Los actos de celebración de los 100 años del fotógrafo mexicano Manuel Alvarez Bravo, el poeta surrealista de la lente, se extenderán por dos años en México y varios países.
Museos y salas de arte de México, España, Francia y Holanda organizaron exposiciones y conferencias este año y en 2003 sobre la obra de Alvarez Bravo, el único artista mexicano de su talante y época que aún vive.
Las imágenes mágicas y líricas de Alvarez Bravo escapan a interpretaciones fáciles, sostuvo Susan Kismeric, curadora del Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde el fotógrafo expuso en 1997.
Detrás de la aparente ingenuidad de sus imágenes se despliegan múltiples significados y lecturas, lo cual le da a su obra un carácter cuasi surrealista, señaló.
Las fotografías del artista mexicano, conseguidas sin trucos de laboratorio ni actuaciones, atrapan momentos de la vida y el paisaje en planos cerrados o abiertos, pero siempre con fina estética y alto contrastes de luz.
Alvarez Bravo mantuvo una actividad frenética entre los año 20 y 70, que se traduce en miles de imágenes, para luego bajar el ritmo hasta un estado contemplativo, como él mismo lo caracteriza.
Don Manuel nos ha enseñado a ver, y también a contribuido poderosamente a nuestra percepción estética. Nos invita a revalorar las inmediaciones y las circunstancias, profundizando la capacidad admirativa de lo real y surreal, apuntó el escritor mexicano Carlos Monsiváis.
Los actos conmemorativos por los 100 años de Alvarez Bravo se iniciaron el 4 de febrero, justo el día de su cumpleaños, en México, donde la comunidad artística local lo felicitó directamente.
De ahí en adelante, se sucedieron múltiples exposiciones de su obra, conferencias y fiestas en su honor. Los actos planeados se extenderán hasta el año próximo.
En el Museo de Arte Moderno de la capital mexicana se instaló una pequeña muestra permanente de Alvarez Bravo, que es una de las más visitadas, según indicaron los encargados del lugar.
La serie de exposiciones que incluyen varias salas y galerías de la capital y del interior del país, tendrán uno de sus clímax en noviembre, cuando fotógrafos de México y del exterior realicen un coloquio internacional para analizar la obra del centenario artista.
Una de las muestras que se mantendrá hasta inicios de 2003 se presenta desde febrero en el aeropuerto internacional de la capital
En tanto, en Barcelona, París y Rotterdam también se organizaron exposiciones a propósito de los 100 años del artista.
El fotógrafo, quien se caracteriza a sí mismo como un hombre tímido, se dice sorprendido por los homenajes y las palabras de felicitación y admiración que recibe.
Sobre los comentarios de críticos y expertos, Alvarez Bravo declara no tener idea de los comentarios, (pues) los críticos ven más cosas que yo.
Alvarez Bravo se aproxima al mundo de manera fantástica, es sorprendente su capacidad para reconciliar tendencias opuestas, como el impulso documental de retratar la vida tal cual es, con una sensibilidad poética, casi surrealista, opinó Claudia Yuskoff, curadora del Museo J. Paul Getty, de los Angeles, Estados Unidos.
Para Jean-Luc Monterroso, director de la Casa Europea de la Fotografía, Alvarez Bravo es un inmenso fotógrafo.
Un fotógrafo por lo general tiene un período de creatividad de 10 años, y después ya no hace más que repetirse. Pero Alvarez Bravo no se repite nunca, expresó.
Sólo soy alguien que encontró su camino en la fotografía. Siempre leí, desde niño vi arte, mucha pintura y desde luego escucho mucha música, todo eso me alimentó y se traduce en mi obra, declaró.
Kismeric comentó que, si tuviera que descubrir la obra de Alvarez Bravo en una palabra, sin duda esa sería honestidad, no hay trucos. (FIN/IPS/dc/dm/cr/02
