CULTURA-VENEZUELA: Instituciones al borde del colapso

Las entidades culturales estatales de Venezuela atraviesan una severa crisis económica y varias de ellas están al borde del colapso por falta de recursos para cancelar servicios básicos y el pago de salarios.

Los centros culturales afrontan un verdadero vía crucis, como fuera escenificado por trabajadores del sector una semana atrás, en una protesta para exigir la cancelación de deudas salariales.

Funcionarios de varios centros de Caracas amenazaron con intensificar los reclamos esta semana ante la agudización de los problemas en el área, tras la crisis institucional de abril que derivó en el frustrado golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez.

Un ejemplo de esa crisis es el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), que no ha emitido pagos en lo que va del año y acumula deudas desde los últimos meses del año pasado y hasta de 2000.

Pero el Celarg no es un caso aislado. El Museo de Bellas Artes tenía habilitada en abril sólo una línea telefónica, pues las demás estaban suspendidas por falta de pagos, y este mes quedará sin servicio eléctrico si no paga las facturas atrasadas.

En tanto, la Cinemateca Nacional suspendió su programa de televisión semanal por falta de fondos y sus adeudos suman 3,5 millones de dólares. Para enfrentar esas obligaciones sólo cuenta con la aprobación de poco más de un millón de dólares, pese a que había solicitado un presupuesto de 4,7 millones para este año.

Situaciones como éstas se repiten en las decenas de instituciones culturales que dependen del Estado.

Mientras, el presupuesto general del sector cultural para este año aún está en las instancias administrativas, sin que recibiera el último empujón en el Consejo de Ministros. Esa situación obligó a los museos y otras entidades ha trabajar esta cuarta parte de 2002 sin las garantías presupuestarias necesarias.

”El verdadero problema es que en los últimos dos años los recursos asignados al Consejo Nacional de la Cultura (Conac) han sido los más bajos de toda su historia y eso ha provocado una paralización de las instituciones y actividades”, dijo Alberto Arvelo, quien integró el directorio del organismo.

Arvelo renunció al Conac, entidad encargada de administrar los recursos del sector cultural, por discrepancias con el gobierno de Chávez, al cual responsabilidad de manera directa por la crisis.

Chávez anunció a comienzos del año pasado lo que denominó la ”revolución cultural bolivariana”. Críticos de esa política indican que en la práctica sólo significó la destitución masiva de directivos de museos y centros culturales del Estado.

Algunas de las personas que se hicieron cargo de los centros renunciaron debido a la insuficiencia presupuestaria para desarrollar los planes culturales de cambio propuestos en esa política gubernamental.

”La experiencia de un museo no debe ser meramente de sobrevivir, pagar al personal y la electricidad, y abrir las puertas al público. La programación y las publicaciones se están viendo seriamente afectadas”, explicó la presidenta de la Galería de Arte Nacional, María Luz Cárdenas.

En tanto, el presidente del Celarg, Roberto Hernández Montoya, justificó ante el personal del centro que ”el dinero no está disponible en este momento, pues hay una serie de pasos administrativos muy complejos que han hecho que las cosas lleguen a este punto”.

Pero los empleados del Celarg han tomado la voz cantante de la protesta con un sentido creativo. El 30 de abril representaron el rezo de un rosario católico ante las puertas de varios centros estatales y en tono de oración exclamaron ”primer misterio: la regularización de los pagos de sueldos del personal”.

Hasta ahora los trabajadores del sector cultural no han apelado a la paralización de actividades, ya que consideran que ésta no es una vía idónea para reclamar por sus derechos.

Lo que la crisis económica sí ha traído como experiencia en muchas entidades culturales del Estado ha sido la creación de sindicatos de empleados, como fue el caso del Museo de Arte Contemporáneo.

La directora general del Conac, Maricruz Fadull, recalcó que ”el presupuesto de la cultura no puede seguir siendo minoritario, pues es sólo 0,05 por ciento del total de la nación”. Precisó que su dependencia aún aguarda el desembolso de 8,2 millones de dólares correspondientes a 2001.

El presupuesto planteado para este año es en torno a 117 millones de dólares.

Algunos funcionarios del sector cultural aseguraron a IPS que la crisis se ha agudizado por la falta de un funcionario ”al más alto nivel” en el gobierno.

Al llegar al poder, en febrero de 1999, Chávez le quitó el rango de ministerio al sector cultura y lo transformó en viceministerio en la órbita del Ministerio de Educación, que también abarca a deportes.

Manuel Espinoza, viceministro de Cultura y también presidente del Conac, ha admitido que debería restituirse el rango de ministerio al sector. Pero eso no ha tenido eco alguno en el gobierno.

El debate político concentra toda la atención y esfuerzo, tanto gubernamental como social, dejando de lado toda preocupación por el área cultural.

El golpe de Estado que alejó a Chávez del gobierno del 12 al 14 de abril trajo consigo, tras su restitución, un reordenamiento político y una revisión institucional, en los que no parece tener cabida algún tipo de solución para el sector cultural venezolano. (FIN/IPS/ac/dm/cr/02

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