El presidente Eduardo Duhalde amenaza con renunciar si el Congreso legislativo no aprueba con rapidez leyes recomendadas por el FMI, según versiones insistentes que se consolidan día a día a pesar de los intentos del gobierno por minimizarlas.
En una reunión con legisladores y ministros el miércoles, Duhalde golpeó la mesa y advirtió que esto no es un juego, pues se marcha demasiado despacio, y a este ritmo, no me interesa, informó este jueves el portavoz del presidente, Eduardo Amadeo.
Duhalde pidió a todos asumir sus responsabilidades y la advertencia del presidente llegó fuerte, dijo Amadeo. Yo trabajo 20 horas por día, me estoy matando para esto, y parece que aquí hay gente que mira para el cielo, se quejó el mandatario, según su portavoz.
Pero el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, afirmó que en ningún momento el presidente pensó en evadir sus responsabilidades de gobernar el país en estas condiciones tan difíciles y tan críticas.
Si no me votan las leyes no sigo, fue este jueves el título principal de la portada del diario Página 12, reproduciendo palabras del presidente, según allegados suyos.
Por su parte, el diario Clarín sostuvo que Duhalde presiona con su renuncia, y La Nación destacó que Duhalde busca apoyos y condiciona su permanencia en el gobierno.
Diversas fuentes indicaron que Duhalde amenazó el miércoles con renunciar esta misma semana si el Congreso no aprueba, como recomienda el FMI (Fondo Monetario Internacional), una nueva ley de subversión económica. Por la norma vigente están procesados banqueros y ex funcionarios.
Algunos dirigentes señalaron, incluso, que el presidente renunciaría el próximo lunes, en una reunión con gobernadores pertenecientes a su Partido Justicialistas.
La presunta amenaza causó sorpresa, pues el Congreso y los gobernadores, aun a su pesar, están avanzando en el debate de las normas exigidas. Algunos colaboradores cercanos de Duhalde admitieron que el presidente volvió muy escéptico de su gira por Europa, donde el mensaje de sus pares fue unívoco.
El presidente del gobierno de España, José Maria Aznar, y el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, advirtieron a Argentina que no habrá ningún acuerdo bilateral de ayuda financiera ni de apertura comercial si el país no firma antes un convenio con el FMI.
Por su parte, el FMI condiciona el acuerdo a una reducción del gasto público de las provincias y a la aprobación de diversas leyes.
Así mismo, Duhalde debió mediar a su retorno entre el ministro de Economía, Roberto Lavagna, y el presidente del Banco Central, Mario Blejer, por la negativa del segundo a flexibilizar las restricciones al retiro de los depósitos bancarios que sufren los ahorradores.
Lavagna, que regresó este jueves de Washington con la promesa de un acuerdo con el FMI antes de fines de junio, pretende una solución que permita a los ahorradores usar certificados de depósitos para diversas compras.
Blejer, en cambio, teme una corrida cambiaria y un aumento de la inflación que si se flexibilizan las restricciones, y amenazó con su renuncia.
Duhalde convenció a Blejer de permanecer en el cargo y se comprometió a presionar al parlamento para que apruebe una ley que proteja al directorio del Banco Central de eventuales procesos legales.
En las diversas entrevistas realizadas al regresar de Europa, Duhalde mostró un diagnóstico muy severo marcado por la agudización de la crisis, la falta de respaldo internacional y la dilación del Congreso para aprobar las leyes.
El mandatario se habría quejado porque fue designado por el parlamento el 1 de enero para concluir el mandato que dejó trunco su antecesor Fernando de la Rúa, y ahora los mismos legisladores le impiden sellar el acuerdo con el FMI.
A pesar de esto, Atanasof aseguró que el gobierno no incluye ni como hipótesis de trabajo la posibilidad de anticipar la convocatoria a elecciones previstas para septiembre de 2003.
El jefe de Gabinete sí admitió que el presidente exigió al parlamento que cumpla los acuerdos firmados para avanzar en el plan que permita a Argentina salir de la crisis sin dilaciones.
Se refería así al acuerdo de 14 puntos firmado en abril por el gobierno, los gobernadores provinciales y los líderes parlamentarios oficialistas para conseguir que se destrabe el acuerdo con el FMI.
El comproomiso incluía la aprobación de una nueva ley de quiebras y la derogación de la ley de subversión económica. La primera medida ya fue aprobada por el parlamento y sobre la segunda falta la sanción de Diputados.
Entre los puntos exigidos por el FMI también se estableció que 21 de las 23 provincias deberían comprometerse a reducir 60 por ciento su déficit fiscal. Pero hasta el momento, solo seis suscribieron los acuerdos. (FIN/IPS/mv/mj/ip/02