La capital chilena vivió este martes su segundo día consecutivo de preemergencia ambiental, en la peor crisis de contaminación atmosférica de los últimos años.
Pero la crisis, en rigor, dura ya cuatro días. Santiago fue puesta en estado de alerta ambiental el sábado y el domingo, ante el deterioro de los índices de calidad del aire, que se acentuó pese a la menor actividad laboral.
El director de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), Guillermo Díaz, señaló que persisten los riesgos de negativas condiciones climáticas, lo cual podría determinar la extensión de la preemergencia a este miércoles.
Los grados de prevención, según el sistema actualizado en 1998, determinan que se decrete alerta ambiental cuando la acumulación de partículas contaminantes por metro cúbico de aire amenaza con sobrepasar el índice de 200.
La preemergencia corresponde a tendencias de mala calidad del aire hacia el índice de 300 y la emergencia, que nunca se ha decretado hasta ahora, a previsiones de un índice de contaminación atmosférica de 400.
El año pasado se registraron tres estados de preemergencia, pero se produjeron en días aislados, con dos episodios durante fines de semana.
Esta es la primera vez desde 1998 que se registran dos días sucesivos de preemergencia ambiental, antecedidos por otras dos jornadas de alerta, que fueron las primeras de su tipo en el curso de este año en Santiago.
Informes meteorológicos indican que estos episodios se deben a la incursión hacia el extenso valle de Santiago de una vaguada costera, un aire cálido que proviene desde el océano Pacífico y que se desplaza a baja altura.
La vaguada provoca un desajuste entre las altas temperaturas en la superficie de Santiago y los fríos en la estratosfera, lo cual crea un efecto de olla de tapa que anula los vientos e impide la dispersión de las partículas contaminantes.
Las autoridades ambientales evaluarán la situación esta noche para determinar si continúa la preemergencia este miércoles. En la hipótesis más optimista, señalada por Díaz, se volvería al estado de alerta ambiental.
La Dirección Meteorológica indicó que condiciones climáticas propicias para el aumento de la contaminación persistirán hasta el próximo sábado, aunque es probable un efímero retiro de la vaguada costera este jueves.
En Santiago se mantiene entre abril y noviembre un sistema regular de restricción al tránsito de 20 por ciento de los automotores, de lunes a viernes, para tratar de contrarrestar la contaminación del aire.
La medida afecta exclusivamente a los vehículos con motores convencionales que utilizan gasolina con plomo, y se aumenta a 40 por ciento de los automotores en los casos de estado de alerta ambiental.
También en los episodios de alerta se obliga al cierre de unas 100 fuentes fijas de combustión, que emiten altas dosis de contaminantes.
En tanto, en la preemergencia las restricciones son muy superiores e incluyen a 60 por ciento de los automóviles convencionales y 20 por ciento de los vehículos equipados con un convertidor catalítico para el uso de gasolina sin plomo.
Los llamados automóviles catalíticos, que se identifican con un sello verde, contaminan 80 por ciento menos que sus similares que emplean gasolina con plomo.
En los estados de preemergencia quedan sin circular en Santiago unos 250.000 vehículos, tanto convencionales como de sello verde, indicó el intendente (representante del Poder Ejecutivo) de la Región Metropolitana, Marcelo Trivelli.
Del mismo modo, se paralizan 1.000 fuentes fijas de emisión de contaminantes, que corresponden a diversos sectores industriales y se prohíbe el uso de chimeneas que utilicen combustibles sólidos.
En los estados de preemergencia se redoblan las recomendaciones a la población para que se abstenga de practicar deportes al aire libre y se ordena a las escuelas que suspendan los ejercicios en las clases de educación física.
Los lactantes y las personas de la tercera edad suelen ser los más afectados por crisis respiratorias en estos episodios de emergencia ambiental.
El viceministro de Salud, Gonzalo Navarrete, señaló el lunes que no se prevé un aumento de las consultas hospitalarias por enfermedades respiratorias, en tanto la actual emergencia ambiental está acompañada de altas temperaturas, gracias al aire cálido de la vaguada costera.
Pero este martes se informó de la muerte de una anciana de 96 años, afectada de bronconeumonía, que al parecer no fue atendida a tiempo en un consultorio público.
Días apuntó que, si se logra alejar la preemergencia, será gracias al aporte de toda la población de esta capital de casi seis millones de habitantes.
El intendente Trivelli comentó que se dará prioridad a la prevención de la salud y que las autoridades optarán por mantener estados de alerta o preemergencia mientras existan riesgos para las personas. (FIN/IPS/ggr/dm/en/02