China intenta bloquear la participación de un grupo protibetano en una conferencia mundial sobre desarrollo sustentable, con el argumento de que se trata de una organización separatista con motivaciones políticas.
Beijing se opone firmemente a la acreditación del Centro de Justicia de Tibet (TJC, por sus siglas en inglés) para la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable, declaró el embajador chino Wang Yingfan en una carta al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan.
La cumbre se realizará en Johannesburgo, Sudáfrica, del 26 de agosto al 4 de septiembre. Las reuniones preparatorias ya están en curso en la sede de la ONU, en Nueva York.
El motivo de la oposición de Beijing es que el TJC no sólo niega que Tibet es una parte inalienable de China, sino que también promueve a Tibet como un estado independiente, arguyó Wang.
Es claro que el objetivo y las actividades separatistas del TJC no sólo infringen la soberanía y la integridad territorial de China, sino también los objetivos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, advirtió.
Wang enfatizó en su misiva que las autoridades de la República Popular China son el gobierno legítimo del pueblo tibetano.
En 1959, la secta tibetana Sombrero Amarillo inició una fallida sublevación contra el régimen comunista instalado por Beijing en el territorio de Tibet poco después de la revolución china de 1949.
Los comunistas abolieron el sistema feudal de siervos y señores, crearon las primeras comunas y lucharon contra el sistema religioso tibetano.
Tras el fracaso de la sublevación de 1959, el Dalai Lama, líder espiritual de Tibet, marchó al exilio en la vecina India, desde donde libra una lucha permanente por la independencia de Tibet y la restauración de su tradicional orden social.
El Dalai Lama urge a las autoridades chinas a celebrar un plebiscito de autodeterminación en Tibet bajo supervisión internacional, pero Beijing se niega a hacerlo.
La comisión de la ONU sobre desarrollo sustentable, que actúa como comisión preparatoria de la cumbre, discutió las solicitudes de credenciales de distintos grupos la semana pasada, pero postergó sus decisiones finales hasta esta semana.
China posee suficiente influencia en la comisión para asegurarse el rechazo de la solicitud del TJC, advirtieron diplomáticos.
En la última reunión del organismo, en enero, Beijing logró el rechazo de la solicitud de credenciales de un grupo denominado Campaña Internacional para Tibet.
Annan destacó que la secretaría de la conferencia estudió las actividades del TJC y concluyó que están relacionadas con el trabajo de la cumbre.
Sin embargo, advirtió a la comisión que la secretaría también obtuvo información sobre actividades políticas del solicitante (TJC) en relación con Tibet, que no tienen vínculo directo con cuestiones de desarrollo sustentable.
La comisión debería tener en cuenta esas conclusiones al decidir sobre la acreditación, opinó.
El TJC, establecido en California en 1990, dice promover los derechos humanos, la protección del ambiente y la resolución pacífica de la cuestión de Tibet mediante acciones legales, análisis políticos y programas de educación.
Neijing legitimó la participación del TJC en anteriores foros internacionales sobre cuestiones ambientales y de desarrollo, señaló el grupo.
Delegaciones chinas negociaron cara a cara con nuestra organización en dos congresos de la Unión Mundial por la Conservación, en 1996 y 2000, dijo a IPS D'Arcy Richardson, presidenta de la comisión ambiental del TJC.
En ambas instancias pudimos forjar acuerdos sobre recursos hídricos que afectan a los pueblos chino y tibetano. Pretendemos continuar ese diálogo en la comisión preparatoria y en la propia conferencia sobre desarrollo sustentable, manifestó.
Creemos que los asuntos de ambiente y desarrollo son un punto de partida natural para promover conversaciones productivas sobre Tibet. Reclamamos nuestro lugar legítimo en la mesa de discusión sobre esas cuestiones, añadió. (FIN/IPS/tra-eng/td/ml/mlm/dv ip/02
