SALUD-RUMANIA: Sombrío panorama para niños con sida

Las vidas de cientos de niños y niñas con sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) peligran por la falta de medicamentos antirretrovirales en Rumania, advirtieron organizaciones de padres, activistas y personal de salud.

Casi 2.200 niños y niñas murieron en el último decenio en Rumania, cuya población infantil con sida duplica a la del resto de Europa.

La profundización de la pobreza y el elevado precio de las medicinas patentadas por los grandes laboratorios hacen inalcanzables las terapias que reducen la proliferación del VIH (virus de inmunodeficiencia humana) en el organismo, y prolongan y mejoran la vida.

Sorin, de 12 años, vive ahora con sus padres en una pequeña aldea al sur de Bucarest, tras haber pasado varios años en un hogar estatal donde contrajo el sida por una transfusión sanguínea.

Aunque el hospital le suministra gratuitamente los medicamentos, a un costo mensual de 800 dólares, este año el tratamiento debió suspenderse por la escasez de medicinas en el servicio de salud pública.

Además, ”aunque no debemos pagar por los remedios, es casi siempre difícil comprar las frutas y las vitaminas que Sorin necesita”, dijo su padre, cuyo salario mensual no supera los 150 dólares.

La suerte de muchos niños y niñas se ensombreció en los últimos meses por la falta de terapia y la aparición de otras afecciones que son producto de la pobreza, como la anemia y la desnutrición, según la Asociación de Padres de Hijos con VIH (Unopa, por sus siglas en rumano).

Sesenta niños y niñas con sida murieron en el primer cuatrimestre del año, a un ritmo de casi cuatro por semana, cuando en 2001 el promedio era de una muerte semanal, dijo Petrica Agape, presidenta de Unopa.

La organización iniciará un litigio contra el Ministerio de Salud, por su fracaso para hallar una solución a la crisis. ”Alguien debe pagar por la muerte de todos esos niños”, dijo Agape.

Los hospitales tienen deudas y no pueden pagar los suministros de medicamentos, pues el presupuesto del programa contra el sida es de 13 millones de dólares, la mitad de lo requerido, reconoció el presidente de la Comisión Nacional para el Combate del VIH/Sida del Ministerio de Salud, Adrian Streinu-Cercel.

Pero esas circunstancias nada tienen que ver con las muertes de niños y niñas con sida, aseveró Streinu-Cercel.

Unos 5.300 niños y niñas han desarrollado la enfermedad en todo el país, mientras otros 4.500 son portadores del VIH, según estadísticas oficiales.

La mayoría tienen entre nueve y 13 años. Algunos viven con sus familias, otros en orfanatos instalados en los hospitales del estado y otros en los llamados ”orfanatos de apartamento”, donde pequeños grupos de niños y niñas conviven en un clima más parecido a las condiciones familiares.

La alarmante incidencia del sida en la población infantil se originó en los años 80, cuando niños y niñas de orfanatos y recién nacidos recibían transfusiones sanguíneas como un tónico contra la anemia y la desnutrición.

También era frecuente la reutilización de las jeringas destinadas a la vacunación infantil.

El régimen comunista de Nicolae Ceausescu (1967-1989) desalentaba la planificación familiar y promovía la entrega de los hijos no deseados a instituciones estatales, donde niños y niñas eran hacinados en condiciones lamentables.

En los últimos años del régimen, pocos recursos salían de las vacías arcas del Estado a las instituciones infantiles. La leche, las verduras y las vitaminas eran escasas, y la sangre donada o vendida fue utilizada como sustituto de una alimentación adecuada.

En 1990, tras la caída del régimen comunista, las autoridades locales iniciaron programas para devolver decenas de miles de niños y niñas a sus familias, mientras ponían en práctica programas para detener la propagación del VIH.

Gracias a los esfuerzos nacionales y la asistencia internacional mejoraron los exámenes de sangre y se generalizó el uso de material descartable. La llegada de la terapia antirretroviral al país, en 1997, fue celebrada como un gran éxito pues la mortalidad cayó notablemente.

Pero el problema ahora son los hospitales que, paralizados por los continuos recortes presupuestales, están rechazando a niños y niñas aspirantes a tratamientos contra el sida que les cuestan 10.000 dólares anuales por persona.

Los hospitales tampoco pueden pagar las pruebas de laboratorio y las medicinas para combatir infecciones oportunistas que atacan al organismo con sida, cuyo costo asciende a 1.000 dólares por año y por niño.

Las compañías farmacéuticas de Estados Unidos y Europa occidental se niegan a rebajar los precios, mientras el gobierno es incapaz de forzar rebajas mediante subsidios o adquiriendo medicinas genéricas, mucho más baratas que las patentadas por los grandes laboratorios, afirmaron médicos.

Algunos de los cinco laboratorios que venden antirretrovirales en el país han realizado donaciones, pero el abastecimiento es inadecuado.

En marzo la gigante farmacéutica estadounidense Merck & Company afirmó que incluiría a Rumania en la lista de naciones elegibles para reducciones de precios y que rebajaría el costo de dos medicinas contra el sida a casi un décimo de su valor en Estados Unidos.

”Esta es una oferta importante, pero si no es seguida por otros fabricantes y acompañada por subsidios del gobierno, no mejorará realmente la situación”, advirtió el administrador del Hospital de Enfermedades Infecciosas Victor Babes, Petre Calistru. (FIN/IPS/tra-eng/mc/sm/dcl/he/02

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