La colaboración de inteligencia que Siria brindó a Estados Unidos en su guerra contra el terrorismo no pareció mejorar el concepto que Washington tiene de Damasco, y ambos gobiernos se encaminan a una nueva disputa diplomática.
Aunque Siria ha cooperado contra el terrorismo, sigue ambigua sobre varios asuntos fundamentales, como la paz con Israel y el apoyo a grupos radicales, dijo George Joffe, especialista en Medio Oriente de la Universidad de Cambridge, Inglaterra.
El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el texano Richard Armey, recordó que Siria tiene una larga historia de ayuda y protección a los peores grupos terroristas y que apoya a fuerzas islámicas radicales que atacan a Israel desde el norte.
Armey anunció la preparación de un proyecto que dará al presidente George W. Bush nuevos instrumentos para sancionar a Siria si no se retira de Líbano y deja de respaldar grupos terroristas, fabricar armas de destrucción masiva y violar el embargo internacional de petróleo contra Iraq.
Además, la Ley Mejorada de Seguridad en las Fronteras y de Reforma del Sistema de Visas, aprobada por unanimidad en el Senado la semana pasada, prohíbe el ingreso a Estados Unidos de ciudadanos de Corea del Norte, Cuba, Irán, Iraq, Libia, Sudán y Siria, países declarados patrocinadores del terrorismo.
La prohibición no se aplica a aquellos ciudadanos que lleguen a Estados Unidos como inmigrantes.
Así mismo, el vicepresidente estadounidense Dick Cheney ignoró a Siria en su gira por Medio Oriente, en marzo, en la que discutió con varios países árabes sobre terrorismo, una eventual campaña contra Iraq y el conflicto palestino-israelí.
La última vez que Washington ignoró a Damasco mientras intentaba resolver un conflicto en que Siria tenía un papel importante fue en Líbano, en 1983-84.
Pero más de 260 estadounidenses resultaron muertos cuando militantes suicidas hicieron estallar autos-bomba contra dos edificios de la embajada de Estados Unidos y una instalación de la marina, y las conversaciones entre Israel y Líbano fracasaron.
Siria, un nuevo miembro rotativo del Consejo de Seguridad de la ONU, está en la lista de países terroristas del Departamento de Estado porque respalda a Hizbolá, el grupo guerrillero chiíta que luchó contra la ocupación israelí del sur de Líbano y ahora defiende la causa palestina.
Aunque Hizbolá está realizando la transición para convertirse en un partido político, Estados Unidos aún lo acusa de ser una organización terrorista.
Damasco también refugia a líderes políticos de los grupos militantes palestinos Hamas y Jihad Islámica, junto a grupos seculares más antiguos que luchan contra Israel.
Siria arguye que no se trata de movimientos terroristas, sino de resistencia a la ocupación israelí de tierras árabes, y se niega formalmente a adoptar medidas contra ellos.
A la vez, Damasco acusa a Washington de alinearse con Israel, a cuyo primer ministro, Ariel Sharon, Bush consideró un hombre de paz pese a la sangrienta ofensiva que lanzó en áreas palestinas a fines de marzo.
En su reciente gira por la región, el secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell incluyó a Siria, pero no para hablar sobre posibles soluciones al conflicto palestino- israelí, sino para advertirle contra los ataques de Hizbolá a Israel.
¿Es un mediador con ideas de paz o sólo un mensajero que trae una advertencia?, preguntó Fayez Sayegh, un alto funcionario sirio, en declaraciones a IPS.
Aunque Powell regresó a Washington sin haber logrado un cese del fuego, miembros clave de la Cámara de Representantes anunciaron que procurarían hasta 200 millones de dólares en ayuda de emergencia para Israel.
La ayuda sería parte de un paquete antiterrorista de 27.000 millones de dólares, explicó la representante demócrata Nita Lowey, de Nueva York.
Israel ya recibe 3.000 millones de dólares por año en asistencia de Estados Unidos, y pretende recibir 800 millones más.
Tom DeLay, un republicano de Texas, y Tom Lantos, un demócrata de California, presentaron a la cámara baja una resolución que expresaba solidaridad con Israel mientras toma las medidas necesarias para dar seguridad a su pueblo desmantelando la infraestructura terrorista en áreas palestinas.
La resolución también condenaba al líder palestino Yasser Arafat por su supuesto apoyo al terrorismo.
Mientras, crecen las protestas contra Israel y el sentimiento antiestadounidense en los países árabes.
En Siria y otros países árabes hubo llamados a boicotear los productos de Estados Unidos.
El diario oficialista sirio Al-Baath denunció a varias empresas estadounidenses por su supuesto apoyo a Israel. (FIN/IPS/tra- en/gb/sm/mlm/ip/02
