Una cantidad creciente de jóvenes egipcios manifiestan su voluntad de participar en la defensa de la causa palestina como atacantes suicidas contra la población civil de Israel.
Los musulmanes reunidos en la mezquita Al-Azhar, en El Cairo, pidieron el viernes al gobierno que abriera la frontera para que los combatientes voluntarios se sumaran a la intifada (insurrección) palestina contra la ocupación israelí.
Varios de los jóvenes presentes lucían pañuelos con la leyenda listo para el martirio. Según las autoridades, se trataba de extremistas religiosos, pero incluso muchos moderados dicen estar decididos a morir combatiendo.
Milad Mohammed Hemeida, un egipcio de 24 años, fue muerto la semana pasada por fuerzas israelíes mientras introducía explosivos desde Egipto a la franja de Gaza, Palestina.
Autoridades israelíes creen que Hemeida transportaba explosivos para los atacantes suicidas en los territorios palestinos ocupados por Israel.
Pero la policía israelí estima que se trató de un caso aislado, pues los grupos palestinos que cometen ataques suicidas como Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) utilizan una red de túneles subterráneos que atraviesa la muy vigilada frontera entre Egipto y Palestina.
Tres jóvenes palestinos murieron ahogados en noviembre cuando uno de esos túneles se inundó.
Pero hay muchos más como Hemeida. Estamos listos para ir a Palestina y luchar contra los opresores israelíes. Es el deber de cada musulmán lanzar la jihad (guerra santa) contra Israel. Denme un arma e iré, dijo Moustafá, un estudiante de derecho.
Los egipcios no habían dado muestras de tal solidaridad hacia los palestinos hasta el inicio de la actual intifada, en septiembre de 2000.
Desde entonces, los viernes miles de personas llenan las mezquitas de todo Egipto para protestar contra la agresión israelí. En las instalaciones universitarias son frecuentes las manifestaciones pro palestinas.
La ira es un sentimiento cada vez más palpable en la población, y el gobierno se muestra incapaz de contenerla.
Al igual que la mayoría de los hombres de su país, Ahmed el- Sayed, de 31 años, sigue buena parte de las prescripciones del Islam, pero no todas. Sin embargo, estimó que sería noble morir combatiendo a Israel. Dios se haría cargo de mí. Sería un mártir, dijo.
La idea de alcanzar el martirio mediante ataques explosivos suicidas contra civiles es controvertida. Tradicionalmente se consideraba mártires a los musulmanes muertos mientras combatían una agresión contra su religión, tierra o dignidad.
El Islam prohíbe el suicidio y el asesinato de mujeres, niños, niñas, ancianos y enfermos.
Pero el principal clérigo musulmán de Egipto dio este mes un amplio respaldo a los ataques suicidas.
Quien se explota a sí mismo entre aquellos agresores (israelíes) es un mártir, un mártir, un mártir. Quienquiera que diga lo contrario es un mentiroso, dijo Mohammed Sayed Tantawi, gran jeque de la mezquita de Al-Azhar, durante un sermón.
Más tarde limitó sus afirmaciones, aclarando que los musulmanes no deberían atacar a mujeres y niños.
Hasta ahora, ningún egipcio ha perpetrado un ataque de este tipo. Pero según las autoridades, existe un creciente contrabando de armas y explosivos a través de la frontera entre Egipto y la franja de Gaza.
Una parte importante de la población ve con simpatía a los grupos que introducen armas a los territorios palestinos.
Pero los egipcios también se movilizan para brindar otro tipo de respaldo. Artistas y músicos dedican sus recaudaciones por ventas de discos y actuaciones a la causa palestina. Organizaciones comunitarias, sindicatos y ligas comerciales han puesto en práctica un boicot a la compra de productos israelíes.
El Comité Egipcio para el Respaldo de la Intifada Palestina es una de las organizaciones que suministra asistencia humanitaria a la población en los territorios ocupados, mediante donaciones directas y apoyo político.
Cualquiera sea la causa o razón, apoyamos la intifada, dijo a IPS el presidente del Comité, Farid Zahra.
La organización envió este mes a Palestina 18 camiones con 1.200 toneladas de alimentos y medicinas por valor de 15.000 dólares.
Las autoridades israelíes son renuentes al paso de tales cargamentos, por lo cual el Comité debe solicitar a la Organización de las Naciones Unidas, la Cruz Roja Internacional u otras agencias humanitarias que se ocupen del envío.
Miles de egipcios llegan al Comité dispuestos a unirse al combate, dijo Zahra. Es un problema. La gente tiene mucha energía espiritual. Quieren hacer demasiado y las tareas elementales que nosotros llevamos a cabo no los entusiasman, concluyó. (FIN/IPS/tra-eng/cm/ss/dcl/ip/02