DESARROLLO-AFRICA: Pronóstico desolador del Banco Mundial

La caída de la asistencia exterior y las barreras de los mercados occidentales a las exportaciones de Africa dibujan un futuro desolador para el continente, advirtió este miércoles el Banco Mundial.

La asistencia para el desarrollo a los países de Africa subsahariana cayó de 17.200 millones de dólares en 1990 a 12.300 millones a fines de 1999, asegura el informe ”Indicadores sobre el desarrollo africano 2002”, publicado por la institución financiera multilateral.

”Los flujos de ayuda se redujeron drásticamente en los estados en guerra, pero también decayeron en naciones con gobiernos sólidos”, subraya el documento.

La ayuda oficial a Ghana, por ejemplo, disminuyó casi 100 millones de dólares en 1999 respecto del año anterior. Mozambique, uno de los países más pobres de Africa, considerado un país estable, vivió en igual periodo una reduccción de la ayuda de 1.040 millones de dólares a 804 millones.

El Banco Mundial reiteró reclamos anteriores a los países ricos para que incrementen el monto de la asistencia y abran sus mercados a los productos africanos.

Los sectores agrícolas de muchos países pobres del continente pueden generar empleos y reducir las crecientes filas de desocupados, sostuvo el informe.

Así mismo, los exportadores de algodón de Africa occidental y central podrían lograr un crecimiento de 250 millones de dólares anuales si Estados Unidos, el mayor productor mundial, dejara de subsidiar a sus plantadores.

Los subsidios al algodón de ocho países industrializados sumaron 5.400 millones de dólares en la cosecha 1998/99, de los cuales 2.000 millones correspondieron a Estados Unidos.

En consecuencia, los precios mundiales del algodón cayeron a casi un tercio del pico alcanzado a mediados de la década pasada.

Aunque los cultivadores de algodón de Africa occidental y central figuran entre los productores con costos más bajos del mundo, sus gobiernos aún destinan entre 50 y 60 millones de dólares por año para asegurar la supervivencia del sector.

Si los precios mejoraran, ese dinero podría destinarse a la educación, la salud o la mejora de la infraestructura vial, destacaron los redactores del informe.

Además, los países occidentales pueden abrir sus mercados al comercio africano casi sin costos, sostuvo el Banco.

Irungu Houghton, de la organización no gubernamental estadounidense Action Aid, criticó el análisis del Banco Mundial por olvidar aspectos esenciales de la diversificación económica.

Angola, Nigeria, Sudáfrica y Gabón concentran 80 por ciento de las exportaciones africanas a Estados Unidos, mientras otras 50 naciones del continente quedan excluidas, puntualizó Houghton.

El activista reconoció la importancia que la ayuda y el comercio representan para Africa, pero reclamó una ”completa revisión de las políticas económicas del continente, que permita diversificar las economías nacionales y producir bienes con valor agregado, como lo hace Asia sudoriental”.

”El Banco fue tan reduccionista que ahora la lista de los problemas africanos se reduce sólo a la ayuda y el comercio exterior”, estimó.

Sin embargo, el continente ”requiere con urgencia que las naciones ricas cumplan sus promesas de asistencia más generosa y oportunidades comerciales más amplias para revertir los crueles efectos de la pandemia de sida, las guerras civiles y el persistente bajo crecimiento”, sostiene el informe del Banco.

Muchos países sufren los efectos de la marcada caída de los precios de productos básicos, como el café, que cayó 35 por ciento desde diciembre de 1997.

Este fenómeno, sumado a la declinación de la ayuda y el comercio y la propagación del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) erosionan los trabajosos logros de los últimos años, según el organismo multilateral.

Para cumplir el propósito de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de reducir a la mitad la pobreza en 2015, el producto interno bruto de los países de Africa subsahariana debería crecer un promedio de siete por ciento anual.

El documento reconoce la iniciativa de la Nueva Sociedad por el Desarrollo Africano, firmada en octubre de 2001 por los gobernantes del continente, que se comprometieron a perseguir los propósitos de la gobernancia y la transparencia.

”Muchos gobiernos africanos están aplicando medidas para impulsar el crecimiento, fortalecer la gobernancia y suministrar servicios sociales más eficaces. Están cumpliendo con su parte. Ahora necesitan que los países ricos cumplan con la suya”, afirmó el vicepresidente del Banco Mundial para Africa, Callisto Madavo.

La institución multilateral también instó a mejorar la coordinación entre donantes y acreedores.

”La negociación con múltiples donantes absorbe la mitad del tiempo de los pocos expertos con que cuentan varios gobiernos africanos. Esto debe terminar”, dijo el economista jefe para Africa, Alan Gelb.

Hace tres años, el gobierno de Tanzania ofreció un nítido ejemplo de los apuros en que lo ponían los donantes, al observar que debía producir para ellos 2.400 informes trimestrales por año y recibir unas 1.000 misiones anuales. (FIN/IPS/tra- eng/em/aa/lp/dcl/dv/02

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