Los ancianos del mundo serán más que los niños en menos de 50 años, pero pocos podrán gozar de sus «años dorados», debido a las enfermedades y a la emigración de los jóvenes, advirtió la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Para 2050, una de cada cinco personas, es decir 2.000 millones, será mayor de 60 años. Los mayores de 80 constituirán 21 por ciento de la población anciana, y los centenarios se multiplicarán por 15 al pasar de los 210.000 de la actualidad a 3,2 millones.
A la vez, la carga del cuidado de los mayores recaerá sobre menos hombros, porque el número de personas en edad activa (15 a 64 años) por cada anciano disminuirá de cinco a dos en las regiones industrializadas y de 12 a cinco en las regiones en desarrollo.
Estos cambios repercutirán en el crecimiento económico, la tributación, las pensiones y el ahorro.
Sin embargo, las personas de edad residentes en zonas rurales de países en desarrollo casi no percibirán cambio alguno en su vida cotidiana.
«En los países en desarrollo, la migración de áreas rurales a urbanas y el problema del sida, que causa numerosas muertes en la edad reproductiva, elevan la proporción de ancianos residentes en el campo», señaló Florence Chenoweth, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Por esa razón, «los gobiernos deben repensar sus políticas de desarrollo rural y agrícola e incorporar el factor edad al proceso de desarrollo», instó la funcionaria.
En Africa y Asia, el sida cambió radicalmente la situación de los ancianos de ambos sexos, que en muchos casos deben mantener la familia en una etapa de la vida en que tanto la salud como los ingresos están en decadencia, señaló HelpAge Internacional, una red internacional de organizaciones no gubernamentales.
En los países menos desarrollados, 50 por ciento de los hombres de edad y 19 por ciento de las mujeres mayores todavía son económicamente activos.
En el Norte indstrial, esas proporciones descienden a 21 y 10 por ciento, subraya el informe de HelpAge.
Las mujeres, que cada vez más superan en número a los hombres a medida que avanza la edad, se ven obligadas a desempeñar funciones económicas y sociales por más tiempo que los varones ancianos porque su papel se concentra más en la familia, en el hogar y el trabajo informal, agrega el documento.
La tendencia al envejecimiento de la población es irreversible debido a la reducción de la fertilidad y la mortalidad, afirmó la división de población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.
Una comisión preparatoria de la segunda conferencia mundial sobre ancianidad, a celebrarse del 8 al 12 de abril en Madrid, España, adoptó la consigna «Construyendo una sociedad para todas las edades» con el fin de educar al público sobre los desafíos del envejecimiento para el mundo en desarrollo.
Varias organizaciones no gubernamentales celebrarán en forma paralela un Foro Mundial sobre el Envejecimiento, del 5 al 9 de abril en Madrid.
«Esperamos que la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento aporte nuevas ideas y compromisos para enfrentar el problema con mayor responsabilidad y realismo», manifestó Juan Lucas Giménez, ministro de la presidencia de España.
La asamblea «también subrayará la importancia de la experiencia y la sabiduría de ese grupo de la población mundial», agregó.
La primera conferencia sobre el envejecimiento de la población produjo el plan de acción de Viena, en 1982.
La asamblea de Madrid presentará el Plan Internacinal de Acción sobre el Envejecimiento 2002.
«Aún quedan algunos problemas a resolver: la relación entre el envejecimiento y el alivio de la deuda, y también su vínculo con los derechos humanos, ciertos aspectos de las oportunidades de empleo y la seguridad social», señaló Felipe Paolillo, de Uruguay, presidente de la comisión preparatoria.
La asamblea se ocupará de las violaciones a los derechos humanos de las personas de edad.
La ONU lanzó la semana pasada su primer informe sobre el abuso de los ancianos, un problema que gana creciente atención pública desde comienzos de la década de 1980. Los abusos denunciados son de tipo físico, sexual, emocional y económico.
«Probablemente la forma más común de abuso sea el abandono», dijo Odile Frank, jefa del área de integración social del Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de la ONU. (FIN/IPS/tra-en/svk/ml/aa/mlm/pr/02
