ZIMBABWE: Mugabe promete tierras y desafía a Gran Bretaña

El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, desafió a Gran Bretaña y prometió una masiva entrega de tierras a los desposeídos si es reelegido en los comicios del 9 y 10 de marzo, mientras el hambre acosa a casi un millón de personas.

«Decidiremos quién tendrá tierras y quién no. (El primer ministro de Gran Bretaña, Tony) Blair puede llorar, que lo haga y que diga lo que quiera. Puede gritar, bramar y gruñir, la tierra será nuestra», dijo Mugabe esta semana a miles de seguidores en el precario asentamiento de Epworth, en la capital, Harare.

Mugabe respondió así a Blair, quien aseguró el miércoles que Londres pedirá sanciones contra Harare en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth), que se celebrará en marzo en Australia.

«Las acciones de Mugabe son completamente antidemocráticas, equivocadas y dictatoriales», dijo Blair al Parlamento británico.

Zimbabwe se independizó del imperio británico en 1980. Desde entonces Mugabe ejerce el poder en un país en que la población de origen europeo no alcanza a uno por ciento de los 13 millones de habitantes.

Unos 4.500 agricultores blancos poseen 21 millones de hectáreas en tierras fértiles, mientras 1,2 millones de pequeñas parcelas de agricultores negros ocupan 15 millones de hectáreas en zonas áridas y sin riego.

Gran Bretaña se opone a la política de confiscación de tierras de propietarios blancos sin compensación, para entregarlas a campesinos sin tierra.

Harare por su parte acusa a Londres de respaldar al opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC).

Aunque hay otros cuatro candidatos a la Presidencia del país — Shakespeare Maya, de la Alianza Nacional para el Buen Gobierno, y los independientes Wilson Kumbula y Paul Siwela— la verdadera contienda se librará entre Mugabe y el líder del MDC, Morgan Tsvangirai, un ex dirigente sindical joven y carismático.

La policía acusó esta semana a Tsvangirai y otros dos dirigentes del MDC, Welshman Ncube y Ransen Gasela, de conspiración para asesinar a Mugabe. Según la policía, los tres dirigentes asistieron el año pasado a una reunión en Gran Bretaña, donde se concibió el plan.

Los acusadores exhibieron una filmación de vídeo, emitida por la televisión australiana, donde supuestamente un ex agente de inteligencia de Israel, Ari Ben Menashe, discute con Tsvangirai un plan para «eliminar» a Mugabe.

El independiente Media Monitoring Project aseguró que la filmación fue completamente modificada por la edición.

«Si Tsvangirai es marginado del proceso electoral, la reacción internacional será muy dura», advirtió el ministro de Asuntos Exteriores de Australia, Alexander Downer, para quien la acusación «carece de credibilidad».

Mugabe considera a Tsvangirai «el pequeño sirviente que lame el azúcar del hombre blanco y la ha lamido tanto que ya cree que son parientes».

A su vez Tsvangirai bautizó al presidente de 78 años como el «sekuru», que significa abuelo en lengua shona, y aseguró que lo único más grande que la edad de Mugabe es la inflación anual, de 118 por ciento.

Desde que se inició la campaña electoral, afirma el MDC, más de 70 de sus actos fueron cancelados o perturbados por la policía o por seguidores de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF).

El gobierno prohibió dos actos del MDC previstos para este fin de semana en la meridional ciudad de Bulawayo, la segunda del país. Pero el movimiento está decidido a desafiar la prohibición.

No obstante, la principal preocupación de la ciudadanía es la falta de harina de maíz, el alimento básico del país, debido a la prolongada sequía que liquidó las últimas cosechas.

«No puedo decir a mis hijos hambrientos que tengan paciencia y esperen la tierra. No hay maíz a pesar de que el gobierno nos dice que no habrá carencia», dijo un apesadumbrado hombre que procuraba comprar el alimento.

«La falta de alimentos se ha convertido en una crisis nacional y pedimos al gobierno que nombre de inmediato una fuerza de tareas» con representación de los sectores involucrados «para afrontar esta desastrosa situación», reclamó la Confederación de Industrias.

El gobierno dispuso la importación de 200.000 toneladas de maíz de Sudáfrica para alimentar a más de medio millón de personas, según el ministro de Agricultura, Joseph Made. Pero hasta ahora sólo llegaron al país 4.280 toneladas del cereal.

Casi un millón de personas corren peligro por la falta de alimentos, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

Apenas tres años atrás, el país era un importador regional de alimentos. La crisis alimentaria constituye un argumento poderoso para la oposición. «¿Tienen hambre, quieren empleos? Voten por mí», dijo Tsvangirai a la ciudadanía.

El líder opositor sostiene que sólo él podrá concitar el respaldo de la comunidad internacional, cada vez más distanciada de las restrictivas medidas adoptadas por Mugabe.

La Unión Europea (UE) y Estados Unidos impusieron este mes sanciones contra el presidente y sus colaboradores más cercanos por lo que consideran su permanente desprecio por la ley. Mugabe expulsó al jefe de la misión de observadores que la UE destinó para controlar el proceso electoral. (FIN/IPS/tra- eng/lm/mn/dc/ip/02

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