La justicia de Siria condenó a prisión a un segundo legislador en un mes por promover reformas democráticas, dos fallos que contrastan con los gestos de apertura política y económica realizados por el presidente Bashar Al Assad al principio de su gobierno.
Un tribunal penal de Damasco encontró culpable al legislador Reyad Seif de intentar modificar la Constitución siria por medios ilegales y lo sentenció a cinco años de cárcel.
Los veredictos contra Seif y Mamoun al-Homsi, dos de varios críticos del gobierno detenidos en una redada el año pasado, marcan un alejamiento de la cauta liberalización promovida por el actual presidente inmediatamente después de suceder a su padre, Hafez, en julio de 2001.
Bashar Al Assad cerró una de las prisiones de peor fama de Siria, autorizó la fundación de diarios independientes, bancos y grupos de derechos humanos, liberó a cientos de presos políticos y permitió el retorno de numerosos exiliados de la proscripta Hermandad Musulmana.
Sin embargo, esa política cambió pocas semanas después bajo presión de la vieja guardia opuesta a la liberalización política, según observadores.
Con las sentencias de este mes contra legisladores opositores, el gobierno de Siria declaró la guerra a sus disidentes políticos pacíficos, afirmó Hanny Megally, director ejecutivo del grupo de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch para Medio Oriente y el Norte de Africa.
Claramente, estas sentencias están destinadas a castigar e intimidar a todos los promotores de reformas políticas democráticas en Siria, agregó.
Seif fue arrestado en septiembre luego de organizar en su casa una serie de debates políticos cuyos participantes reclamaban el fin de la ley marcial en Siria y se aventuraban a criticar al gobernante partido Ba'ath.
Esos foros también sirvieron para atacar la corrupción del régimen y su manejo de la economía.
Cientos de intelectuales, activistas de los derechos humanos y otros interesados participaban cada miércoles por la noche de los debates en la casa de Seif, en Sehnaya, unos 15 kilómetros al sur de Damasco.
Los foros se multiplicaron el pasado otoño boreal, hasta que el gobierno exigió listas con los nombres de los oradores y participantes y copias de sus declaraciones.
Las autoridades acusaron a los activistas de excederse en las críticas al pasado político reciente de Siria y de promover divisiones sectarias.
Seif también fue acusado de incitar al enfrentamiento sectario, pero el tribunal lo absolvió de este cargo.
Este veredicto es un honor para mí y los que piensan como yo, declaró Seif, un empresario de 55 años que fue elegido para el parlamento en 1994 y 1998 como representante independiente de la comunidad empresarial.
Seif realizó sus declaraciones el jueves 4 desde su celda, luego de recibir su sentencia en el primer juicio público en décadas.
Una semana antes, Homsi, detenido el 9 de agosto último tras iniciar una huelga de hambre contra la ley marcial y la falta de control de los servicios de seguridad, también realizó declaraciones desde su celda.
Si hubiera democracia en Siria yo no estaría aquí. Vamos a prisión en nombre de la libertad, dijo.
Ambos diputados pertenecen a un grupo de 10 opositores arrestados entre mediados de agosto y mediados de septiembre de 2001.
Los otros ocho serán juzgados por un tribunal especial, la alta corte de seguridad del Estado, cuyas sentencias no pueden apelarse.
No es fácil defender a un preso político en Siria. Al principio, el juez se negó a darme una copia de los cargos contra mis clientes e ignoró mis pedidos de libertad bajo fianza, declaró Haitham al-Maleh, abogado de los acusados.
Sin embargo, la realización de un juicio público constituye un avance, si bien muchos sirios están insatisfechos con la lentitud y las contramarchas de las reformas políticas.
No hay duda de que (el juicio público) es un cambio positivo, destacó el activista de los derechos humanos Aktham Naissi. En el pasado, muchos disidentes eran detenidos en forma arbitraria y ni siquiera eran entregados a la justicia, recordó.
Además, juicios como el de Seif y Homsi se realizaban en secreto, ante tribunales cuasimilitares, en cambio ambos legisladores fueron juzgados por una corte civil regular, señaló Naissi.
Creo que es hora de reformas, pero se requieren esfuerzos de la oposición nacional y desde dentro del régimen, expresó.
Assad va despacio en sus esfuerzos de apertura para asegurarse la fidelidad de las instituciones de gobierno y garantizar la estabilidad, en particular en momentos de tensión regional con Israel, afirmó Imad Shueibi, profesor de la Universidad de Damasco y analista político.
El empresario Naji Shawi opinó que el clima comercial es actualmente mucho más prometedor que antes.
Hay más transparencia. Hoy hablamos, por ejemplo, de la necesidad de un nuevo sistema bancario para el país, y tenemos mejores telecomunicaciones, señaló.
Mientras, el comerciante de Damasco Bashir Ebeid, de 24 años, sostuvo que se siente más libre para hablar de política desde que Assad hijo asumió la presidencia.
La situación es diferente ahora. Puedo hablar de las cosas que me disgustan sin temor, aseguró. (FIN/IPS/tra-en/gb/sm/mlm/ip/02