R.D CONGO: Nuevos combates afectan conversaciones de paz

Nuevos combates estallaron en la región oriental de República Democrática del Congo (RDC), mientras en la noroccidental ciudad sudafricana de Sun City se desarrollan conversaciones de paz entre los bandos congoleses en conflicto.

La insurgente Unión por la Democracia Congolesa y las tropas ruandesas que la apoyan luchan en Kivu contra fuerzas encabezadas por Patrick Masunzu, ex comandante de ese grupo guerrillero, y se realizan gestiones para que la Organización de las Naciones Unidas intnte detener los combates.

Miles de civiles han sido desplazados por el nuevo conflicto, según el activista Suleiman Baldo, de la organización no gubernamental humanitaria Human Rights Watch, con sede en Estados Unidos.

Masunzu integra la etnia tutsi banyamulenge, minoritaria en la región, cuya protección invocó Ruanda para invadir RDC en 1997 y 1998 e involucrarse desde entonces en la guerra civil.

Los tutsi banyamulenge fueron los principales aliados de Ruanda y de la Unión por la Democracia, pero las acciones de impo hasta el comienzo del actual conflicto.

Los integrantes de esa etnia ”quieren vivir en paz con sus vecinos, y ven que serán rechazados y hostilizados mientras se les identifique con la presencia militar ruandesa y con los insurgentes que son su fachada, muy impopulares en la región”, explicó Baldo, quien asistió hace poco al diálogo de paz en Sun City.

Muchos congoleses, entre los cuales siempre hubo integrantes de la etnia tutsi banyamulenge, consideran a Ruanda un invasor que busca sus propios intereses económicos en RDC, y emplea pretextos para disimular sus intenciones.

Los banyamulenge descienden de tutsis que a fines del siglo XIX comenzaron a migrar hacia RDC, desde Ruanda y Burundi, y a los cuales se sumaron muchos otros integrantes de la misma etnia en 1994, cuando huyeron del genocidio lanzado contra ellos por un gobierno ruandés de la etnia hutu.

La facción encabezada por Masunzu se formó hace dos meses y atacó la ciudad de Minwembwe, en las tierras altas de Kivu Meridional, cuyo aeropuerto llegó a controlar durante un breve periodo.

En la actualidad, enfrentan a miles de combatientes ruandeses y de la Unión por la Democracia que tratan de desalojarlos de las tierras altas, área tradicional de los banyamulenge.

El mes pasado, en vísperas del comienzo del diálogo en Sun City, el ejército de Ruanda movilizó unos 1.500 soldados con la intención de aplastar la rebelión liderada por Masunzu.

El líder banyamulenge contaba a sus seguidores por centenares al comienzo, pero aldeanos de su etnia y de otras se sumaron a sus filas, según Enoch Sebeniza Ruberangabo, uno de los dos representantes tutsi de la sociedad civil en Sun City.

Según informes no confirmados, las fuerzas de Masunzu fueron rodeadas por sus enemigos el 4 de este mes en la localidad de Gasinda, y cientos de banyamulenge murieron o resultaron heridos en intensos combates.

Francois Grignon, analista político del International Crisis Group, que también participó en las conversaciones en Sun City, afirmó que el ataque del ejército ruandés contra los banyamulenge contradice sus propios argumentos para justificar su presencia en la RDC.

”La actitud de Ruanda es un verdadero desastre. Es un desastre diplomático, un desastre en las relaciones públicas y un desastre para su argumento de ser el defensor de los grupos víctimas del genocidio”, dijo Grignon.

”Si los informes que tenemos sobre las muertes son verdaderos, entonces los banyamulenge no deben temer a los mayi mayi ni a las llamadas fuerzas negativas en Kivu. La verdadera amenaza entonces es Ruanda”, afirmó.

Un hecho sorprendente en el último enfrentamiento es que los banyamulenge combatieron del lado de los mayi mayi, un grupo de autodefensa que antes luchaba contra ellos.

El jefe de seguridad de la Unión por la Democracia, Bizima Karaha, calificó a los seguidores de Masunzu de ”criminales y gángsters”.

En cambio, Ruberengabo dijo que Masunzu ha sido el mejor protector de los tutsis de Kivu en los últimos tres años, y que se convirtió en víctima de una campaña de difamación luego de que invitó a la Unión por la Democracia a buscar una salida pacífica al conflicto para evitar el exterminio de esa etnia.

Baldo señaló que la Unión por la Democracia podría desaparecer si Ruanda le retira su apoyo militar.

”Creo que la Unión por la Democracia está peleando para sobrevivir. ¿A dónde se supone que llevará a los banyamulenge si ni siquiera es capaz de defender su propio territorio? Será una organización sin utilidad para Ruanda. La Unión por la Democracia todavía no ha demostrado ser un socio confiable”, señaló Grignon.

Baldo subrayó la necesidad de que la fuerza de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el Congo (MONUC) tome acciones más firmes en la región para evitar la muerte de miles de civiles.

”La ONU y toda la comunidad internacional deben demostrar que son capaces de resolver la crisis en la RDC. Muchas resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el conflicto que fueron ingoradas por Ruanda y Uganda, que también desplegaron tropas”, añadió.

”La MONUC debe ser más activa, debe ir a los lugares donde la gente es asesinada o muere como consecuencia del desplazamiento forzado. Debe informar esto e identificar a los responsables. Si eso no ocurre, el mundo seguirá mirando para otro lado mientras el oriente de la RDC se convierte en un campo de batalla”, advirtió Grignon.

La ONU expresó el miércoles preocupación sobre el aumento de la tensión en la región oriental de la RDC y advirtió que podría derivar en un gran conflicto. No obstante, las fuerzas de la organización aún no visitaron la zona. (FIN/IPS/tra-eng/ks/mn/rp- mp/ip/02

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