La Conferencia Euromediterránea, que reunió en España a los cancilleres de la Unión Europea (UE) y de 12 países en desarrollo del oriente y el sur del mar Mediterráneo, concluyó este martes sin resultados concretos, debido a la persistencia del conflicto árabe-israelí.
El canciller español Josep Piqué sintetizó ese clima al afirmar que con la que está cayendo, el que se haya realizado esta reunión es ya todo un éxito. La que está cayendo, expresión coloquial para referirse a una tormenta, alude al conflicto entre Israel y Palestina.
Para Piqué, que se sentaran alrededor de la misma mesa representantes de las partes en conflicto fue un éxito en sí mismo, a pesar de que los árabes la abandonaran cada vez que habló el canciller israelí Shimon Peres.
También presentó como un éxito que Peres invitase a Miguel Angel Moratinos, enviado especial de la UE a Medio Oriente, y a Javier Solana, alto responsable de Seguridad y Política Exterior del bloque, a trasladarse a Palestina para entrevistarse con el presidente palestino Yasser Arafat.
El 5 de este mes, Moratinos y Solana, acompañados por Piqué, se entrevistaron con Peres en Tel Aviv y después intentaron trasladarse a Ramalá para dialogar con Arafat, pero el gobierno de Ariel Sharon impidió la reunión.
Peres dijo este martes que todo eso se debió a un error o un malentendido. Moratinos y Solana anunciaron que a más tardar en la madrugada del miércoles estarán en Ramalá para concretar finalmente su reunión con Arafat.
El conflicto palestino-israelí marcó el clima de la conferencia. Líbano y Siria no enviaron a sus representantes en protesta por la asistencia de Israel. Después, cuando Peres intervenía en la reunión, todos los representantes de los países árabes abandonaban el recinto.
Al finalizar la reunión, no se tomó la tradicional foto de familia —con todos los cancilleres presentes—, pues los árabes se negaron a posar junto al israelí.
El ministro palestino de Cooperación Internacional, Nabil Shaat, pidió a la UE más claridad ante el conflicto, si bien no criticó la posición del bloque, a la que consideró positiva frente a la parcialidad de Estados Unidos a favor de Israel.
¿Cómo obligará la UE a Israel a poner en práctica sus compromisos?, preguntó Shaat a los participantes. El silencio fue la respuesta.
Al margen de ese conflicto, la conferencia aprobó un Plan de Acción sin objetivos concretos y con llamamientos generales a reforzar el ángulo político de la cooperación euromediterránea, incluyendo asuntos de defensa.
Así mismo, los ministros recomendaron crear una asociación parlamentaria birregional y tomaron nota del fuerte apoyo de los socios mediterráneos para la creación del Banco Euromediterráneo.
La creación del banco fue propuesta por el presidente del gobierno español José María Aznar a sus homólogos de la UE en la conferencia celebrada en Barcelona el 15 y 16 de marzo. La iniciativa no fue aceptada, pero se acordó que el asunto sería abordado el año próximo.
En esta Sexta Conferencia, los cancilleres respaldaron la idea de crear una Fundación Euromediterránea para promover el diálogo entre culturas.
El presidente de Argelia, Abdelazis Buteflika, firmó con Aznar, éste en su carácter de presidente de turno de la UE, un acuerdo de asociación que establece colaboración en materia de inteligencia y asuntos jurídicos, además normas impositivas para impedir la doble tributación.
Todos los participantes manifestaron interés en aumentar el comercio entre las dos regiones, a pesar de las grandes diferencias existentes entre ambas. En la UE, el ingreso anual por habitante es de 20.000 dólares, mientras que en los países del este y el sur del Mediterráneo es de 1.500.
El conflicto palestino-israelí desalienta las inversiones europeas. El eurodiputado socialista español Emilio Menéndez del Valle sostuvo que paz justa en Palestina equivale a cooperación, progreso y estabilidad euromediterráneos.
Sin esa paz, se podrá avanzar muy poco en los objetivos formulados en el Plan de Acción, añadió. (FIN/IPS/af/mj/ip dv/02