Al menos ocho personas murieron este martes en la noroccidental ciudad colombiana de Medellín, en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y guerrilleros urbanos de las FARC y el ELN, las principales organizaciones insurgentes del país.
La radioemisora Caracol informó que un operativo policial iniciado de madrugada derivó en duros combates que afectaron a los residentes de la zona afectada. Treinta y cinco personas resultaron heridas, según Caracol.
Un residente del área que solicitó no ser identificado dijo a la emisora que al menos tres civiles, entre ellos dos menores, resultaron muertos en el fuego cruzado entre los guerrilleros y unidades del ejército y de la policía.
Una mujer afirmó que las balas y explosiones se sintieron por todos lados durante varias horas.
Organizaciones humanitarias y personas con banderas blancas pidieron a la policía y al ejército que suspendieran el operativo para permitirles retirar los cadáveres y evacuar los heridos.
El operativo estaba dirigido contra las milicias urbanas de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y del ELN (Ejército de Liberación Nacional).
El comandante de la división del ejército que opera en el noroeste colombiano, general Mario Montoya, dijo que en el operativo fue dado de baja un reconocido dirigente del ELN, cuyo nombre no fue divulgado, y capturados cuatro más.
Las FARC cuenta con unos 17.000 combatientes y el ELN, con entre 5.000 y 8.000.
Los combates de este martes estuvieron precedidos por un atentado de las FARC en un puente de la carretera que une a Medellín con la central ciudad de Pereira. Dos personas murieron y otras que viajaban en dos vehículos que cayeron al río están desaparecidas.
Los ataques de las FARC no alterarán el desarrollo de la primera vuelta de las elecciones presidenciales convocadas para este domingo, afirmó el ministro del Interior, Armando Estrada.
La seguridad de los comicios etará a cargo de 250.000 soldados y policías tendrán a su cargo la seguridad en los comicios, dijo Estrada.
El combate en Medellín coincidió con la presentación de un informe del representante en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Anders Kompass, sobre la masacre de 119 civiles el 2 de este mes en la noroccidental localidad de Bojayá.
Kompass responsabilizó a las FARC de la muerte de los civiles que, temerosos por el fuego cruzado entre guerrilleros y paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), se habían refugiado en una iglesia católica.
La FARC arrojaron cilindros de gas que, al explotar, causaron las muertes, heridas a más de 80 personas y numerosos destrozos.
Kompass señaló que estas conductas, violatorias de las normas del derecho internacional humanitario, constituyen ataques indiscriminados contra la población civil.
El funcionario también responsabiliza directamente a las FARC de los múltiples y masivos desplazamientos que causó el ataque y a las AUC, que cuentan con unos 11.000 combatientes, por haber expuesto a los civiles a los enfrentamientos.
Así mismo, Kompass expresó su preocupación por la falta de respuesta eficaz y oportuna de las autoridades, pues la ausencia o presencia insuficiente de agentes del Estado en el área aumentó la vulnerabilidad de la población expuesta a los actores armados.
El funcionario internacional recomendó a la Fiscalía realizar una investigación penal para establecer la responsabilidad de las FARC, los paramilitares y de los servidores públicos omisos en el deber de proteger a la población.
Así mismo, Kompass llamó a la resolución pacífica del conflicto armado colombiano, en el que los civiles son los más afectados.(FIN/IPS/yf/np-hr
