Mampato, un héroe infantil creado como historieta en la década del 50, es el protagonista del primer largometraje de dibujos animados hecho en Chile, que se estrenará el 27 de junio en la capital del país y en otras seis ciudades.
Ogú y Mampato en Rapa Nui, inspirada en uno de los tantos episodios de la saga creada por el dibujante Temo Lobos y el guionista Eduardo Armstrong, le demandó tres años de trabajo a un equipo de 200 personas.
Mampato es un niño imaginativo, a la vez serio y amigo de las aventuras, que se desplaza por el mundo y en diversas épocas de la historia gracias a su cinto espacio-temporal para arreglar conflictos, siempre a favor de los débiles.
Su complemento es Ogú, un cavernícola cuya fuerza sólo es comparable a la magnitud de su gula, ingenuo, valiente y tierno.
Alejandro Rojas, director de esta primera incursión de la cinematografía chilena en el género animado, asegura que Ogú y Mampato en Rapa Nui se hizo con los mismos estándares de calidad que las producciones de Walt Disney u otros referentes internacionales.
De partida, esta película es probablemente la más cara del cine chileno, con un presupuesto de 1,2 millones de dólares.
Tierra del Fuego, el filme del director Miguel Littin estrenado a comienzos de 2000, tuvo un presupuesto de cinco millones de dólares, pero se trató de una co-producción en la cual el financiamiento provino sobre todo de España y Francia.
La inversión promedio para una película en Chile es de 300.000 dólares. Coronación, también de 2000 y una de las cintas locales más premiada en festivales internacionales, tuvo un costo de 500.000 dólares.
Ogú y Mampato en Rapa Nui será también protagonista del mayor lanzamiento simultáneo de una película chilena, con 35 copias que se exhibirán en igual número de salas distribuidas entre Santiago y otras seis ciudades.
Se trata de Viña del Mar, Valparaíso y Rancagua, en la zona central de Chile, y Concepción, Temuco y Puerto Montt, en el sur del país.
Cineanimadores, la productora de la película, contó con el apoyo financiero de dos entidades estatales, el Fondo de Desarrollo de las Artes y la Corporación de Fomento.
A la aventura se asociaron además otras cuatro productoras chilenas, que esperan recuperar la inversión y comenzar a contar ganancias no sólo con la convocatoria en Chile sino también con la distribución internacional.
De los 200 profesionales que trabajaron en la película, 150 son dibujantes y diseñadores que mostraron un despliegue tanto de su destreza artística manual como del manejo de programas de computación para concretar una cinta de avanzada tecnología.
El equipo utilizó para su labor 40 computadores, que a menudo trabajaron en forma simultánea.
Toda la película es de factura chilena, excepto en lo que se refiere al doblaje de la voz de los personajes, para lo cual se optó por actores mexicanos, ya que tienen un acento más universal para los efectos de la distribución de la película en países hispanoparlantes.
Rapa Nui, la mítica isla de Pascua con sus moais, es también un propicio escenario de fama internacional para esta primera historieta de Mampato que se lleva al cine.
En un viaje a la isla en el pasado, el héroe-niño y su inseparable amigo cavernícola tendrán que intervenir para solucionar un conflicto entre las tribus de Orejas Largas y Orejas Cortas, con la ayuda de Marama, una niña rapanui.
La banda musical de la película fue encargada al cantautor Joe Vasconcellos y al artista rapanui Mito Manutomatoma, ganador en febrero del Festival de Olmué, el principal certamen chileno de creación folclórica.
Este no es un filme del montón. Tiene personalidad y eso es algo que nos tiene más que satisfechos, aseguró Rojas en un diálogo con la revista Wikén.
El director confesó que al comienzo se preguntaba sobre las influencias que reflejaría la película en términos de los dos grandes estilos de cine animado: el de Disney y el japonés, pero el producto final fue de un estilo distinto, propio.
¿Por qué la elección de Mampato y no de otro personaje de los comics chilenos para este primer largometraje de dibujos animados?
Porque había una deuda con esa historieta. Es uno de los personajes chilenos más importantes y estaba un poco olvidado, pero seguía en la memoria de la gente, señaló Juan Diego Garretón, el productor ejecutivo.
Los desplazamientos de Mampato por el tiempo fueron para Rojas en su niñez las mejores lecciones sobre el pasado. Es que así debiera enseñarse la historia. Cuando en Mampato se habla de los romanos, tú te sientes un personaje más y los ves y aprendes, dijo el director.
Según Rojas, la versión cinematográfica de la historieta debería ser un producto chileno de exportación, que muestre al mundo una forma de ser, una forma de vida, una forma de reír.
Me encantaría que el día de mañana un chico alemán riera a carcajadas viendo la cinta, de la misma manera que yo lo hice cuando leí la historieta siendo un niño, señaló el cineasta. (FIN/IPS/ggr/dm/cr/02