INDIA: Tardía reacción del gobierno contra violencia religiosa

La violencia religiosa en el occidental estado indio de Gujarat no se detuvo tras la visita del primer ministro Atal Bihari Vajpayee, realizada más de un mes después del comienzo de incidentes que han causado más de 800 muertes y el desplazamiento de miles de musulmanes.

Esos incidentes se desarrollaron ante la pasividad de las autoridades de Gujarat, el único estado que gobierna en forma directa el Partido Bharatiya Janata (BJP, por sus siglas en inglés) de Vajpayee, nacionalista hindú.

El primer ministro visitó el jueves la ciudad de Godhra, donde comenzó la oleada de violencia el 27 de febrero, cuando musulmanes incendiaron un tren que llevaba de regreso a radicales hindúes que habían peregrinado a Ayodhya, en el septentrional estado de Uttar Pradesh, y causaron la muerte de 58 personas.

Violentas represalias de extremistas hindúes contra musulmanes no fueron detenidas por las fuerzas de seguridad de Gujarat. Tras esos incidentes, el jefe del gobierno estatal, Narendra Modi, fue separado de su cargo, pero espera recuperarlo como candidato del BJP en las elecciones de este año.

Vajpayee visitó también la ciudad de Ahmedabad, un centro de producción textil, donde dijo a unos 10.000 refugiados musulmanes que ”el país entero está con ellos”, y agregó que ”parte el corazón ver que la gente deba refugiarse en su propio país”.

”Lo sucedido en Godhra fue vergonzoso, pero lo que pasó después fue peor”, afirmó el primer ministro, quien llamó a restaurar las relaciones entre hindúes y musulmanes.

”No hay otra salida” que tender puentes entre ambas comunidades, sostuvo Vajpayee, quien llevó al BJP al poder en nombre del hinduismo, en especial al respaldar en 1992 la destrucción en Ayodhya de una mezquita musulmana del siglo XVI, y el proyecto de construir sobre sus ruinas un tembplo hindú.

Los militantes hindúes muertos en Godhra habían viajado a Ayodhya en el marco de una campaña nacional por la construcción de ese templo.

La noticia de la visita de Vajpayee no logró detener la violencia, y dos familias musulmanas fueron asesinadas el miércoles en el poblado de Abasana, a 85 kilómetros de Ahmedabad.

Analistas comentaron que esa visita fue una medida demasiado débil y tardía para superar la crisis, luego de que el primer ministro pasó más de un mes sin intervenir, debido a presiones de grupos radicales hindúes que lo apoyan.

Vajpayee permaneció pasivo cuando Modi otorgó 1.000 dólares de asustencia a las familias de los muertos en Godhra en febrero, hindúes en su gran mayoría, y sólo 500 a las familas de los muertos en represalias, musulmanes en su gran mayoría.

Tampoco reaccionó cuando el jefe del gobierno de Gujarat ordenó transferir a la minoría de policías que intentaron detener ataques de hindúes contra comercios y viviendas de musulmanes.

Políticos opositores visitaron Gujarat en marzo y pidieron que el parlamento separara de su cargo a Modi, miembro de la Rashtriya Swayamsevak Sangh (Organización Nacional por la Autoayuda, RSS), conocida por realizar ejercicios militares y sostener que las minorías deben subordinarse a la mayoría hindú.

Modi replicó que la violencia en Gujarat continuaría mientras fuera discutida en el parlamento, y acusó a los medios de comunicación de fomentarla con una ”exagerada reacción” ante los incidentes.

El jefe del gobierno de Gujarat sólo fue separado de su cargo luego de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (NHRC, por sus siglas en inglés) visitó el estado, y el presidente de ese organismo, A.K. Varma, presentó el lunes a Vajpayee un duro informe contra Modi.

Fue después de esos acontecimientos que Vajpayee decidió visitar Gujarat.

Varma acusó al gobierno de Modi de un ”grave fracaso de la inteligencia”, y dijo a periodistas que empleaba la palabra ”inteligencia” en todos sus sentidos.

La NHRC pidió una investigación de lo sucedido en Godhra de la federal Oficina Central de Investigaciones (CBI), con el argumento de que la investigación local no daba garantías de objetividad.

Varma destacó que ningún alto funcionario del gobierno o líder político ha visitado los campos de refugiados musulmanes, quienes viven aterrorizados y se exponen a que sus viviendas y propiedades sean saqueadas durante su ausencia. (FIN/IPS/tra-en/rdr/js/lp/hd cr ip/02

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