de Derechos Humanos al presentar proyectos de ley que permiten la detención sin acusación”, lo cual constituye ”una medida bastante severa, sin paralelo”, sostuvo Khan.

Amnistía ”reconoce que en caso de emergencia pueden tomarse algunas medidas que suspendan ciertos derechos” humanos, agregó la activista. Sin embargo, advirtió que ”algunos derechos, como el derecho a la vida, son tan fundamentales que pasan por encima de toda otra consideración”.

El carácter de la mayoría de las violaciones de derechos humanos cometidas en Estados Unidos cambió significativamente luego de los atentados del 11 de septiembre, dijo a IPS la investigadora de Amnistía Angela Wright.

”Antes, nuestra preocupación se concentraba en asuntos como la situación de los presos, la mayoría de ellos estadounidenses”, pero ahora aquellos que parecen árabes, sudasiáticos y musulmanes en general sufren ataques, y el gobierno logró la aprobación de leyes dirigidas contra los extranjeros residentes, agregó Wright.

El Fiscal General tiene ahora la potestad de ordenar la detención por tiempo indefinido de extranjeros por la mera sospecha de que constituyen una amenaza para la seguridad nacional, según la activista. La nueva norma ”ha sido utilizada con mucha amplitud en los últimos meses”, agregó.

Un clima de sospecha y desconfianza hacia los extranjeros, promovido por políticos más preocupados por su popularidad que por el respeto a las normas internacionales de derechos humanos, originó actos de racismo, indica el informe.

”El mundo, sin duda, ha cambiado radicalmente desde el 11 de septiembre, pero muchas cosas siguen igual: la falta de respeto por la vida y por la dignidad humanas, así como por los derechos económicos, culturales y sociales”, agregó Amnistía.

El estudio advierte que continúa ”la escalada de viejos enconos, como los de Medio Oriente, Afganistán y Colombia”.

El informe documenta ejecuciones extrajudiciales, confirmadas o posibles, en 47 países, y ejecuciones por condenas judiciales en 27.

En 35 estados se registraron desapariciones o hay casos que continúan sin resolverse, y en 111 hubo personas torturadas y maltratadas. Al menos 56 gobiernos tienen presos de conciencia.

Pero las cifras corresponden sólo a los casos documentados, y Amnistía destaca que los números reales pueden ser mucho más elevados.

”En Israel y los territorios palestinos ocupados continúa habiendo matanzas perpetradas por las fuerzas de defensa israelíes y organizaciones armadas palestinas, torturas de detenidos y juicios injustos”, aseguró el informe.

Las matanzas y ejecuciones masivas afectaron en Afganistán principalmente a minorías religiosas y étnicas, y, mientras estuvieron en el poder, las milicias islámicas de Talibán fueron responsables de amputaciones y mutilaciones contra la población civil.

Durante los ataques aéreos dirigidos entre octubre y diciembre por Estados Unidos, ”un número desconocido de civiles fueron asesinados, o sus viviendas y propiedades resultaron destruidas”, indicó Amnistía. ”Estados Unidos y sus aliados pueden haber violado las reglas de la guerra” en Afganistán, agregó.

En Colombia, las estadísticas son ”desesperanzadoras”, y apuntan a más de 300 personas desaparecidas, más de 4.000 civiles asesinados fuera de combate, la mayoría por paramilitares respaldados por el ejército, y más de 1.700 secuestrados, en general por organizaciones guerrilleras.

Además, hubo en el país un alto número de violaciones de derechos humanos cometidas por ”grupos armados”. Amnistía evita el uso de la palabra ”terrorismo” pues no hay una definición internacionalmente acordada.

Lo que para unos es un terrorista, para otros un combatiente por la libertad, y la palabra terrorista ”tiene una connotación política”, puntualizó Khan.

El informe presenta un recuento de los hechos entre enero y abril de este año.

En ese periodo, las autoridades de India no protegieron a la población de la violencia religiosa que ”causó la muerte de cientos de personas y el desplazamiento de miles” en el norte del país.

En Zimbabwe, la situación de los derechos humanos se deterioró considerablemente durante la campaña hacia las elecciones presidenciales de marzo.

El clima mundial ”es ahora menos acogedor que antes para los activistas de los derechos humanos”, dado que los gobiernos anteponen la seguridad como su preocupación primaria.

No obstante, la sociedad civil apoya cada vez más a Amnistía, y la organización cuenta con la ”autoridad popular”, afirmó su secretaria general.

Si bien hubo un número muy alto de violaciones en materia de derechos humanos, el año pasado también se registraron algunos avances.

Por ejemplo, todas las condenas a muerte de menores de edad fueron conmutadas a cadena perpetua en Pakistán, tras una reunión entre Khan y el presidente Pervez Musharraf. La decisión salvó la vida de unos 100 jóvenes.

En Tanzania, fueron liberados Juma Duni Haji y Machano Khamis Ali, ambos presos de conciencia.

Tras cuatro décadas en una cárcel china recuperó la libertad el tibetano Jigme Sangpo, de 76 años, y otros prisioneros de conciencia fueron liberados en Angola, Burundi, Cuba, Honduras y la República Democrática del Congo, entre otros países. (FIN/IPS/tra-en/ss/sm/mj-lp/hd/02

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