La tesis de Estados Unidos de la amenaza potencial de Cuba a su seguridad ha mutado como el peor de los virus durante décadas, adaptándose a los tiempos, con variedad de tonos, pero sin desaparecer nunca.
La idea de destruir a Cuba, una obsesión que lleva más de 43 años, ha conducido y conduce todavía la política de Estados Unidos por un camino tortuoso lleno de mentiras, errores, fracasos y desaciertos, afirmó el viernes el presidente cubano Fidel Castro.
Cuba estaría en condiciones, aseguran exiliados cubanos y algunos expertos, de lanzar ataques contra las computadoras de Estados Unidos y, peor aún, incursionar en una guerra biológica que amenazaría a toda la población estadounidense.
La polémica entre La Habana y Washington en materia de bioterrorismo alcanzó su clímax el 6 de este mes, cuando el subsecretario de Estado estadounidense para el Control de Armas, John Bolton, afirmó que Cuba estaría desarrollando armas biológicas.
En un discurso en la Fundación Heritage, de Washington, Bolton consideró que la amenaza de Cuba a la seguridad de Estados Unidos ha sido minimizada y recordó el viaje realizado el año pasado por Castro a Irán, Siria y Libia.
Según el subsecretario de Estado, Cuba tiene al menos una limitada investigación de armamento biológico ofensivo y un esfuerzo de desarrollo (y ha) proporcionado tecnología de uso dual a otros estados hostiles.
La acusación de Bolton fue respondida por Castro, quien en una comparecencia especial desafió al gobierno de George W. Bush a presentar pruebas de sus dichos.
A juicio de Castro, lo que se persigue con esta acusación es sabotear la compra de alimentos que ha venido haciendo Cuba en Estados Unidos desde que fue arrasada por el huracán Michelle, en noviembre.
Empresas de 27 estados estadounidenses han vendido casi medio millón de toneladas de alimentos a la isla por un monto de 90 millones de dólares y han explorado las potencialidades de un mercado calculado en 1.000 millones de dólares anuales.
Analistas de diversas tendencias comparten la lógica de Castro. Como norma, afirman, cada vez que la balanza empieza a inclinarse hacia el levantamiento del embargo económico que Estados Unidos aplica a la isla, algo sucede para impedirlo.
El presidente del Comité Selecto de Inteligencia del Senado, Bob Graham, señaló esta semana que la adopción de nuevos pasos hacia una apertura comercial con Cuba se retardarán.
Por su parte, el no gubernamental Centro de Política Internacional, con sede en Washington, consideró la acusación de Bolton como un esfuerzo desesperado para detener lo inevitable, el levantamiento del embargo mantenido desde 1961.
Se trata también, añadió el Centro de Política Internacional, de un paso de la Casa Blanca para satisfacer a la línea dura del exilio cubano en momentos en que el hermano del presidente, Jeb Bush, busca su reelección como gobernador del estado de Florida, que tiene una fuerte comunidad cubano-estadounidense.
La acusación de Bolton antecede la visita a Cuba del ex presidente estadounidense Jimmy Carter, que fue fuertemente criticada por representantes del lobby anticastrista.
Carter permanecerá en la isla desde este domingo hasta el viernes, cenará dos veces Castro, hará una intervención que se transmitirá en vivo por la televisión del Estado y aún tendrá tiempo para recibir a representantes de la oposición.
La agenda de Carter incluye una visita al Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, una de las más importantes instituciones científicas cubanas.
Entre 1990 y 1997, Cuba invirtió 80 millones de dólares en el desarrollo de unas 40 instalaciones de investigación y, como resultado de esa política, ha registrado 24 productos entre biofármacos y vacunas, 49 fármacos genéricos de avanzada, cinco preparados para el tratamiento del sida, 15 nuevos equipos médicos y 24 sistemas de diagnóstico.
Castro reveló que científicos cubanos trabajan en 29 nuevas vacunas, entre ellas ocho contra el cáncer, cuatro de las cuales ya están en pruebas clínicas en Cuba, Canadá, Argentina y Gran Bretaña.
Acuerdos de transferencia de tecnología se han firmado con México, Brasil, Venezuela, India, China, Brasil, Egipto, Malasia, Rusia, Sudáfrica, Túnez, Argelia, Gran Bretaña y Bélgica, y se negocia con Holanda, España, Vietnam, Ucrania, Alemania y Estados Unidos.
El presidente cubano aseguró que los centros de investigación cubanos están abiertos a cualquier institución de carácter internacional y que su gobierno estaría dispuesta a alcanzar un acuerdo de cooperación en esta materia con Estados Unidos.
También señaló que la ley Contra Actos de Terrorismo, promulgada el año pasado en Cuba, prevé sanciones hasta la pena de muerte para quien fabrique, facilite, venda, transporte, remita, introduzca en el país o tenga en su poder, agentes químicos o biológicos que puedan convertirse en armas. (FIN/IPS/da/ff/ip sc/02