Ambientalistas y científicos de Estados Unidos reclaman leyes federales para controlar la pesca de arrastre, tras la publicación de un estudio gubernamental sobre los efectos devastadores de esa práctica en la vida marina.
El nuevo informe de la Academia Nacional de Ciencias, con la primera colección de datos sobre las aguas del golfo de México y Nueva Inglaterra -las más explotadas de este país-, urge a los consejos pesqueros regionales a utilizar mejor los datos científicos para proteger el suelo oceánico.
Desde las heladas regiones subpolares hasta los trópicos, la pesca de arrastre se ha convertido en la técnica de pesca comercial más difundida.
Los buques arrastreros capturan los peces mediante enormes redes que mantienen abiertas y arrastran tras de sí hasta a 2.000 metros de profundidad, barriendo literalmente el fondo del mar, cuyo ecosistema tarda décadas en recuperarse.
El estudio de la Academia Nacional de Ciencias señala varias fallas en los datos científicos sobre el efecto de la pesca de arrastre en regiones específicas, pero dice que los consejos pesqueros aún pueden considerar nuevos planes para corregir esta situación.
Además, exhorta a un mejor uso del conocimiento y la experiencia de los pescadores en el desarrollo de nuevas tecnologías.
Grupos ecologistas y biólogos marinos se han pronunciado contra el «barrido» del lecho marino en la última década, y compararon esta práctica con la tala total de bosques.
Los equipos más modernos permiten capturar peces aun en zonas de difícil acceso, como los arrecifes rocosos, que hasta hace unos años estaban libres de la pesca de arrastre, observó Elliott Norse, presidente del Instituto Biológico de Conservación Marina.
Cada año, los barcos arrastreros barren un área de lecho marino equivalente al doble de la superficie de Estados Unidos, afirmó.
«Algo debe hacerse. Hay formas de pescar sin arrasar el suelo oceánico», exhortó Norse.
Los equipos de pesca deben modificarse y la práctica debe detenerse en ecosistemas con arrecifes y cantos rodados, donde el impacto del barrido es más negativo, agregó.
Algunos países, entre ellos Noruega y Australia, ya empezaron a tomar medidas para restringir las prácticas pesqueras depredadoras.
En general, la pesca de arrastre no ha sido regulada específicamente a nivel nacional ni internacional porque los científicos sólo comenzaron a estudiar el impacto de esta práctica hace poco tiempo, observó el científico.
Hay muy pocos datos disponibles sobre esta técnica en la mayoría de las regiones del mundo, incluidas Asia, Africa y América Latina.
Hasta ahora, 18 estados costeros de Estados Unidos también han tomado medidas para proteger el lecho marino de la pesca de arrastre, y grupos ambientalistas han presionado a los legisladores para que protejan los ecosistemas oceánicos de esta práctica.
Esta semana se dará un paso en esa dirección, con la introducción en el Congreso de un proyecto para limitar las dimensiones de ciertas redes de arrastre.
«Esperamos que la nueva limitación de tamaño mantenga a los buques arrastreros fuera de ecosistemas marinos complejos y permita otras formas de pesca», expresó la secretaria de prensa del representante republicano Joel Hefley, del estado de Colorado, quien presentaría el Proyecto de Protección del Hábitat Oceánico.
Phil Kline, director de programas de pesca del grupo Campaña Estadounidense por los Océanos, declaró que la propuesta legislativa cuenta con amplio apoyo de la comunidad ecologista, las asociaciones de pesca deportiva y gran parte de la industria pesquera comercial.
«Existen otras formas de pescar», dijo Kline, un pescador comercial con 25 años de experiencia, quien lamentó la constante reducción de la población de peces.
«El lecho marino no es un paisaje yermo, es un lugar lleno de vida, con toda una comunidad interconectada de animales, plantas y estructuras de corales. Sin esas estructuras, muchos peces no encuentran alimento ni refugio», observó.
La Alianza de Pescadores de la Costa Occidental, que comprende a los estados de California, Oregon y Washington, respalda el proyecto de ley porque la pesca de arrastre ha afectado el sustento de los pescadores artesanales, declaró su director, John Warner.
«La aplicación de esta ley nos ayudará al reducir el desperdicio de peces jóvenes en el proceso de arrastre», dijo. (FIN/IPS/tra-en/dk/aa/mlm/en/02