EEUU: Seguridad a ultranza vulnera derechos básicos

La organización humanitaria Amnistía Internacional manifestó preocupación ante la privación de derechos básicos a numerosas personas detenidas en Estados Unidos en relación con los ataques del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington.

La investigaciones efectuadas por Amnistía confirman la violación del derecho a un trato humano, a ser informado sobre las razones de la detención, al pronto acceso a un abogado, a estar en condiciones de cuestionar la legitimidad de la detención y a ser considerado inocente salvo prueba en contrario.

Una declaración de la organización de derechos humanos con sede en Londres menciona informes de tratos crueles que incluyen encierro solitario prolongado, empleo de pesados grilletes durante los traslados y falta de ejercicio adecuado.

Más de 1.200 extranjeros, la mayoría ciudadanos de países islámicos o de Medio Oriente, fueron arrestados en Estados Unidos después del 11 de septiembre en redadas efectuadas en busca de sospechosos.

La declaración sobre los detenidos en Estados Unidos figura entre los documentos distribuidos por Amnistía a la prensa antes del periodo anual de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se celebrará del 18 de marzo al 26 de abril en Ginebra.

Amnistía, al igual que el Comité Internacional de la Cruz Roja, había objetado en febrero la negativa de Estados Unidos a reconocer la condición de prisioneros de guerra a los militantes de la organización islámica Al Qaeda, responsabilizada de los atentados de septiembre, apresados en Afganistán.

Amnistía sostuvo entonces que, según distintos informes, los prisioneros parecen ser sometidos a «privación sensorial» mediante antifaces, mascarillas y guantes, y a interrogatorio sin presencia de un representante legal.

Un examen de las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre sobre el respeto de los derechos humanos se incluye entre los documentos presentados a la prensa por la representante de Amnistía ante la oficina de la ONU en esta ciudad suiza, Melinda Ching.

Los derechos humanos han sido socavados luego de los atentados en Nueva York y Washington en beneficio de la seguridad a ultranza, dijo Ching.

La Comisión de Derechos Humanos debe afrontar la difícil tarea de proteger los derechos de todas las personas, prescindiendo de los interes políticos, afirmó la activista.

Amnistía recomendó que la Comisión imponga en sus deliberaciones el criterio de que «debe prevalecer la promoción de los derechos para todos, no la política».

La preocupación de Amnistía se funda en la reacción de varios gobiernos que, en respuesta a los atentados implantaron medidas antiterroristas que ponen en peligro, según la organización, los derechos humanos de sus propios ciudadanos, así como los de los extranjeros y los solicitantes de asilo en dichos países.

En los documentos entregados por Amnistía y en las declaraciones de sus portavoces, las referencias a los atentados del 11 de septiembre excluyen prácticamente el calificativo de «terroristas». Con relación a esos hechos, la institución demanda «justicia, no venganza».

El concepto de «terrorismo», sostiene Amnistía, cada vez más usado en la nueva legislación, es definido con frecuencia de un modo vago o amplio, lo que deja espacio para el abuso mediante la penalización de actividades pacíficas.

La cuestión del terrorismo será uno de los asuntos que dominarán el habitualmente politizado debate de la Comisión en Ginebra, máximo organismo de la ONU dedicado al derecho humanitario.

Los países africanos, apoyados luego por el bloque asiático, propusieron que una jornada de las sesiones de la Comisión, el denominado «segmento especial», habitualmente dedicado al debate profundo de un problema crítico, se ocupe este año del terrorismo.

Pero esa idea ha encontrado la oposición cerrada de los otros bloques, los de América Latina, el Caribe, Europa occidental y Europa oriental.

En el desarrollo de las discusiones de representantes de los 53 países que integran el organismo pesará también el agravamiento de la crisis de Medio Oriente y la circunstancia de que por primera vez Estados Unidos estará ausente este año de los debates.

Naciones del bloque de Europa occidental, al que pertenece Estados Unidos, negaron a ese país el año pasado el voto en la reunión del Consejo Económico y Social de la ONU, lo cual le impidió la renovación del mandato en la Comisión de Derechos Humanos.

En cuanto a Medio Oriente, Amnistía exhortó a la Comisión a condenar «enérgicamente las graves violaciones de derechos humanos cometidas en Israel y en los territorios ocupados».

Amnistía reclamó a la Comisión que respalde su petición urgente de envío de observadores internacionales a la región, dijo en rueda de prensa Catherine Turner, integrante de la delegación de la organización ante las oficinas de la ONU en Ginebra.

Por otra parte, Amnistía aspira a que la Comisión incluya este año en su programa de trabajo el examen de la situación en Zimbabwe, donde esta semana se realizaron elecciones presidenciales objetadas por la oposición interna y por la mayoría de los países industriales.

La organización reclama también que la Comisión se ocupe de las violaciones graves y sistemáticas de derechos humanos que son práctica habitual, afirma, en Arabia Saudita, Colombia, Rusia y Chechenia, Indonesia, Israel y los territorios palestinos ocupados y en Zimbabwe.

En la discusión de los temas globales de los derechos humanos, Amnistía pidió que la Comisión adopte decisiones sobre cuestiones que le preocupan, como las disposiciones «antiterroristas», la pena de muerte, las «desapariciones», el racismo y la tortura. (FIN/IPS/pc/mj/hd/02

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