La huelga nacional organizada en Venezuela por sindicatos y empresarios perdió fuerza este miércoles, su segundo día, aunque estuvo condimentada con un nuevo pronunciamiento de un general en actividad contra el presidente Hugo Chávez.
La segunda jornada de paralización general en oposición al gobierno se debilitó al menos en los sectores de comercio y servicios. Las calles mostraban un mayor flujo de personas, tanto en Caracas como en otras ciudades.
Mientras, el general del ejército Néstor González se convirtió en el sexto oficial en los últimos dos meses que de forma individual solicita la salida constitucional de Chávez del gobierno.
González criticó la partidización de las Fuerzas Armadas y acusó a Chávez de poner a los militares al servicio de su proyecto político.
Agregó que hay malestar en los mandos, pero sin riesgo de golpe de Estado. A su juicio, la salida constitucional sería la renuncia del presidente.
Chávez, que ha descartado de plano su renuncia. Hay una conspiración, avalada por los medios (de comunicación), para intentar derrocarme, dijo el martes de noche.
En un recorrido por distintos puntos de la capital, IPS comprobó este miércoles una mayor actividad comercial que en la víspera, el funcionamiento de los servicios públicos y una mayor presencia de personas en las calles.
La huelga fue organizada por la opositora Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y recibió el decidido respaldo de la principal cámara empresarial del país, Fedecámaras. Como telón de fondo, continúa el conflicto en la compañía estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
Los gerentes de Pdvsa, una de las mayores corporaciones de América Latina, mantienen parcialmente suspendidas las actividades administrativas desde el 4 de abril, tras exigir durante más de un mes la remoción del directorio.
Los ejecutivos consideran que Chávez designó una nueva junta directiva ignorando méritos profesionales y atendiendo sólo a razones políticas.
A la protesta petrolera se sumó la huelga general iniciada el martes para exigir la rectificación en la política autoritaria de Chávez. Algunos adherentes al paro pretenden la salida del presidente del poder.
La huelga no ha tenido el alcance de otro paro nacional, realizado el 10 de diciembre. Muchos analistas creen que su menor impacto se debió al escaso tiempo de preparación de la medida e incluso al descrédito de la dirección de la CTV entre algunos sindicatos.
Este paro no es para los trabajadores, no están pidiendo un aumento de salario para nosotros, para los que trabajamos, esta gente lo que quiere es tumbar a Chávez, comentó a IPS Luis García, un mensajero de una empresa de servicios que no se plegó a la huelga.
El presidente de la CTV, Carlos Ortega, confirmó que la central obrera y las cámaras empresariales manejan la opción de hacer de este paro una huelga general por tiempo indefinido, pues no han encontrado eco en el gobierno a su pedido de rectificación política.
Los sindicatos y los empresarios se están jugando su última carta en contra del gobierno, si no logran una rectificación del presidente con este paro, en el cual también está el conflicto en Pdvsa, qué otro recurso tendrán para mañana o la semana próxima, indicó a IPS una diplomática europea acreditada en Caracas.
Chávez soporta desde fines de 2001 una marcada turbulencia política interna, a la que se añaden presiones de Estados Unidos y secuelas del conflicto interno de la vecina Colombia, y los analistas creen que la actual coyuntura es la prueba más difícil para el mandatario.
Mientras, las versiones sobre el funcionamiento de Pdvsa son contradictorias. Gerentes de la empresa despedidos por Chávez aseguraron que se asiste a la virtual paralización de las principales plantas de producción de petróleo del país.
Sin embargo, el ministro de Energía y Minas, Alvaro Silva Calderón, y el presidente de Pdvsa, Gastón Parra, afirmaron que la huelga sólo afectó a una planta, El Palito, que estuvo paralizada durante tres días y ahora funciona funciona parcialmente.
El gobierno militarizó las factorías de Pdvsa, para evitar el ingreso de personas ajenas a la industria.
El general González aseguró que Chávez es complaciente con los grupos guerrilleros colombianos, que supuestamente ingresan con regularidad a territorio venezolano sin que se les reprima.
González es el sexto oficial que desde el 8 de febrero se pronuncia individualmente y fuera de los recintos militares para exigir la dimisión de Chávez. Estos pronunciamientos por goteo, según el presidente, no le quitan el sueño al gobierno.
El ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacín, aseguró que González tiene un expediente administrativo abierto por presuntas irregularidades en el manejo de planes sociales dirigidos por el alto mando militar.
Por otra parte, este miércoles se debilitó la guerra informativa de la jornada previa, en la que el gobierno había hecho un uso continuado de la cadena nacional de radio y televisión. Esa táctica fue censurada el mismo martes por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Según la Comisión Interamericana, el uso recurrente de cadenas nacionales, por espacio de 15 a 20 minutos, atentaba contra la libertad de acceso a la información, en un momento de huelga nacional. (FIN/IPS/ac/ff/lb ip/02