Los gobiernos que negocian el texto de un convenio internacional para la lucha contra el tabaco manifestaron satisfacción por el resultado de las últimas discusiones, pero las organizaciones no gubernamentales se declararon defraudadas.
El presidente de la cuarta ronda de negociaciones, Luiz Felipe Seixas Correa, de Brasil, estimó que se lograron progresos en la redacción del texto en las sesiones realizadas entre el 18 y el 23 de este mes.
«Vamos en el rumbo correcto», afirmó el diplomático brasileño.
También el comisario de la Unión Europea (UE) para la salud y la proteción del consumidor, David Byrne, evaluó que en la sesión se consiguieron avances.
Byrne se congratuló por la contribución prestada a las negociaciones por los 15 miembros de la UE, que permitirán convertir el convenio en «un verdadero instrumento en la lucha contra el consumo de tabaco», que, según estimaciones, causa cuatro millones de muertes al año.
En cambio, la representante de la organización no gubernamental Infact Kathryn Mulvey expresó desilusión por «la ausencia de progresos» en la redacción del texto.
Mulvey, cuya organización está radicada en Boston, Estados Unidos, acusó a las compañias transnacionales de la industria del tabaco de intentar el debilitamiento del proceso de negociaciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve la adopción en mayo de 2003 del Convenio Marco para la Lucha Antitabáquica, en fase de negociación en Ginebra desde octubre de 2000.
La quinta y penúltima ronda de negociaciones se efectuará a partir del 25 de octubre, pero los 191 estados miembros de la OMS tienen plazo hasta el 15 de mayo para incorporar nuevas propuestas al texto en discusión.
Seixas Correa se comprometió a entregar el 16 de julio un borrador del convenio, que reflejará un equilibrio entre las diferentes posiciones, para que las partes lo examinen antes de la sesión de octubre.
El presidente del órgano de negociaciones adelantó que se realizarán otras consultas durante el periodo de sesiones de la Asamblea Mundial de la Salud, reunión que congrega anualmente, en mayo, a los ministros del ramo.
Las organizaciones no gubernamentales aguardan avances más acelerados y confían en que la presidencia de las negociaciones obtenga esos resultados en la sesión de octubre, precisó Mulvey.
Las dificultades para alcanzar un acuerdo en la redacción del convenio se concentran principalmente en relación con la publicidad, pues a que en algunos países la Constitución veda la limitación de esa actividad.
La Alianza para el Convenio Marc, que reúne a más de 160 organizaciones no gubernamentales de todo el mundo, propicia un texto que prohíba todas las formas directas o indirectas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.
La coalición propone que en los estados donde existan restricciones constitucionales para adoptar ese criterio se disminuya la publicidad en la mayor medida posible, dentro de los límites establecidos por la constitución.
El comisario europeo evaluó que después de la reunión de la semana pasada existen «perspectivas reales de una prohibición total de todas las formas de publicidad directa o indirecta».
Seixas aceptó, en una rueda de prensa, que el caso de las compañias tabacaleras transnacionales que promocionan sus productos como marcas de vestimentas y textiles, abarca cuestiones jurídicas que se extienden inclusive al terreno comercial.
La Alianza para el Convenio Marco defiende el principio de «la salud antes que el comercio» y reclama que se otorgue mayor prioridada la vida humana, por encima de los intereses comerciales.
El convenio propuesto por la OMS deberá ser el principal tratado sobre el tabaco y no debe estar sujeto a reclamos en virtud de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio, dijo Mulvey la semana pasada, durante un encuentro con la prensa en Ginebra.
Otro aspecto todavía controvertido del convenio es el que se ocupa de las indemnizaciones y de la responsabilidad que cabe a las compañías tabacaleras por los perjuicios que ocasiona el consumo.
Seixas estimó que esa cuestión depende de las peculiaridades de los ordenamientos jurídicos de cada estado y advirtió que en esa materia existe una variedad de sistemas legales.
La última cuestión que presenta diferencias profundas se refiere al financiamiento del cambio de vocación agraria de las tierras dedicadas hasta ahora al cultivo del tabaco.
Varios países en desarrollo, que tienen el tabaco una de sus fuentes principales de divisas de exportación, demandan ayuda financiera para transformar esas explotaciones tabacaleras.
La alianza de organizaciones no gubernamentales opina que no existe justificación alguna para la subvención de ninguna fase de la producción de tabaco.
La coalición reconoce, en cambio, que si es necesaria por motivos sociales la subvención de comunidades dependientes del tabaco, cualquier asistencia deberá destinarse a la diversificación, el desarrollo de infaestructura o de actividades que produzcan bienes públicos. (FIN/IPS/pc/mj/he/02