COMERCIO: UE busca poner fin a preferencias de ex colonias

La Unión Europea (UE) decidió negociar acuerdos de libre comercio en reemplazo de las preferencias que aún otorga a 77 ex colonias europeas del Grupo de Estados de Africa, Caribe y el Pacífico (ACP), a las cuales se suma Cuba como Estado asociado.

Orientaciones en la materia aprobadas el martes por la Comisión Europea, organismo ejecutivo de la UE, buscan poner fin al régimen que fija cuotas de ingreso sin aranceles a productos de miembros del ACP a los mercados del bloque europeo. Los países bveneficiarios, en cambio, puden imponer aranceles a productos de la UE.

Ese acuerdo también prevé compensaciones económicas de la UE a los integrantes del ACP cuando decrecen los ingresos que éstos obtienen por sus exportaciones, debido a variaciones de los precios de azúcar, carne, banano y otros productos básicos.

Expertos recomiendan que la UE lleve a cabo la negociación, que comenzará en septiembre y debe terminar antes de enero de 2008, con criterios flexibles y orientados al desarrollo.

Ese plazo para negociar fue establecido en Acuerdo de Cotonou, firmado por ambas partes en junio de 2000 en esa meridional ciudad de Benin, para regular sus relaciones políticas y económicas hasta junio de 2020.

La Comisión Europea no debe subestimar la importancia de los argumentos del ACP, que elabora en la actualidad sus propios lineamientos para la negociación y prevé aprobarlos en julio, durante una cumbre en Fiji, comentó Glenys Kinnock, integrante del Parlamento Europeo.

”Era inevitable que la Comisión adoptara duros criterios en el mandato a los negociadores, pero deberá abandonar esa posición”, opinó la legisladora, quien es copresidenta de la Asamblea Legislativa Conjunta del ACP y la UE.

Las negociaciones comerciales deben ubicarse en un contexto de impulso al desarrollo, en vez de acotarse a objetivos de liberalización, dijo a IPS el embajador de Mauricio ante la UE, Sutiawan Gunessee, influyente miembro de la subcomisión del ACP especializada en comercio.

La relación comercial debe apuntar a los objetivos generales establecidos en Cotonou, o sea el desarrollo sustentable, la lucha contra la pobreza y la paulatina integración de los miembros del ACP a la economía mundial, afirmó.

La Comisión alega que una de las razones para poner fin al régimen de preferencias comerciales es que no ha dado resultado, ya que algunos integrantes del ACP se han empobrecido durante su vigencia.

Gunessee replicó que ”la mayoría de los países del ACP no pudieron sacar provecho de ese régimen, porque carecían de la capacidad productiva e institucional, los recursos humanos y la cultura de dinamismo de las empresas privadas que hacían falta para eso”.

El mantenimiento de las preferencias puede ser beneficioso para ambas partes, sostuvo, y puso como ejemplo el caso del atún enlatado que producen integrantes del ACP.

”Firmas de la UE han invertido en la industria pesquera y de enlatado de países miembros del ACP, para aprovechar esas preferencias, y pueden verse perjudicadas u obligadas a cesar sus operaciones si cambia el régimen vigente”, arguyó.

La Comisión Europea debe realizar estudios de impacto en los países del ACP, para identificar a los que necesitan un periodo de desarrollo de capacidades para competir en un marco de libre comercio, y brindar asistencia económica a ese desarrollo, enfatizó.

La situación ha cambiado desde que el ACP firmó el Acuerdo de Cotonou y se comprometió a iniciar conversaciones sobre comercio con la UE en septiembre de este año, sin prever el lanzamiento en 2001 de una nueva ronda de negociaciones internacionales en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), apuntó.

”¿Cómo podemos negociar nuevos e importantes asuntos comerciales, como las políticas relacionadas con competitividad e inversiones, si no sabemos cuáles serán las normas de la OMC después de (el fin de esa ronda, en) 2004?”, alegó para defender la postergación hasta 2005 del comienzo de las negociaciones.

”La única condición establecida en Cotonou para la futurqa relación comercial es su compatibilidad con las normas de la OMC. Es un poco excesivo sostener que eso significa libre comercio”, dijo a IPS Guggi Laryea, asesor político de Eurostep, una red de organizaciones no gubernamentales europeas.

Es preciso que la posición de la UE sea muy flexible y que la negociación no se realice ”a puertas cerradas, sino con información a la sociedad civil y discusión con los parlamentos”, opinó.

La evaluación de impacto por parte de la Comisión Europea debe llevarse a cabo con criterios amplios, dijo.

”En el pasado, los estudios de ese tipo realizados por la Comisión se concentraron en aspectos económicos, con criterio bastante académico. En este casso, esperamos que también se tengan en cuenta cuestiones de género y de desarollo social, así como el eventual impacto sobre los más desaventajados”, explicó. (FIN/IPS/tra-eng/gh/ss/mp/if ip/02

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