CUBA: Desalojo acaba con crisis de embajada mexicana

La policía cubana desalojó en la madrugada de este viernes a las 21 personas que habían irrumpido en la embajada de México, y su intervención, acordada por los dos gobiernos, puso fin a un incidente que podía complicar las relaciones bilaterales.

La operación de desalojo de los cubanos que entraron el miércoles de noche en la embajada mexicana en procura de abandonar el país se realizó en sólo 10 minutos, según el testimonio de vecinos del lugar.

«Todo fue muy rápido, se escucharon unos gritos y pude ver a través de una ventana el movimiento de personas que caminaban en fila. Más tarde escuché por la radio que los habían sacado de allí», afirmó un vecino que dijo llamarse Luis.

Una declaración oficial señaló que las autoridades cubanas procedieron a desalojar el recinto diplomático a pedido del gobierno de México y cumpliendo su deseo de que se empleara un «mínimo de fuerza» y se evitara cualquier daño físico a los intrusos.

«Dicha solicitud se hizo cumpliendo con todas las formalidades y por escrito», se precisó en la nota, que hizo hincapié además en que la operación fue realizada por «un destacamento de personal especializado y desarmado».

El subsecretario de Relaciones Exteriores de México, Gustavo Iruegas, quien llegó el jueves a La Habana para encarar la situación, intentó infructuosamente convencer a los invasores de que abandonaran voluntariamente la embajada.

La ocupación habría sido alentada por Radio Martí, una emisora del gobierno estadounidense que transmite información hacia la isla desde la ciudad de Miami, al difundir de manera tergiversada declaraciones del canciller mexicano Jorge Castañeda.

Las puertas de la embajada de México en La Habana están abiertas a todos los ciudadanos cubanos, del mismo modo que lo está México, habría dicho Castañeda el martes, en la inauguración en Miami del Instituto Cultural de México.

El canciller también señaló que «dejaron de existir las relaciones de México con la Revolución cubana y han comenzado con la República de Cuba», una afirmación que ya había realizado en ocasión de la visita del presidente mexicano Vicente Fox a Cuba, el 3 y el 4 de este mes.

«Yo escuché por esa radio (Martí) que Cuba y México habían roto relaciones y un amigo me aseguró que iban a dar visas a todo el que quisiera», dijo el ascensorista de un edificio de La Habana.

Según el gobierno cubano, fue una «grosera provocación organizada abiertamente desde una emisora oficial del gobierno de Estados Unidos». En cuanto a quienes entraron en la embajada de México, son «delincuentes, elementos antisociales y lumpen», aseguraron las autoridades.

Treces de los 21 ocupantes, que secuestraron un autobús del servicio público para entrar en la embajada, tienen «antecedentes penales» por delitos como tenencia de armas de fuego y tenencia y tráfico de drogas, según la versión oficial.

«Son elementos que proceden del potencial delictivo y antisocial que todavía en parte subsiste en nuestra sociedad», señaló a todo lo ancho de su primera página el diario Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista de Cuba.

Granma confirmó el arresto de más de 150 personas que intentaron también ingresar en la embajada de México y que tienen antecedentes similares a los del grupo desalojado.

«Ninguno realmente está motivado por ideas u objetivos de carácter político», afirmó Granma, coincidiendo con el canciller Castañeda, quien el jueves advirtió que a los ocupantes no se les consideraba «asilados».

En tanto, la Secretaría (ministerio) de Relaciones Exteriores de México aseguró este viernes que su embajada en La Habana se abstendrá de presentar cargos contra los desalojados «ya que fueron inducidos y manipulados».

A su vez, sectores de oposición reactivaron su preocupación ante eventuales represalias contra los invasores luego de la solución dada a la crisis por los gobiernos de ambos países.

En septiembre de 1993, once personas fueron a la embajada de México con el aparente interés de solicitar visados, pero una vez dentro solicitaron asilo político.

El caso fue negociado en pocos días por la entonces embajadora mexicana Beatriz Paredes y los refugiados salieron de la isla con documentos de tránsito para México, pero en ruta hacia Estados Unidos.

Con el nuevo incidente, suman cinco las ocupaciones violentas de una embajada en La Habana desde el asalto masivo a la sede diplomática peruana en 1980, que precipitó el éxodo desde el puerto de Mariel de unas 120.000 personas. (FIN/IPS/pg/ff/ip/02

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