Gran parte de los 12,6 millones de personas que no votaron en las elecciones presidenciales del domingo en Francia se sienten culpables del resultado, que excluyó a la izquierda y lleva a la segunda vuelta del 5 de mayo al conservador Jacques Chirac y al ultraderechista Jean-Marie Le Pen.
Estoy avergonzada de ver que este ogro de Le Pen llegó tan lejos, y de tener que ir a votar a Jacques Chirac, un hombre corrupto e inmoral a quien desprecio, sólo para evitar que Le Pen dañe aun más a mi país, dijo a IPS Janine, de 27 años, quien optó por ir de picnic el domingo, en vez de votar.
Pensé que la primera ronda era sólo un espectáculo, y que el voto importante era el de la segunda, explicó Janine. La segunda ronda se realiza entre los dos candidatos más votados si ninguno obtiene más de la mitad de los sufragios.
Hasta el fin de la campaña, las firmas encuestadoras pronosticaron que los participantes en la segunda vuelta serían el presidente Chirac, de la conservadora Unión por la República, y el primer ministro Lionel Jospin, candidato del Partido Socialista.
De regreso de su día de campo, Janine supo que el alto número de abstenciones permitió al racista Le Pen, con 17 por ciento de los votos, pasar a la segunda vuelta junto con Chirac, quien obtuvo 19,6 por ciento.
Si hubiera sabido que la presencia de Jospin en la segunda ronda dependía de mi voto, habría votado aunque me estuviera muriendo, aseguró.
Los votantes de Le Pen, candidato del Frente Nacional, fueron 4,8 millones, y los de Chirac 5,7 millones. Jospin logró sólo 16 por ciento de los sufragios, y habría superado a Le Pen con sólo 200.000 votos más.
Jospin anunció en la noche del domingo que renunciará a su cargo y se alejará de la vida política.
Entre las causas de la derrota del primer ministro estuvo también la división de la izquierda, que presentó cinco candidatos además de Jospin.
Jospin habría superado a Le Pen si lo hubieran votado apenas un tercio de quienes apoyaron a la candidata izquierdista Christiane Taubira, que obtuvo menos de tres por ciento del total de los sufragios.
El descontento popular ante los principales partidos políticos se manifestó en el alto número de abstenciones y el llamado voto castigo o de protesta, por candidatos sin posibilidades de pasar a la segunda vuelta.
Voté a Olivier Besancenot (trotskista que logró el respaldo de 1,2 millones de electores) como protesta, pero ahora lo lamento, dijo a IPS Anthony, residente en París.
El joven se queja de que los mayores partidos y los medios de comunicación no lo ayudaron a comprender la importancia de la primera vuelta.
Desde la noche del domingo, Janine y Anthony participan en manifestaciones contra Le Pen en París. El lunes Janine llevó un cartel con la leyenda Vote al estafador, no al facho (fascista).
Hay pendientes contra Chirac varias acusaciones de corrupción y apropiación ilegal de fondos públicos, que no deberá afrontar mientras cuente con fueros presidenciales.
Socialistas, verdes y comunistas llamaron a los franceses a formar un frente contra el fascismo y votar a Chirac. La trotskista Fuerza Obrera no aceptó esa propuesta.
Admito públicamente que mi opción por Chirac el 5 de mayo sólo tiene un significado: dejar claro que no podemos aceptar a Le Pen, explicó el secretario general del Partido Socialista, Francois Hollande, quien expresó así el pensamiento de muchos izquierdistas.
Chirac es nuestro adversario, pero Le Pen nuestro enemigo, agregó.
La derrota del Partido Socialista produjo una oleada de simpatía según Hollande, quien aseguró que cientos de jóvenes de todo el país se acercan para sumarse al partido. Pero la solidaridad no podrá suplantar los votos perdidos.
La Central General de Trabajadores llamó a los votantes franceses a hacer todo lo posible para detener a Jean Marie Le Pen, y tanto la Iglesia Católica como organizaciones no gubernamentales (ONG) exhortaron a rechazar al candidato del Frente Nacional.
Más de 70 por ciento de los consultados en encuestas realizadas tras la difusión de los resultados del domingo dijeron que votarán a Chirac.
Le Pen, de 74 años de edad y ex militar, ha sido acusado de torturar a activistas por la independencia de Argelia en los años 50, y declaró que el genocidio de judíos cometido por los nazis durante la segunda guerra mundial fue un mero detalle de la historia.
El candidato del Frente Nacional propone expulsar a los inmigrantes, poner fin a la participación de Francia en instituciones europeas y retornar al franco, la moneda nacional reemplazada por el euro.
Partidos, sindicatos y ONG convocan a una manifestación contra Le Pen en París el 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en el cual los franceses recuerdan también a Joana de Arco, símbolo nacional del heroísmo y la resistencia popular, se realizará en París .
El Frente Nacional convoca a otra manifestación el mismo día en la capital. (FIN/IPS/tra-en/jg/ss/lp/ip/02