Empresas españolas se anticiparon en Argentina a la inmovilización de depósitos bancarios y a la caída del presidente Fernando de la Rúa enviando a España unos 5.000 millones de dólares.
Los dividendos distribuidos en 2001 por Repsol-YPF, los bancos Santander Central Hispano y Bilbao Vizcaya, Telefónica y Gas Natural, las cinco filiales más fuertes de empresas españolas en Argentina, totalizaron 2.307 millones de dólares, frente a 600.000 en 2000.
A esa cifra se sumaron la venta de activos y la participación en otras empresas, todo lo cual fue girado a España antes de que a principios de diciembre se dispusieran en Argentina restricciones para el retiro de depósitos bancarios.
La petrolera Repsol-YPF y los bancos Santander Central Hispano y Bilbao Vizcaya Argentaria, tres de las empresas españolas que más aumentaron sus ganancias en Argentina, evitaron responder a IPS acerca de los hechos informados.
Por su parte, el abogado argentino Carlos Slepoy, conocido por haber dirigido las acusaciones contra los ex dictadores de su país ante el juez esopañol Baltasar Garzón, calificó de despojo final las utilidades remitidas a las casas matrices sin control alguno.
Slepoy acusó a quienes han ejercido en estas últimas décadas el control del Estado (argentino) y remataron -corrupción mediante- las riquezas y los servicios públicos del país en beneficio de grandes grupos empresariales y financieros, nacionales e internacionales.
Una investigación del periódico madrileño Cinco Días, especializado en economía, demostró que la filial de la petrolera Repsol-YPF en la Argentina aumentó 520 por ciento los dividendos distribuidos en 2001, en relación a 2000. En 2001 distribuyó 1.652 millones de dólares y sólo 317 en 2000.
En la memoria anual de YPF consta que el 29 de noviembre de 2001 el directorio de la filial argentina aprobó la distribución de un dividendo anticipado de 787 millones de dólares. Repsol-YPF de España es propietaria de 99 por ciento de las acciones de esa filial.
Curiosamente, mientras se hacía anticipar la distribución de utilidades en Argentina y se multiplicaban éstos por cinco, la casa matriz española disminuía 58 por ciento sus dividendos.
Hay otros elementos que prueban que los directivos de Repsol- YPF previeron el colapso de aquel país. En una información suministrada por esa empresa a algunos analistas se destacó la venta de 13,9 por ciento de la compañía eléctrica Edenor por 195 millones de dólares, un canje de activos con la petrolera brasileña Petrobras por 500 millones de dólares y otro de reservas de gas por 350 millones.
Además, YPF concretó a principios de diciembre de 2001 un contrato de venta de petróleo a largo plazo, lo que le permitió cobrar por anticipado otros 400 millones de dólares.
El Banco Francés del Río de la Plata, propiedad del español Banco Santander Central Hispano, aumentó sus dividendos de 48,7 millones de dólares en 2000 a 230 millones en 2001, y Telefónica de Argentina, de 150 a 300 millones, en el mismo periodo de tiempo.
El Santander Central Hispano, además, hizo constar en un folleto sobre ampliación de capital distribuido en España a principios de este año que, para limitar el impacto negativo de acontecimientos recientes en Argentina, dispuso la repatriación al grupo de 300 millones de euros en el ejercicio 2001.
Otra empresa que retiró una suma considerable fue Endesa, por la venta de su capital en la también eléctrica Edenor, lo que le generó una plusvalía de 494 millones de dólares.
Pero, en este caso, la empresa se resistió a hacerlo hasta último momento y fue el gobierno argentino el que la obligó a vender, aplicando una ley antimonopolios, ya que es propietaria de otra compañía del sector, Edesur.
Illya Totter, portavoz de la organización no gubernamental Solidaridad Internacional, se manifestó sorprendido de que en un país en crisis las empresas extranjeras tengan beneficios tan altos.
Por ello, dijo a IPS, hay que tomar medidas para que los beneficios que obtienen esas empresas en buena parte se reinviertan en el mismo país.
Lamentablemente, los países no establecen esos controles y así pasa lo que pasa, concluyó Totter. (FIN/IPS/td/ff/if/02