La misión a Medio Oriente encabezada por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, el ex jefe del gobierno español Felipe González y el político sudafricano Cyril Ramaphosa comenzará este martes a investigar la situación humanitaria en la zona.
Los enviados recibieron de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra, el encargo de visitar el escenario del conflicto entre israelíes y palestinos, evaluar la situación y presentar sus conclusiones y recomendaciones al organismo antes del 26 de abril.
Veronique Taveau, portavoz de Robinson, calculó que la labor demandará entre tres y cinco días de estadía en la zona, donde los enfrentamientos se agravaron desde el 29 de marzo, cuando las fuerzas militares de Israel comenzaron a ocupar las ciudades controladas por la Autoridad Nacional Palestina.
El informe de la misión sobre la situación en el lugar corroborará probablemente los diagnósticos efectuados en los últimos días por Robinson, fundados en un cuadro de angustia creciente, pronosticaron fuentes cercanas a la comisión humanitaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El punto más díficil de la misión será la elaboración de las recomendaciones que deberá formular a la Comisión de Derechos Humanos antes que ese máximo cuerpo especializado de la ONU concluya el actual periodo anual de sesiones.
Robinson, en sus primeros comentarios ante la Comisión, se mostró partidaria del desplazamiento de observadores independientes, con el amparo de la ONU, para vigilar el respeto de los derechos humanos e, inclusive, mencionó la idea del envío de una fuerza internacional de interposición.
Esa doble fórmula, que coincide con las aspiraciones hechas públicas por los palestinos, entró en contradicción con la política de Estados Unidos, que pretende evitar la internacionalización del diferendo en Medio Oriente.
Las fuentes de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU señalaron la posibilidad de que Robinson presente una propuesta menos conflictiva, como sería la iniciativa de establecer una representación permanente de la Oficina del Alto Comisionado en los territorios ocupados.
La creación de una oficina para el seguimiento de la situación humanitaria en la zona es un recurso al que la ONU apela en casos extremos de gravedad, como ocurrió con la dependencia de ese tipo establecida en Colombia, que contó con el beneplácito del gobierno de ese país.
En cambio, Robinson no obtuvo aceptación de las autoridades de Indonesia cuando propuso montar una oficina similar en ese país, durante el agitado período que sucedió al derrumbe del gobierno autoritario de Suharto (1968-1998).
Taveau dijo que la misión se dedicará a examinar la situación humanitaria y las condiciones de vida en la región. Somos optimistas respecto al resultado de la gestión, comentó.
La Alta Comisionada, precisó su portavoz, desea reunirse con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, y con el primer ministro de Israel, Ariel Sharon.
La partida de la misión no ha sido supeditada a un acuerdo para el cese del fuego, apuntó Taveau. De todas maneras, no es cuestión de poner en peligro la vida de sus integrantes, agregó.
Además de las personalidades que la encabezan, la comisión estará integrada por tres funcionarios de la Oficina de la Alta Comisionada, un agente de seguridad de la ONU y dos asistentes de González y Ramaphosa.
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que el viernes aprobó el envío por 44 votos a favor, dos en contra (Canadá y Guatemala) y siete abstenciones, estimó que el costo de la misión superará los 35.000 dólares.
Cyril Ramphosa, uno de los dos miembros independientes de la misión, pertenece al Congreso Nacional Africano, la agrupación que nació en 1912 en Sudáfrica como un movimiento de liberación nacional para combatir contra el régimen segregacionista del apartheid y que hoy constituye el partido mayoritario del país.
Ramphosa, un abogado que se dedica ahora a la actividad empresarial privada, ha participado en tareas de verificación del proceso de paz en Irlanda del Norte.
El otro integrante independiente es González, presidente del gobierno de España desde 1982 hasta 1996 y líder del Partido Socialista Obrero Español desde 1974 hasta 1997, quien acogió en 1991 en Madrid la conferencia de paz para Medio Oriente.
Taveau aseguró que la designación de los dos miembros independientes de la misión obtuvo la aceptación de palestinos e israelíes. (FIN/IPS/pc/dm/ip hd/02