Accionistas estadounidenses de corporaciones como ExxonMobil, General Electric y Occidental Petroleum presentaron desde enero más de 18 propuestas para exigir a sus empresas la reducción de las emisiones de gases invernadero.
Los inversores solicitan a las corporaciones que revelen la composición de los productos que fabrican y la magnitud de sus emisiones de gases invernadero, a los que la mayoría de los científicos atribuyen el recalentamiento del planeta.
Así mismo, los accionistas piden una evaluación del costo de reducir las emisiones de esos gases, el principal de los cuales es el dióxido de carbono, producidos por la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas.
El ritmo de presentación de esas propuestas a las grandes empresas duplica este año el de 2001, indicaron en un informe conjunto el Centro de Investigación sobre Responsabilidad de los Inversores (IRRC) y el Foro Social de Inversión.
Las peticiones de los inversores tienen pocas posibilidades de ser adoptadas por la mayoría de los accionistas y convertirse así en normas internas de la compañía.
Las propuestas de los accionistas son una herramienta para obligar a las gerencias y a los accionistas a reconocer los riesgos del desconocimiento del cambio climático, dijo Peter Altman, coordinador de la Campaña ExxonMobil, fundada por organizaciones religiosas accionistas de la empresa petrolera.
El año pasado se votaron sólo cinco de esas propuestas, que obtuvieron el apoyo de 9,7 por ciento de las asambleas de accionistas. Esa proporción, de todos modos, es dos puntos porcentuales mayor al de las votaciones de 2000.
A pesar de la escasa incidencia de las propuestas, los activistas continúan formulándolas para atraer la atención de los consejos directivos.
El aumento de las resoluciones de este año se debe, en parte, a la incidencia de la campaña sobre el cambio climático del Centro Interfe sobre Responsabilidad Corporativa y la Coalición para Economías Ambientalmente Responsables (CERES), aseguró el informe.
El Centro Interfe es una organización fundada hace 30 años que agrupa a casi 300 inversores religiosos institucionales.
CERES, con sede en la nororiental ciudad estadounidense de Boston, está integrada por 70 organizaciones ambientalistas, accionistas y gerentes, y, según declara, los activos de sus miembros suman 300.000 millones de dólares.
Varias de las propuestas presentadas este año fueron retiradas por los propios accionistas después de que las juntas directivas de las compañías acordaron presentar la información requerida sobre emisiones de gases invernadero e iniciar un diálogo con los accionistas.
Es el caso de Unocal, Wisconisn Energy y American Electric Power, esta última el mayor emisor nacional de dióxido de carbono.
Cinco de las peticiones presentadas entre año aún aguardan ser tratadas por las juntas directivas de Allegheny Energy, American Standard, Eastman Chemical Company, ExxonMobil y Occidental Petroleum.
Por su parte, las propuestas votadas tuvieron un resultado mejor al esperado. Una formulada por accionistas de General Electric para obligar a la empresa a medir sus emisiones y brindar la información logró a fines de abril 19,1 por ciento de los votos a favor.
Esta es la votación más alta que hemos visto de una resolución sobre cambio climático, dijo la directora de servicios sociales del IRRC, Meg Vorhees.
En el caso de ExxonMobil, los inversores presentaron dos propuestas. Una de ellas pide un informe sobre los planes de la empresa para desarrollar fuentes renovables de energía, y la otra propone que la remuneración de los ejecutivos se fije de acuerdo con los resultados ambientales y sociales.
Los accionistas ambientalistas han denunciado la negativa de ExxonMobil a aceptar que los gases invernadero causan el recalentamiento del planeta, a fijar metas de reducción de emisiones de esos gases y a invertir en energía eólica y solar.
Esta compañía simplemente se niega a afrontar estos asuntos con responsabilidad, dijo Michael Crosby, sacerdote de la Orden de los Capuchinos y firmante de la resolución sobre energía renovable.
Las resoluciones de ExxonMobil fueron firmadas por 56 inversores, pero sólo representan un pequeño porcentaje del total de los accionistas. La propuesta sobre energía renovable recibió 6,1 por ciento de respaldo de los votantes en 2000 y 8,9 por ciento en 2001.
Impulsadas por la presión de los accionistas preocupados por el ambiente, varias grandes compañías anunciaron que trabajarán para reducir la cantidad de gases tóxicos que liberan en la atmósfera.
La empresa de transportes CSX Corporation acordó incluir en su sitio en la red informática mundial Internet la medición de sus emisiones de gases invernadero a partir de 1999, y actualizar los datos cada año para dar muestras de avances en la materia.
Además, la empresa promovió una unidad de energía que los trenes podrán utilizar mientras permanecen estacionados, para apagar mientras tanto sus enormes motores diesel.
En respueta a repetidas resoluciones de accionistas, Wisconsin Energy reconoció que el recalentamiento global es un problema serio, y prometió lanzar programas de energía renovable e informar sobre las emisiones de sus centrales mediante un sistema creado por el Instituto de Recursos Mundiales, con sede en Washington. (FIN/IPS/tra-en/dk/aa/lp/mj/en if/02