La Organización de las Naciones Unidas (ONU) propuso la realización de una conferencia en Damasco, con el propósito de reanudar el proceso de paz entre Siria e Israel.
El enviado especial de la ONU para Medio Oriente, Terje Roed- Larsen, anunció el martes planes para celebrar una conferencia de paz luego de reunirse durante una hora y media con el presidente de Siria, Bashar al-Assad.
El encuentro se centrará en los continuos combates entre la milicia libanesa Hizbolá (Partido de Dios), respaldada por Siria, y el ejército israelí en la frontera meridional de Líbano, cuyo agravamiento podría abrir un segundo frente del conflicto entre Israel y los palestinos en los territorios autónomos.
Acordamos realizar un taller en Damasco a fines de la primavera o comienzos del verano (boreal), en que los participantes serán invitados a debatir todos los aspectos difíciles de la actual crisis en Medio Oriente, dijo Roed-Larsen a la prensa.
El enviado no dio más detalles sobre los contenidos ni los posibles participantes.
Sin embargo, Al-Assad condicionó las conversaciones de paz con Israel a la investigación de los presuntos crímenes de guerra perpetrados en las últimas operaciones israelíes en el territorio palestino autónomo de Cisjordaniam en particular en la septentrional ciudad de Jenín.
No hay posibilidad de reiniciar el proceso de paz antes de investigar los crímenes de Jenín, Naplusa y otras ciudades palestinas, afirmó el mandatario sirio en un comunicado luego del encuentro.
No basta ya hablar de la implementación de las resoluciones de la ONU sin hallar un mecanismo para llevarlas a la práctica. El mundo ha empezado a ver la verdad sobre Israel y que sus masacres no son nuevas, sino un eslabón de una cadena de hechos similares, sostuvo Al-Assad.
Cualquier acuerdo de paz viable debe basarse en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que instan al retiro israelí de los territorios ocupados en la guerra de 1967, incluidos los altos del Golán tomados a Siria, dijo Roed-Larsen.
Su posición es compartida por Damasco, pero no por Tel Aviv. Desde 1991, ambos gobiernos celebraron discusiones esporádicas sobre el Golán y estuvieron a punto de alcanzar un acuerdo a fines de 2000, cuando las negociaciones naufragaron.
Reanudar el diálogo es un deber común, y coincidimos en que es mucho más importante dialogar entre personas que no están de acuerdo que entre quienes sí lo están, dijo Roed-Larsen.
El diplomático noruego —quien supervisó las conversaciones secretas entre palestinos e israelíes que condujeron en 1993 a los acuerdos de paz de Oslo— sostuvo que no se arrepiente de haber denunciado el asalto israelí al campamento de refugiados palestinos de Jenín.
Cualquier ser humano decente habría dicho lo mismo, dijo a la prensa.
El ejército de Israel dispuso a inicios de este mes una ofensiva aérea y terrestre de dos semanas sobre el cercado campamento, donde residen 14.000 personas, por considerarlo centro logístico de los atacantes palestinos suicidas.
En ese periodo, las fuerzas israelíes no permitieron el ingreso de ambulancias ni socorristas. Los palestinos aseguran que allí se perpetró una masacre de civiles, mientras según Israel, murieron varias decenas de milicianos combatientes y 23 soldados israelíes.
En su visita a Jenín el jueves pasado, Roed-Larsen sostuvo que la destrucción cometida por las tropas israelíes es totalmente inaceptable y horrenda más allá de lo imaginable.
El gobierno israelí reaccionó iracundo a sus comentarios y lo declaró persona no grata.
El primer ministro Ariel Sharon pidió a su gabinete que no mantenga más contactos con Roed-Larsen, y el ministro de Defensa Binyamin Ben-Eliezer dijo el domingo que el funcionario había adoptado la postura de los palestinos.
Lo que dije en Jenín fue una descripción de lo que experimenté mientras estuve en esa montaña de escombros que fue el corazón de un campamento de refugiados, dijo Roed-Larsen.
Describí lo que presencié. Vi personas extrayendo de los escombros cuerpos deformados. Vi el cadáver de un muchacho de 12 años. Basado en lo que vi, lo que oí y lo que olí, (dije) que era conmovedor y horrendo, agregó.
La visita del funcionario a Jenín formó parte de una gira que incluyó Israel, Líbano y Siria, y continuará desde este miércoles en Jordania.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, manifestó su malestar por las críticas israelíes contra Roed-Larsen, el primer alto funcionario del foro mundial que llegó a Jenín luego del operativo militar.
Annan reiteró su total confianza en Roed-Larsen, pero pospuso el envío de una misión investigadora a Jenín, cuya integración fue cuestionada por Israel.
La propuesta de una conferencia de paz aparece tras la fallida visita a Medio Oriente del secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos Colin Powell, quien no logró que Israel se retirara de las ciudades palestinas, y regresó a Washington con las manos vacías. (FIN/IPS/tra-eng/gb/ss/dcl/ip/02