FRANCIA: Primera ronda electoral castigará a la clase política

La primera ronda de las elecciones presidenciales de Francia expresará este domingo el descontento popular ante los principales partidos políticos, según pronósticos de abstención de más de la mitad de los habilitados.

El presidente Jacques Chirac, del derechista Partido Unión por la República (RPR) y el primer ministro Lionel Jospin, del Partido Socialista, sólo obtendrán alrededor de 20 por ciento de los votos cada uno, de acuerdo con las proyecciones de las firmas encuestadoras.

El cumplimiento de esos pronósticos implicaría el mínimo histórico de apoyo a los principales candidatos a la presidencia.

Jospin, de 64 años de edad, y Chirac, de 69, pasarían de todos modos a la segunda y decisiva vuelta, que se llevará a cabo el 5 de mayo.

Jean-Marie Le Pen, del ultraderechista del Frente Nacional, obtendría cerca de 15 por ciento de los votos, y Arlette Laguiller, de la trotsquista Fuerza Obrera, podría recibir más de 10 por ciento, según las encuestas.

La mayoría de los franceses consultados en sondeos de opinión dicen haberse aburrido durante la campaña electoral, y estar cansados de los políticos.

La falta de credibilidad ha sido la tónica del intento de Chirac por permanecer en la presidencia, y la falta de consistencia ha marcado los actos de Jospin.

Nuevas revelaciones de corrupción empañaron la campaña de Chirac, acusado de recolección ilegal de fondos para actos preelectorales. Cinco fiscales dicen tener evidencia de esos hechos, pero el candidato es protegido por la Constitución de toda acusación penal por su investidura presidencial.

Chirac sólo deberá afrontar los cargos si pierde las elecciones.

Por otro lado, la identidad ideológica de su rival está en tela de juicio.

Jospin intentó marcar distancia con las ideas socialistas desde la presentación hace dos meses de un manifiesto personal, pero luego el avance de Laguiller en las encuestas sobre intención de voto hizo cambiar de rumbo al primer ministro, quien en las últimas semanas volvió a la retórica izquierdista.

Los votantes franceses han aprendido a ser exigentes, opinó Helene Miard Delacroix, profesora de Ciencia Política de la Universidad de la Sorbona.

”Los políticos realmente tienen que merecer los votos. La mayoría de los ciudadanos son en extremo críticos, y si un candidato los engaña tras ser elegido, está arruinado. El alto número de votos que recibirán los candidatos marginales pone en evidencia un alto grado de protesta”, señaló la experta.

Desde 1958 ”no habíamos visto que 50 por ciento de los electores rechazaran a los candidatos principales. Ese rechazo sugiere que la clase política francesa debe renovarse por completo”, destacó Francois Bayrou, ex ministro de Educación y candidato de la derechista Unión por la Democracia Frances.

Hay 16 candidatos, de partidos de extrema izquierda, socialdemócratas, ecologistas, centristas, liberales, derechistas y ultraderechistas, pero la mayoría de los 43 millones de habilitados para votar han demostrado muy poco interés en el sufragio.

Una fuerte votación a la extrema derecha y la extrema izquierda también es una señal de protesta, y debe tenerse en cuenta que tanto Laguiller como Le Pen defienden programas inaplicables, que sólo lograrían el aislamiento del país en la comunidad internacional, según especialistas en política.

Laguiller, ex empleada bancaria de 63 años de edad, propone la prohibición de los despidos masivos y que las empresas privadas informen al público sobre sus ingresos, además de la nacionalización de las compañías que no cumplan esas exigencias.

Le Pen, de 75 años de edad, reitera posiciones racistas y contrarias al ingreso de inmigrantes que expuso en ateriores campañas, a las cuales agrega la demanda de que Francia abandone el euro y regrese al franco.

Francesa Pascal Perrineau, experta del Centro de Estudios de la Vida Política, consideró que los ciudadanos no rechazan la política, sino la conducta de los políticos ante las elecciones.

Perrineau piensa que la pérdida de respaldo a los candidatos de los principales partidos ”marca el fin de la vieja política francesa y el nacimiento de una nueva”. (FIN/IPS/tra-en/jjg/ss/lp- mp/ip/02

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