Las autoridades de China pusieron en marcha una nueva campaña para difundir el uso de preservativos y prevenir el avance del sida, que deberá superar arraigadas resistencias masculinas contra el condón.
El desafío es lograr una imagen del preservativo aceptable para una cultura tradicionalmente conservadora. Las críticas contra esfuerzos por promover el uso del condón fueron reiteradas en los últimos años y afectaron campañas gubernamentales para prevenir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Para reducir las objeciones y legitimar la promoción de condones, el Ministerio de Salud califica ahora a los preservativos como dispositivos médicos.
Siguiendo ese ejemplo, la estatal Comisión de Planificación Familiar cambió el nombre del preservativo de biyuntao (literalmente, funda anticonceptiva) a anquantao (funda de seguridad).
Esta redifinición abrió el camino a la publicidad de condones en los medios de difusión masivos, explicó el profesor Gu Baochang, asesor de la Comisión.
El organismo puso en marcha un programa de distribución gratuita de condones en cuatro regiones, en la central provincia de Sichuan, las orientales de Shandong y Henan y la nororiental de Jilin.
Las autoridades debieron interrumpir en 2000 una campaña a través de la estatal Televisión Central después de la primera emisión ante la indignación de los espectadores, que acusaron a la principal red nacional de promover un producto sexual.
La Ley de Anuncios Publicitarios de 1989 prohíbe la propaganda de productos de uso sexual en zonas públicas o medios masivos, incluyendo diarios, revistas y televisión.
En 2000, las universidades de Qinghua y Beida, dos de las más prestigiosas del país, también fueron blanco de ataques por colocar máquinas expendedoras de preservativos en sus recintos.
r
