ZIMBABWE: Oposición rechaza el diálogo y apoya huelga

El opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) rechazó este martes el diálogo con el gobierno de Zimbabwe, que también fue sancionado por la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth) a causa de la «violencia política» durante las elecciones del 9 al 11 de este mes.

El MDC, el principal partido de oposición, impugnó los comicios presidenciales que dieron otro mandato de seis años al presidente Robert Mugabe y, en protesta por agresiones a sus militantes, se plegó a la huelga general de tres días convocada para el miércoles por Congreso Sindical de Zimbabwe (ZCTU).

Los resultados electorales, anunciados la semana pasada, fueron cuestionados por observadores internacionales, a causa de numerosas irregularidades.

La Commonwealth anunció este martes la suspensión de Zimbabwe de sus consejos durante un año, después que su misión de observadores electorales indicara que los comicios fueron distorsionados «por un alto nivel de violencia política» y que los votantes no pudieron expresar libremente su opción.

Pero la decisión no significa el apartamiento de Zimbabwe de la Commonwealth, de 54 miembros, que agrupa a Gran Bretaña y a sus ex colonias. La Comunidad revisará la situación en el país en una próxima reunión, en abril en Australia.

El MDC resolvió respaldar la huelga del ZCTU días después de que los presidentes Olusegun Obasanjo, de Nigeria, y Thabo Mbeki, de Sudáfrica se reunieran con autoridades zimbabwenses y dirigentes opositores para promover un gobierno de unidad nacional.

Morgan Tsvangirai, líder del MDC, dijo a los periodistas que «no existen por el momento» las condiciones para mantener un debate significativo con el gobernante Frente Patriótico-Unión Nacional Africana de Zimbabwe (ZANU-PF).

«La lucha tiene que continuar de todas formas hasta que tengamos un gobierno legítimo», declaró Tsvangirai este martes. Agregó que escribirá a Obasanjo y Mbeki para explicarles su posición.

Obasanjo destacó la gravedad de la situación económica de Zimbabwe, y dijo que, sin la cooperación de los dos principales partidos políticos, la asistencia internacional necesaria no llegará.

Tsvangirai condicionó su cooperación al fin de la persecusión y de la propaganda gubernamental contra miembros y simpatizantes de la oposición y a la restauración de la ley y el orden.

«Hay una continua satanización del MDC a través de los medios de comunicación del Estado, que socava nuestra imagen. Eso debe parar», exigió Tsvangirai.

También se pronunció a favor de la huelga convocada por el ZCTU, de 700.000 afiliados. «Respaldamos toda acción que refleje el malestar de la población. No sólo el ZCTU está afectado, sino todos nosotros», dijo Tsivangirai, un ex dirigente sindical.

Las propuestas de huelga general comenzaron a presentarse a los órganos de dirección del ZCTU desde el anuncio de los resultados electorales que dieron la victoria a Mugabe.

Pero la decisión de ir a la huelga debió ser postergada hasta tramitarse la autorización de la policía, como lo impone la ley de Orden Público y Seguridad.

Mugabe amenazó con ilegalizar el ZCTU, tras acusarlo de abandonar a los trabajadores para transformarse en un partido político. El MDC se formó a partir del ZCTU, cuya dirección integraron Tsavangirai y Gibson Sibanda, vicepresidente del partido.

Desde entonces, las relaciones entre el ZCTU y el gobierno son tensas.

La economía de Zimbabwe vive un momento difícil. Casi 400 compañías cerraron desde el año pasado, la inversión extranjera se retiró y unos tres millones de personas necesitan asistencia alimentaria para sobrevivir.

El gobierno responsabiliza del caos económico a Occidente y la minoría blanca, que constituye menos de uno por ciento de la población. (FIN/IPS/tra-en/lm/mn/lp/ip hd/02

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