El presidente de Chile, Ricardo Lagos, anunció este martes un ambicioso programa de salud y prometió terminar con la extrema pobreza durante su mandato, en el Mensaje a la Nación leído en la sede del Congreso en Valparaíso, cuyas calles fueron escenario de protestas estudiantiles.
Más de 100 detenidos y al menos dos heridos de gravedad dejaron como resultado los enfrentamientos entre unos 3.000 manifestantes y las fuerzas antimotines de la policía de Carabineros en Valparaíso, un puerto situado 120 kilómetros al oeste de Santiago.
Lagos, cuyo mandato comenzó el 11 de marzo de 2000 y finalizará en la misma fecha de 2006, hizo una firme defensa de su gestión en este tercer Mensaje a la Nación, el tradicional informe que marca la inauguración del periodo ordinario de legislatura del parlamento bicameral.
El presidente socialista, que gobierna con una coalición de centroizquierda, salió al paso de las críticas de la oposición derechista, que en los últimos días lo acusó de haber cumplido apenas 16 por ciento de las promesas contenidas en su primer Mensaje a la Nación, el 21 de mayo de 2000.
A la vez, Lagos y su gobierno fueron blancos este martes en Valparaíso de las protestas de estudiantes universitarios, de organizaciones indígenas y de los sindicatos de profesores y trabajadores portuarios, que tienden a identificarse con los comunistas y otras fuerzas de la llamada izquierda extraparlamentaria.
La secretaria general del Partido Comunista, Gladys Marín, fue bañada por el carro hidrante de Carabineros durante la represión de las protestas, que culminaron con numerosos detenidos, entre ellos Rodrigo Bustos, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).
La Universidad de Chile, el mayor plantel estatal de educación superior, está casi totalmente paralizada desde hace dos semanas, como consecuencia de huelgas de los estudiantes, que también mantienen ocupados varias facultades y recintos universitarios.
La FECH y otras federaciones universitarias movilizaron a los estudiantes desde Arica, 2.050 kilómetros al norte de Santiago, hasta Valdivia, 835 kilómetros al sur de la capital chilena, que convergieron este día en Valparaíso.
Los jóvenes exigen que el gobierno reforme los sistemas de pago de la educación superior, que actualmente se basan en tarifas únicas, sustituyéndolos por aranceles diferenciados de acuerdo a los ingresos de las familias e, incluso, con prestaciones gratuitas para los alumnos más pobres.
También piden anulaciones y refinanciamiento de deudas contraídas por miles de graduados con el sistema de crédito universitario, para costear sus estudios, y que el Estado cubra el déficit de presupuesto de la Universidad de Chile y de las demás entidades educativas públicos.
En una improvisación durante su discurso, Lagos dijo que entendía las demandas de los estudiantes y manifestó que su derecho a manifestarse era propio de la democracia, pero los exhortó a protestar con el rostro descubierto.
El mandatario aludió así a activistas encapuchados que habitualmente se enfrentan con violencia contra la policía con cócteles Molotov y hondas.
Esos manifestantes dirigieron este martes en Valparaíso durante las manifestaciones el saqueo y destrucción parcial de locales de la cadena de comida rápida McDonald's y de un centro de Telefónica, la empresa transnacional de origen español.
Los manifestantes refutaron a Lagos y acusaron al gobierno de provocar los disturbios al pretender restringir la marcha de protesta, impidiendo que se acercara a la sede del Congreso.
Estábamos marchando pacíficamente, hasta que Carabineros llegó a actuar con brutalidad, dijo Bustos, poco antes de ser arrestado.
Este es el Chile de la represión, donde los derechos humanos no se respetan y no se permite que los ciudadanos nos manifestemos en nuestras calles, sostuvo Marín.
Fuentes de la policía dijeron que, entre las más de 100 personas detenidas, 74 fueron acusados de desórdenes graves y otros seis de agresiones a efectivos de Carabineros.
En su mensaje que se prolongó por una hora y 20 minutos, Lagos anunció nuevos subsidios, bonos y aportes solidarios con vistas a terminar durante su mandato con la extrema pobreza o indigencia, que afecta a unas 200.000 personas en este país de 16 millones de habitantes.
En otro anuncio calificado de trascendente, dijo que el sistema estatal de Salud cubrirá a la población de 56 enfermedades más recurrentes, mediante una reforma que será financiada con impuestos al tabaco, el alcohol y a los combustibles.
Entre esas dolencias mencionó a las llamadas catastróficas, como cáncer, sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y trastornos cerebrales.
Lagos, en relación con el frente económico-social, confirmó el propósito de su gobierno de crear 150.000 empleos este año para combatir la desocupación, que hoy ronda nueve por ciento de la fuerza laboral activa.
La ampliación de la cobertura educacional, para crear realmente igualdad de oportunidades, y la ampliación de la tasa de conectividad a Internet, sobre todo en colegios y localidades aisladas, fueron otros dos aspectos sobre los cuales Lagos sostuvo que se están cumpliendo sus objetivos programáticos.
El presidente exhortó al parlamento a legislar en este período sobre el divorcio y a aprobar las reformas que su gobierno está promoviendo a la Constitución en vigor, heredada de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Entre estos cambios mencionó el término de los senadores designados al margen del voto popular y vitalicios, condición que favorece a los ex mandatarios.
Abogó también por la reforma del sistema binominal que se aplica para las elecciones de senadores y diputados, que prevé solo dos cargos por cada circunscripción y distrito, con lo cual se favorece a la mayoría y a la gran minoría, dejando sin acceso al parlamento a las agrupaciones menores, como los comunistas y los ecologistas.
Lagos exhortó así mismo a aprobar la reforma que otorgará reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas, pero no mencionó en esta oportunidad la restitución al Presidente de la República de la facultad de remover de sus cargos a los altos jefes de las Fuerzas Armadas. (FIN/IPS/ggr/dm/ip/02