Miembros de la oposición de Madagascar impidieron este lunes que soldados leales al presidente Didier Ratsiraka tomaran el control del parlamento, en medio de una tensión política cada vez mayor.
Este país isleño del oriente de Africa está paralizado desde que el líder opositor Marc Ravalomanana se proclamó vencedor de los comicios del 16 de diciembre y se declaró presidente.
Los resultados electorales oficiales no arrojaron ningún vencedor directo, y debía realizarse entonces una segunda vuelta. Pero Ravalomanana se niega a participar en ella hasta que se investiguen sus acusaciones de fraude en la primera vuelta.
En respuesta, Ratsiraka declaró la ley marcial en la capital, pero la oposición, que posee mayoría abrumadora en Antananarivo, ignoró el decreto, y el ejército no hizo nada para hacerlo cumplir.
Ravalomanana se instaló entonces en la capital y Ratsiraka en su natal Tamatave, una ciudad portuaria ubicada sobre el océano Indico. Madagascar tiene ahora dos gobiernos, pero ninguno gobierna.
Ratsiraka decretó el cierre del parlamento hasta abril, pero la oposición planea reinaugurarlo este martes y para tal fin está arreglando el edificio y enarbolando banderas.
Algunos analistas opinan que el apoyo popular de Ravalomanana, de 52 años, es una «revolución pacífica», pasando por alto las 20 muertes atribuidas a la violencia política este mes.
Otros sugieren que el bloqueo de la capital ordenado por Ratsiraka, de 67 años, es el preludio de una guerra civil.
Un factor impredecible es el ejército, que desde el principio de la disputa proclamó su neutralidad pero ha tenido reacciones contradictorias.
Cuando Ravalomanana designó como ministro de Defensa al general Jules Marnizara, éste declaró: «A partir de ahora recibiré órdenes del presidente Ravalomanana».
Mientras, el jefe del Estado Mayor, Isamael Mounibou, permanece leal a Ratsiraka.
Ratsiraka insiste en que la situación sólo puede resolverse con una segunda ronda electoral, tal como lo exige la Constitución cuando ninguno de los candidatos llega a obtener 52 por ciento de los votos.
La Alta Corte Constitucional aprobó los resultados electorales de 46,2 por ciento de los sufragios para Ravalomanana y 40,8 por ciento para Ratsiraka, pero el líder opositor no los acepta.
«La elección fue arreglada, y yo obtuve 52 por ciento de los votos», declaró Ravalomanana antes de su propia asunción del mando y designación de su gabinete.
La Organización de Unidad Africana (OUA) envió una delegación hace dos semanas para mediar entre los dos rivales.
Una de las soluciones que propuso es que Ratsiraka acepte que Ravalomanana ganó las elecciones y renuncie, y quizá que abandone la isla.
Según la propuesta, luego se celebraría un referendo para que el voto popular le otorgue a la nueva administración la legitimidad necesaria para el reconocimiento internacional. Por ahora, ni la OUA, ni la Organización de las Naciones Unidas ni ningún país extranjero reconoce a Ravalomanana.
Ratsiraka, quien llegó al poder en 1975 mediante un golpe militar y en 1996 fue elegido presidente por voto popular, pretende evitar un nuevo «golpe» bloqueando la ruta que sale de Tamatave, el puerto de donde Antananarivo recibe combustible y otras mercancías.
Como resultado, la capital padece una grave escasez de combustible y de alimentos básicos, como el arroz.
Varias organizaciones religiosas que han expresado apoyo a Ravalomanana en manifestaciones diarias en la plaza Antananarivo organizan ahora campañas de ayuda alimentaria para evitar una hambruna.
Cincuenta y dos por ciento de los 16 millones de habitantes de Madagascar practican religiones tradicionales basadas en la adoración de los ancestros, 41 por ciento son cristianos y siete por ciento musulmanes.
Las protestas diarias siguen congregando a miles de manifestantes pacíficos, mucho después de haber logrado el objetivo de instalar a la administración de Ravalomanana en oficinas gubernamentales.
Pero la administración está descentralizada, de modo que los gobiernos de las seis provincias podrían determinar en definitiva cuál de los dos rivales recibirá el apoyo necesario para gobernar.
Luego de que cinco de los seis gobernadores provinciales expresaran su respaldo a Ratsiraka, Ravalomanana designó la semana pasada a sus propios gobernadores.
El diario Midi Madagasikara, partidario de Ravalomanana, informó de resultados variados en los esfuerzos de las administraciones provinciales para gobernar. Lo peor, afirmó el periódico, es la creciente tensión étnica resultante de la parálisis política.
La comunidad merina, de origen malayo-indonesio y residente en el interior, siempre se ha sentido marginada por la población urbana costera.
Según Midi Madagasikara, varios merinas fueron atacados en la ciudad de Tamatave y miembros de esa etnia forman la mayoría de las víctimas fatales de la violencia política.
Las cuestiones económicas fueron las más tenidas en cuenta por los votantes en diciembre, según analistas, pero la parálisis política actual provoca pérdidas de hasta 12 millones de dólares por día, advirtió el Banco Mundial.
Las pérdidas se deben principalmente al bloqueo de la capital, que también afecta las exportaciones agrícolas, minerales e industriales.
Francia, la potencia colonial de Madagascar hasta su independencia en 1960, exhortó al fin del bloqueo de Antananarivo, mientras el Fondo Monetario Internacional previno que llevará varios años lograr la recuperación económica de esta disputa política. (FIN/IPS/tra-en/jh/mn/mlm/ip/02