ENERGIA-BRASIL: El viento es mejor que la lluvia

Brasil tuvo que sufrir una crisis energética, con restricciones del consumo y amenaza de apagones, para darse cuenta de que posee buenos vientos para generar electricidad y reducir su dependencia de las represas.

La energía eólica, prácticamente olvidada hasta el racionamiento de electricidad iniciado en junio, ganó una repentina prioridad. La Agencia Nacional de Energía Eléctrica, órgano regulador oficial, aprobó en diciembre 43 proyectos de centrales eólicas, que serán construidas hasta 2005.

Así, la generación de electricidad a partir del viento, hoy limitada a 21,2 megavatios hora, 0,03 por ciento de la potencia total instalada en el país, se multiplicará por 175, a 3.728 megavatios hora.

Brasil se ubicará entre los cinco países de mayor aprovechamiento de los vientos, dijo a IPS Everaldo Feitosa, director del Centro Brasileño de Energía Eólica, vinculado con la Universidad Federal de Pernambuco, en el nordeste brasileño, la región más beneficiada por las centrales alternativas.

«Ahora sí hay conciencia en que es indispensable diversificar las fuentes de energía» para evitar nuevas crisis, observó Feitosa. El racionamiento, que duró nueve meses, se impuso luego de dos años de escasez de lluvias y de más de una década con poca inversión en el sector eléctrico.

Tres prejuicios impedían el desarrollo de la energía eólica en Brasil, según Feitosa. Hace unos años aún se creía que el país no disponía de vientos adecuados, luego se dijo que no habían equipos en el mercado internacional para atender la demanda y, más tarde, que no habría inversionistas interesados.

Estudios comprobaron que Brasil dispone de excelentes vientos y «ricos yacimientos», especialmente en el nordeste. Los de mejor calidad, fuertes y regulares, pueden generar 60.000 megavatios, estimó Feitosa. La potencia total hoy instalada en el país, 90 por ciento de la cual es hidroeléctrica, es de 75.400 megavatios.

La avidez con que empresas españolas, francesas, alemanas y brasileñas presentaron proyectos para explotar los vientos comprobó que el obstáculo de la falta de inversiones también era falso.

Otros seis pedidos de aprobación de proyectos fueron entregados a la Agencia Nacional de Energía Eléctrica en febrero, informó a IPS María Rosángela Cruz, superintendente de Concesiones y Autorización de Generación de la agencia reguladora.

Una empresa de capital alemán, Wobben WindPower, inauguró el 18 de febrero una fábrica de aerogeneradores en Pecém, un complejo industrial y portuario en el nordeste de Brasil. Es su segunda unidad en el país, pues posee otra en Sorocaba, cerca de Sao Paulo.

En el nordeste, las centrales eólicas tienen la ventaja adicional de que los vientos soplan más fuerte en el periodo en que se reduce la generación hidroeléctrica, debido a las menores lluvias, añadió Cruz.

Pero esta fuente alternativa es aún más cara que las convencionales. Se estima que cada megavatio eólico cuesta hoy en Brasil 60 dólares, y el generado por gas natural, de 40 a 45 dólares, estimó Feitosa.

El gas es la fuente energética que más contribuirá al rápido aumento de la capacidad generadora de electricidad del país en los próximos años. Pero «produce mucha contaminación ambiental también», y Brasil dependerá de la importación del combustible, principalmente desde Bolivia, indicó el experto.

Además, dijo, el precio del gas natural tiende al alza, de modo que en pocos años el costo de generación de un megavatio será de entre 55 y 60 dólares, casi el mismo que el del megavtio eólico.

La seguridad que ofrece el viento, un recurso natural y permanente, se suma a las ventajas ambientales para convertirlo en una alternativa a ser estimulada y que Brasil no puede ignorar más, sostuvo Feitosa. Además, las centrales eólicas se construyen más rapidamente que las demás.

Para consolidar el auge eólico sólo falta aprobar una legislación que permita a los inversionistas contar con contratos de largo plazo, asegurándoles la compra de su electricidad a precios que compensen sus costos, acotó. Se prevé que el Congreso legislativo apruebe una propuesta en ese sentido este mes.

El avance de la energía eólica en Brasil es impulsado también por una tendencia mundial. La capacidad de generación de esa fuente en todo el mundo creció 31 por ciento el año pasado, alcanzando 23.300 megavatios, según el Earth Policy Institute, de Estados Unidos. (FIN/IPS/mo/mj/en/02

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