Los pobres de la rica Unión Europea (UE), que representan uno de cada cinco habitantes del bloque, piden ser protagonistas en la construcción de una nueva sociedad, dijo Jean Venard, coordinador en España del no gubernamental Movimiento Cuarto Mundo.
Esta organización realizó una conferencia en Madrid, del viernes al domingo, en la que participaron representantes de Suiza y de cinco países miembros de la UE —Bélgica, España, Francia, Gran Bretaña y Portugal-, cooperantes e integrantes del Parlamento Europeo.
El Movimiento Cuarto Mundo fue fundado en 1957 por el sacerdote católico francés Joseph Wresinski (1917-1988), quien reunió entonces a 252 familias pertenecientes a sectores sociales excluidos y menospreciados.
La organización fue reconocida con estatuto consultivo en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en el Consejo de Europa, cuenta con 340 cooperantes y tiene sedes en Bruselas, Estrasburgo, Ginebra, París, Nueva York y Washington.
Queremos actuar con los más pobres y no para ellos, afirmó Venard.
En los 15 países de la UE más de 60 millones de personas —18 por ciento de la población del bloque— viven en condiciones precarias, con ingresos 60 por ciento menores a la renta promedio, es decir inferiores a 666 dólares mensuales, afirmó en la reunión el director de la oficina del bloque en Madrid, Miguel Moltó.
Pero, además, son pobres entre cinco y 10 por ciento de los habitantes de Suiza, país europeo que no integra la UE y que figura entre los más ricos del continente, puntualizaron Françoise y Francis Jacques, un matrimonio que participó en la reunión y que reside en una pensión para enfermos en la ciudad de Lausana.
El Movimiento Cuarto Mundo siente respeto y admiración por el valor de las personas que viven en situación de exclusión, lo que proporciona fuerzas para seguir trabajando y poner fin a la miseria, indicó la organización al cabo de la reunión en la capital española.
Es importante tener diálogos con responsables políticos, pero no se puede dejar sólo en sus manos la solución de los problemas, agregó.
Si los ricos fuesen pobres un día, se darían cuenta de lo que viven los pobres y el mundo daría una gran vuelta, dijo Venard en el acto de clausura.
El activista mencionó al respecto palabras de Wresinski, quien dijo que esas familias tan pobres y humilladas tienen que subir los peldaños del palacio de la ONU y del Vaticano para que estén presentes allí donde los hombres deciden su futuro.
En Europa la clase obrera se ha aburguesado. Pero el 'lumpen' continúa existiendo. Es el 'cuarto mundo'. Pertenecen a él todas aquellas personas que viven en la miseria y que ni siquiera poseen unos mínimos canales de comunicación con la sociedad, sostuvo el analista del diario La Razón Gregorio Robles.
Este 'cuarto mundo' es un fenómeno universal, que se da tanto en las grandes ciudades de la sociedad opulenta, como también en el llamado Tercer Mundo. Está integrado por personas que se sienten rechazadas, sin acceso real a la cultura, que viven en poblados mal construidos y pisan el barro de unas calles que no existen, agregó Robles.
Antes vivía en una chabola (casilla) de madera, no tenía para comer, ni para comprarles zapatillas. Me daba vergüenza, dijo en la conferencia la española Mercedes, residente en un barrio de emergencia que crió sola a 10 hijos.
Ahora, no tengo nada, pero si necesitan zapatos se los compro, si no es un mes es en otro. Y estoy orgullosa, aunque tenga que salir de casa de madrugada para trabajar, agregó.
Otro participante, Antonio Jiménez, albañil de 33 años, vivía en una casa abandonada que ocupó junto con otros pobres en las afueras de la oriental ciudad española de Barcelona. Pero el municipio dispuso la demolición de la vivienda.
Así, Jiménez debió trasladarse a una camioneta, donde vive con su esposa y dos hijos, de tres y cinco años. El Estado español le entrega para mantener a los niños el equivalente a 200 dólares mensuales, su único ingreso.
Si consiguiera trabajo sería feliz, porque podría pagar un alquiler. No quiero que me regalen nada, sino que me dejen ganármelo, sostuvo.
La primera necesidad de los pobres es ser tenidos en cuenta y asegurar el futuro de sus hijos, dijo Venard. La mayoría tuvo padres y abuelos que también vivían en un mundo de exclusión y no quieren que sus hijos sigan ese camino, añadió.
Los integrantes del Parlamento Europeo que asistieron a la conferencia del Movimiento Cuarto Mundo en Madrid, entre ellos José María Gil Robles, presidente del Consejo Español del Movimiento Europeo, se comprometieron a hacer oir la voz de los pobres.
Por último, los participantes en la reunión mencionaron otro mensaje de Wresinski: Allí donde hay personas condenadas a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado.
También señalaron que el 17 de octubre fue reconocido por la ONU como el Día Internacional de Rechazo a la Miseria, fecha en la que volverán a expresarse. La próxima reunión del Movimiento Cuarto Mundo se realizará en Varsovia en 2004, para favorecer un acercamiento con Europa oriental. (FIN/IPS/af/mj/dv/02
