El gobierno de Cuba habilitó la circulación de euros en el mayor polo turístico del país, como ocurre con el dólar, para atraer a visitantes europeos y tratar así de superar la crisis del sector derivada de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
El euro, la moneda común de la Unión Europea (UE) que desde el 1 del enero circula en 12 de los 15 países miembros de ese bloque, podrá utilizarse para comprar bienes y pagar servicios en una primera instancia sólo en el balneario de Varadero, a 140 kilómetros de La Habana.
La experiencia en Varadero comenzará a regir en junio y, si todo sale bien, se extenderá al resto de los centros turísticos de la isla, señaló el vicepresidente cubano Carlos Lage durante su visita a la Bolsa Internacional de Turismo, realizada en marzo en Alemania.
El ministro de Turismo de Cuba, Ibrahim Ferradaz, había prometido apenas días antes del 11 de septiembre que Cuba mantendría este año la comercialización en euros de paquetes turísticos en los países de la UE, con emisiones significativas de visitantes hacia la isla.
Los incentivos al turismo europeo se suman a las campañas publicitarias del destino cubano que, tras los atentados en Estados Unidos, pusieron su mayor énfasis en la seguridad que brinda esta isla caribeña a los visitantes.
El temor a viajar en avión provocado por el secuestro de los aparatos para los ataques contra el World Trade Center de Nueva York y a la sede del Pentágono (Departamento de Defensa), en Washington, incidió de inmediato en la aeronavegación comercial y por consecuencia en el turismo mundial.
Datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) indican que las llegadas turísticas internacionales cayeron de 697 millones en 2000 a 688 millones el año pasado. Este fue el primer descenso importante registrado por ese sector desde la segunda guerra mundial.
Un comunicado divulgado por la OMT el 16 de marzo atribuye esa retracción a los atentados en Estados Unidos y al enfriamiento de la economía mundial que se inició a fines de 2000.
Sin embargo, la reactivación del turismo ya está en marcha, y se espera que el sector regrese a los niveles anteriores a la crisis en el tercer o cuarto trimestre de este año, apuntó Francesco Frangialli, secretario general de la OMT.
Por su parte, el presidente del comité especial de la OMT para la reactivación del Turismo, el egipcio Mamdouh El Beltagui, opinó que la crisis mostró la vulnerabilidad del sector, pero también la rapidez con que los consumidores cambian sus hábitos.
El Beltagui explicó, a modo de ejemplo, que en noviembre la cantidad de pasajeros de los vuelos locales en Francia descendió 15 por ciento, mientras el número de viajeros por ferrocarril creció nueve por ciento.
Los europeos optaron por recorrer distancias cortas y desplazarse dentro del continente en tren o por carretera, lo cual benefició a mercados emergentes como Bulgaria, Estonia y Eslovaquia, que registraron crecimientos en su turismo del orden de 10 por ciento el año pasado.
En tanto, esos nuevos hábitos afectaron a Cuba, ya que al ser una isla sólo se puede llegar por aire o barco.
Alemania, España, Francia, Gran Bretaña e Italia formaban a mediados de 2001, junto a Canadá, México y Argentina, el grupo de principales emisores de turistas a Cuba. Los visitantes europeos representaban 56 por ciento de todos los arribos a la isla.
El vicepresidente Lage señaló que en los últimos años el intercambio de Cuba con países de la UE se había multiplicado por tres. Agregó que la cantidad de turistas europeos que viajaban a la isla creció seis veces y los compromisos de inversión de capital se multiplicaron por 50.
El considerable descenso de los arribos desde Alemania, España e Italia definieron en gran medida el estancamiento de la industria turística cubana, que llegó al 31 de diciembre con un crecimiento de sólo 0,3 por ciento, respecto de 2000.
La merma concentrada en los últimos meses del año afectó al pequeño sector privado de Cuba, que depende de los servicios que presta en dólares a los visitantes extranjeros, sobre todo de alquiler de habitaciones, taxi y restaurantes.
La situación ha mejorado, pero no es como antes del 11 de septiembre. Siguen viniendo menos turistas y los que vienen gastan menos, dijo María Elena Peñate, dueña de un restaurante privado en Miramar, zona residencial de La Habana.
Fuentes oficiales señalaron que ya han recuperado sus puestos unos 8.000 trabajadores del turismo que habían sido enviados a sus casas de vacaciones, a cursos de superación o destinados a otras labores después de los atentados en Estados Unidos. Sin embargo, otros 2.000 siguen aún sin trabajo.
Rodolfo Jiménez Polanco, secretario del sindicato de trabajadores del turismo, indicó el 19 de marzo que en los primeros 75 días de este año el turismo hacia Cuba cayó 12 por ciento, respecto de igual lapso de 2001.
Cuba mostraba a fines del año pasado una situación privilegiada en el contexto del Caribe, al recibir unos 500 viajeros más que en 2000 y mantener la cifra de casi 1,8 millones de turistas.
En la vecina República Dominicana, la caída en 2001 fue de 6,7 por ciento respecto del año anterior, al contabilizar 165.000 turistas menos, según fuentes de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes de ese país.
El impacto fue aún mayor en las islas más pequeñas del Caribe, con economías fuertemente dependientes del turismo y sin más atractivo que la modalidad de sol y playa.
Para las autoridades cubanas, las potencialidades de este destino y su competitividad en el mercado europeo se resumen en un producto que incluye bellas playas junto a turismo de naturaleza, histórico y cultural, de eventos y de salud.
Cuba impulsó la industria del turismo en 1990 y seis años más tarde se incorporó al reducido grupo de países del Caribe Insular (Puerto Rico, República Dominicana, Bahamas y Jamaica) que reciben más de un millón de visitantes al año.
Los ingresos brutos del turismo se habían multiplicado por ocho en 2000. La participación de la industria de la hospitalidad en la balanza de pagos aumentó de 4,1 por ciento a 43 por ciento en una década, desplazando al azúcar como principal fuente de divisas del país. (FIN/IPS/da/dm/if/02